Lado B
El Dandy
La originalidad es difícil de encontrar hoy en día. Las grandes productoras parece que se han quedado sin nuevas ideas y se (sobre)vive de la reactivación de historias viejas. En el cine y la televisión estamos viendo de refritos de refritos, de refritos. En ocasiones salen cosas buenas y en ocasiones cosas que no vale la pena ni mencionar.
Por Ernesto Aroche Aguilar @earoche
13 de diciembre, 2015
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Amira George

[dropcap type=»1″]L[/dropcap]a originalidad es difícil de encontrar hoy en día. Las grandes productoras parece que se han quedado sin nuevas ideas y se (sobre)vive de la reactivación de historias viejas. En el cine y la televisión estamos viendo de refritos de refritos, de refritos. En ocasiones salen cosas buenas y en ocasiones cosas que no vale la pena ni mencionar.

Pero fuera de esos casos negativos, la adaptación de historias, de guiones conocidos y reconocidos no tiene nada de malo. Si se le echan ganas el esfuerzo se valora, siempre y cuando en la tropicalización de la historia no se desmadre nada.

Todo esto viene al cuento porque El Dandy, uno de los experimentos mexicanos más recientes, podría ser recibido de mala manera por el hecho de estar basado en Donnie Brasco, incluso en redes sociales ha tenido críticas rudas por este factor, pero de malo no le veo nada.

Vayamos por partes. Primero, algo que se le reconoce a los productores es que en el intro se da el crédito completo, al escritor del guión de Donnie Brasco y del libro en el que está basado. Ellos mismos reconocen que no están encontrando el hilo negro. Eso es aplaudible en un mundo en el que el agandalle es el deporte nacional por excelencia.

ElDandy

Ahora bien, vivimos una realidad en la que el narcotráfico, los carteles y la delincuencia se han vuelto una cuestión del día a día. Una parte ya casi de nuestra cultura popular, al grado que son incontables las series y telenovelas, libros, películas y demás expresiones en las cuales se plasma este mundo.

No con esto aplaudo la apología del delito, simplemente desde niña he tenido un lugar especial en mi corazón geek para la novela negra, las historias de detectives, de delincuentes. Y, gracias a los dioses de la caja idiota, se ha hecho un buen trabajo mexicano en esta ocasión.

Más allá de la adaptación de aquella película clásica de 1997, la historia de El Dandy se desarrolla por sí sola de buena manera. Teniendo en cuenta que son una gran cantidad de personajes que se nos presentan de manera constante, uno no se siente atascado, y a cada uno de les da su momento, y se permite al espectador sentir empatía o repudio por cada uno de ellos.

La trama en sí se centra en José Montaño, un joven abogado y padre de familia, quien es elegido por las autoridades ministeriales para participar en un operativo encubierto para infiltrarse a las filas de las bandas de delincuentes que manejan la droga y otros ilícitos en la Zona Rosa de la Ciudad de México, con miras a escalar y llegar a la cabeza del Cartel del Golfo.

Así se le crea una identidad alterna, Daniel Bracho, alías El Dandy, un vendedor de joyas que se acerca a El Chueco, un miembro del hampa de la Zona, pero que por tener un cierto grado de nobleza nunca ha podido escalar en la jerarquía.

Con el paso del tiempo se van presentando a los diferentes elementos de la fauna delictiva: el Colorado, dueño de un table dance aspirante a jefe que es un verdadero desgraciado; sus gatilleros, El Esquimal y La Comadreja; el Negro, uno de los capos que pasó tiempo en prisión y está buscando recuperar su posición; La Güera, el jefe de la zona, un hombre grande que, como no deja de repetir “el Barrio ordena y el Barrio soy yo”.

Mientras el personaje principal debe aprender a vivir entre ser Montaño y El Dandy, además debe lidiar con su familia y la distancia que el trabajo pone entre ellos.

[pull_quote_right]Damián Alcázar, en el papel del Chueco, podría sostener la serie por si solo, el experimentado actor mexicano se ve cómodo en la piel de este delincuente de medio pelo, al cual le da un cierto carisma que lo hace simplemente irresistible, sin importar a cuántos le parta la madre.[/pull_quote_right]

La atracción que cada uno siente por los personajes es meramente subjetiva y capaz un reflejo de uno mismo, lo cual en mi caso me preocupa, porque de manera general prefiero a los delincuentes que a la familia. Todos esos capos se me hacen más profundos, con razones de verdad e incluso más buena gente que la familia del pobre Montaño. Si yo fuera él, me quedo como El Dandy y dejo a esos hijos horribles.

Uno de los puntos centrales de la serie, de los que hacen que valga la pena son las actuaciones, pero así como hay unas muy buenas hay unas que son insufribles. Damián Alcázar, en el papel del Chueco, podría sostener la serie por si solo, el experimentado actor mexicano se ve cómodo en la piel de este delincuente de medio pelo, al cual le da un cierto carisma que lo hace simplemente irresistible, sin importar a cuántos le parta la madre.

En el papel del Dandy tenemos a Alfonso Herrera, el joven exRBD, quien poco a poco a buscado la forma de quitarse de encima esa etiqueta y jugar con papeles nuevos, y si no la riega más adelante, este podría ser el personaje que le ayude para eso; su interpretación de este abogado/delincuente es buena, hay unas escenas memorables, otras que podrían pasar por alto. Sigo a la espera de ver cómo se desarrolla la serie y si logra demostrar de lo que está hecho.

Una que sí, simplemente no puedo con ella cada que abre la boca es Itahisa Machado en el papel de Leticia, la esposa de Montaño, quien parece que piensa que, dado que la serie está coproducida por Televisa -en colaboración con TNT Latinoamérica- debe actuar como si fuera una novela barata de las 4 de la tarde. Mal ahí.

Pasando por alto este detalle de las actuaciones malas, que si hay por ahí dos o tres, la serie es uno de esos proyectos mexicanos que vale la pena hacer el esfuerzo por ver. A la fecha ya se han transmitido cerca de 30 episodios, de los 70 con los que cuenta el programa, y si bien la transmiten por TNT, es posible encontrar los episodios por internet.

Así que para estas semanas decembrinas en las cuales estaremos fuera de circulación, esta es una buena opción para pasar el rato y, por qué no, apoyar las producciones nacionales, eso nunca está de más.

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Autor Lado B
Ernesto Aroche Aguilar
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