Lado B
Atender la salud mental de las mujeres en contextos de violencia, piden en Colombia
Herencias ancestrales como el comadreo contribuyen a la recuperación emocional de las mujeres en situación de violencia en Buenaventura
Por Lado B @ladobemx
16 de diciembre, 2015
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Fernanda Sánchez Jaramillo

@vozdisidente

(Segunda de dos partes)

 

Promoción y prevención

Ante la gravedad y la sistemática violación de los derechos humanos en Buenaventura, y las afectaciones que producen, todo esfuerzo parece insuficiente; otro obstáculo es el acceso a la atención.

Por ello, Médicos Sin Fronteras tiene un componente en psicoeducación, a través de las consultas, en las cuales explican a los consultantes sobre lo que viven y hablan sobre salud mental.

Además cuentan con espacios de formación para identificar signos y síntomas que hablen de un posible caso y poder brindar primeros auxilios psicológicos. “Ofrecemos talleres a docentes porque esos primeros momentos de crisis son fundamentales. Los talleres varían dependiendo del grupo y de la disponibilidad. Se hacen cada 15 días, o cada tres semanas, y consisten en cuatro sesiones de tres horas por sesión”, afirma Daniel Macía.

Por su parte el psicólogo de la Unidad de Víctimas, Julián Calero, explica que realizan acciones, dentro y fuera del territorio, y campañas para prevenir la violencia de género y el maltrato infantil.

La Unidad de Víctimas participa en espacios interinstitucionales como la mesa intersectorial y la mesa de salud mental. “Sin embargo -aclara Julián- las acciones que ahí se plantean son para toda la población,  y el rango de acción de la Unidad de Víctimas se limita a personas víctimas o en riesgo de sufrir hechos victimizantes”.

Las acciones dirigidas a diferentes sectores de la población agrega Margarita María, coordinadora de salud mental de Buenaventura, están definidas en el plan de intervenciones colectivas que contempla: violencia escolar, violencia intrafamiliar, violencia social y política y violencia sexual, esta última se trabaja de la mano con la mesa de violencia por asuntos de género, la secretaría de educación y con salud sexual y reproductiva.

Estás acciones son importantes[i]. No obstante, en opinión de Bibiana Peñaranda es incipiente lo que se hace en salud mental porque depende del sistema de seguridad social. “Se está empezando a visibilizar el asunto (…) Creo que se necesitan instituciones sensibles –asegura- frente al tema de salud mental y que puedan hacer la relación entre el contexto familiar, social y no como problema personal sino social”.

Bibiana, reconocida lideresa de la ciudad, comenta que en la mesa contra la violencia y la salud mental se sensibiliza para darle nombre y ponerle rostro a la afectación mental.

Marcha de mujeres en Buenaventura, Colombia. Foto: Fernanda Sánchez

Marcha de mujeres en Buenaventura, Colombia.
Foto: Fernanda Sánchez

Allí trabajan para que se conozcan las leyes, los derechos, para  crear atención, protección y prevención y trabajar con esos tres elementos. La mesa se reúne una vez al mes.

 

Retos en salud mental

Según Médicos Sin Fronteras, que hace parte de esas mesa, algunos retos son el acceso a los servicios de salud mental, contar con profesionales preparados para atender a  la población, asegurarle acompañamiento y control del tratamiento a personas con necesidades psiquiátricas.

En ese mismo sentido se expresa Julián Calero para quien uno de los retos tiene que ver con el sistema de salud: “Es precaria la atención, además que el negocio de la salud en Colombia pasa por encima de cualquier principio como el de la humanidad y de cualquier derecho como el de la vida”.

Uno de los principales aspectos para avanzar en salud mental está el servicio que prestan las empresas prestadoras de salud. “En el distrito una de las principales dificultades es la implementación de los planes de atención que deben tener las EPS según los establece el POS, pues son ellos los responsables de la recuperación física y emocional de las víctimas. Se requiere que cada EPS  implemente un plan de atención que acoja el acuerdo 029 y lo establecido en la Ley 1616, o Ley de salud mental, disponiendo de una adecuada red para la prestación de los servicios tanto en la mediana como la baja complejidad”, reitera Margarita María Cañaveral.

Además, insiste Cañaveral,  es necesario fortalecer la labor interinstitucional, con lo que se ha logrado articular la mesa de violencia de género y la mesa de salud mental para seguir trabajando por los derechos de esta población.

Tratamientos cortos y carencia de un enfoque diferencial son otras falencias a superar. “Estamos a años luz del enfoque diferencial. Falta que los funcionarios y funcionarias del Estado se sensibilicen,  que dejen de revictimizar a las mujeres, que conozcan qué es una violencia de género y étnico y dejar de suponer que ella se lo buscó (…) mientras estemos en la legitimación de la violencia los enfoques diferenciales no se darán porque les diremos que es por culpa de ellas (…) la estructura debe cambiar y ponerse al servicio de las personas”, señala Bibiana Peñaranda.

Bibiana y Danelly, ambas mujeres afro y activistas, consideran que se debe analizar, al hablar de salud mental y violencia, un enfoque de desarrollo que no responde a lo que las comunidades quieren.

No hay bienestar integral porque amenazan otras formas de vida. Nosotros comprendemos que para nuestra subsistencia necesitamos de esas otras formas de vida. El carbón contamina el aire, los lixiviados afectan los peces, si no se pesca esto afecta la práctica tradicional (…) –afirma Danelly- nosotros somos erradicados al ser contaminado ese pez. Para nosotros estar bien, que es bienestar, es estar bien en todos los sentidos: la parte física, emocional, mental, en lo organizativo, el medio ambiente, en los lazos de afinidad y familiaridad”.

Danelly cree que es importante dar explicaciones acerca de la violencia como estrategia para imponer un modelo económico que favorece a las empresas privadas.

Bibiana expresa esa misma preocupación por el territorio. “Las mujeres tenemos una forma de mirar el territorio pero no nos permiten vivir como queremos vivir. Hay que seguir cuestionando el sistema patriarcal”.

Mural en Buenaventura, Colombia. Foto: Fernanda Sánchez

Mural en Buenaventura, Colombia.
Foto: Fernanda Sánchez

Mientras persisten la violencia sexual contra las mujeres, las múltiples violencias en Buenaventura y los retos a superar para responder satisfactoriamente a las afectaciones emocionales y físicas que deja el conflicto armado, las mujeres afro siguen trabajando.

Mercedes Segura, exdirectora de la Fundación para el Desarrollo de la Mujer (Fundemujer), quien ahora hace parte de la secretaria de Convivencia, Mujer y Género, considera que la resiliencia de las mujeres del pacífico colombiano es clave para seguir adelante.

“Las mujeres surgen de las cenizas con más ganas de seguir aportando a través del comadreo para brindar apoyo. No nos amilanamos –dice Segura- hemos creado redes de solidaridad que nos permiten salvaguardar la vida, que es amenazada por defender los derechos humanos. Las mujeres no se echan para atrás”.

Ellas se reúnen en círculos de saberes, encuentros comunitarios donde vuelven a las historias, leyendas, a los cantos,  a las poesías, toman viche[ii], y organizan lunadas de solidaridad en los barrios en fechas especiales como el día de la madre, del padre y de la no violencia contra las mujeres, entre otros.

Su forma de ver el mundo, su cultura pacífica de resolución de conflictos es una manera  de resistir la violencia que los ha permeado. “Estamos convencidas de que el comadreo nos puede ayudar a desestructurar esa violencia”, asegura Bibiana Peñaranda.

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La representación de Buenaventura en los medios de comunicación: organizaciones sociales y gubernamentales recomiendan:

  • Visibilizar el abuso sexual sin revictimizar a la mujer
  • Utilizar fuentes confiables
  • No apelar al morbo, a la cantidad de muertos, a describir cómo asesinan, etc.
  • Evitar fotos morbosas
  • Mencionar las causas y el contexto
  • Hacerle seguimiento a las noticias
  • Despojarse del lenguaje sexista
  • Escribir en clave de mujer el sentir de las mujeres
  • Menos amarillismo
  • Menos clasismo
  • Mostrar las fortalezas de las personas
  • Mostrar los esfuerzos comunitarios
  • Utilizar la comunicación afectiva y asertiva con las supervivientes
  • No presentar los hechos de una manera fría
  • Ofrecer análisis e informes sobre la estructura de la violencia
  • Presentar la guerra detrás de los megaproyectos

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[i] Entre las acciones que adelantan está n difusión de la Ley 1257,

violencia contra la mujer, la Ley 1620, convivencia escolar, y derechos humanos, con una mirada integral e integradora, que incluye otras afectaciones relacionadas con la violencia como es el consumo de psicoactivos.

[ii] El Viche Lea también: http://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/w3-article-316577.html

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* Periodista, maestra en relaciones internacionales y trabajadora comunitaria

Cuarta publicación de la beca periodismo y salud mental del Centro Carter. En este texto violencia sexual y salud mental en Buenaventura (Colombia).

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