Lado B
En Guerrero tras la desaparición de los 43 nada ha cambiado: periodistas
El regreso del PRI al estado no augura mejoras ni que el problema del crimen organizado y la violencia vayan a detenerse, coinciden
Por Ernesto Aroche Aguilar @earoche
22 de noviembre, 2015
Comparte
Foto: Marlene Martínez

Foto: Marlene Martínez

Ernesto Aroche Aguilar

@earoche

Catorce meses después de la desaparición de 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, y el asesinato de tres más, de una fuerte presión política y social a nivel nacional e internacional y en Guerrero no ha pasado nada. O sí, el PRI, como partido político, recuperó la gubernatura del estado después de dos sexenios de administraciones perredistas, pero en términos sociales o de seguridad pública nada ha cambiado.

Esa es la perspectiva de Pedro Pardo, ganador de un World Press Photo en 2012, y Vania Piguenout, corresponsal del diario El Universal en esa entidad, periodistas que cubren el día a día de una guerra silenciosa y de baja intensidad en un estado en donde la frontera entre crimen organizado y poder político está tan diluida que no siempre es claro donde empieza uno y termina el otro.

Entrevistados tras la presentación del libro “La travesía de las tortugas”, un trabajo colectivo que retrata y perfila a los 47 estudiantes normalistas que perdieron la vida o fueron desaparecidos la noche del 26 de septiembre en Iguala, los dos periodistas coincidieron en señalar que el regreso del PRI a la gubernatura en la figura de Héctor Astudillo, lejos del slogan que se usó en campaña de “Paz y Orden”, mantiene los mismos índices de violencia que en años previos o incluso han aumentado.

Datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública confirman lo dicho, en el periodo enero-agosto de 2014 y 2015 hay incremento del 30 por ciento en el número de víctimas de homicidio doloso. En este año se han registrado en promedio 5.5 asesinatos por día. Y lo que está de fondo es la pelea por el mayor centro de producción de amapola, prácticamente el 60 por ciento del total de la producción nacional de acuerdo con estimaciones de la PGR.

[pull_quote_right]La población guerrerense fue persuadida con una campaña política muy concisa, el PRI prometió cosas que difícilmente van a cumplir. Su eslogan de campaña fue “paz y orden”, cuando el PRI es el primero que mete el desorden en los asuntos administrativos, públicos, de cogobierno y en la sociedad.[/pull_quote_right]

A la par, puntualiza Vania, se ha ignorado las demandas de justicia de los familiares de los desparecidos no solo los de Ayotzinapa, sino las más de 500 familias que ya se contabilizan.

“Tenemos en el plan de seguridad para Guerrero al General Alejandro Saavedra que fue el militar que estaba encargado de la novena región militar, a quien los padres culpan de ser uno de los responsables de lo sucedido al no atender la seguridad de la zona ni los llamados de auxilio. Y lo premian poniéndolo al frente de la seguridad.

“Pero además la comisión de Seguridad en el Congreso, está presidida por Héctor Vicario Castrejón, un personaje muy allegado de Rubén Figueroa Alcocer, el gobernador acusado de la masacre de Aguas Blancas.

“Es como una bofetada a la cara de la gente, es como decirles se chingaron, tenemos a cargo de la seguridad al general que ustedes están acusando y en la comisión legislativa a Vicario Castrejón. Y el PRI viene con todo”.

Nada cambia

Lado B (LB): Hubo mucha atención mediática nacional e internacional por lo sucedido en Iguala y no cambió nada –se le pregunta a Pedro Pardo, el fotoperiodista que cuenta con un reconocimiento que no quisiera tener, al menos no por el tema que le dio el premio, la narcoviolencia en Guerrero.

Foto: Marlene Martínez

En la gráfica el editor del libro «La travesía de las tortugas», el foroperiodista Pedro Pardo y la reportera Vania Pigueonutt. Foto: Marlene Martínez

Pedro Pardo (PP): No, no cambió nada y esto nos tiene claramente sorprendidos. En Guerrero, con los muertos hay un antes y después de Ayotzinapa. Lo sucedido con los estudiantes de la normal Isidro Burgos atrajo la atención del mundo, y nacionalmente se discutió mucho, y pensábamos que con esas discusiones podrían ser catalizadoras de un cambio estructural, y al final de cuentas no.

Al final de cuentas el conflicto se está extendiendo, vamos a cumplir 14 meses y la conciencia social ya está como perdida, quedan pocas estructuras involucradas, los padres por supuesto que siguen exigiendo la aparición con vida de sus hijos, pero lo que en un principio pensamos que podría ser el catalizador de los cambios se está diluyendo, ya no vemos presentes esas demandas de gobiernos más claros que no estén involucrados con el crimen organizado.

LB: Un gobierno del PRI luego de años de gobiernos del PRD, al menos en siglas ¿qué esperan con este regreso?

PP: La población guerrerense fue persuadida con una campaña política muy concisa, el PRI prometió cosas que difícilmente van a cumplir. Su eslogan de campaña fue “paz y orden”, cuando el PRI es el primero que mete el desorden en los asuntos administrativos, públicos, de cogobierno y en la sociedad. Parte de los problemas que tiene Guerrero es la herencia de este partido y la inoperancia y la forma absurda de gobernar del PRD, se dejó llevar por todo este tipo de relaciones que trae el poder con el crimen organizado. Y no se ve que la política vaya a ser lo que pueda generar un cambio en Guerrero.

Guerrero, un cementerio clandestino

Para Vania Piguenout, los problemas que enfrenta su estado son muchos, aunque el más reciente tiene rostro de fosa clandestina.

“Se están encontrando fosas clandestinas en Carrizalillo, que está a hora y 30 minutos de Chilpancingo, la capital del estado, en Acapulco, en Chilapa. Estamos hablando de que Guerrero es un cementerio clandestino. Estamos hablando de que ya el crimen organizado ya no solo mata, sino que también están desapareciendo a la gente. Es una guerra silenciosa, pero que no se detiene”.

Foto: Marlene Martínez

Foto: Marlene Martínez

La reportera explica que gran parte de los fosas clandestinas y los cuerpos que se han recuperado de ellas son gracias a los padres de los 43 estudiantes de la normal rural y algunos grupos de familiares de desaparecidos, “han encontrado 106 cuerpos ellos, porque el trabajo no lo ha hecho la PGR, lo han hecho ellos, sin equipo, yendo cada domingo al poniente de Iguala en donde iniciaron las búsquedas para los 43, y a la fecha la PGR solo ha identificado 11 cuerpos”.

Y agrega: “Ahora, varios de los alcaldes que están ahorita en el poder en los 81 municipios de Guerrero tienen señalamientos graves de vinculación con la delincuencia organizada, y están electos”.

Pareciera, dice, que lo de Ayotzinapa en realidad benefició al PRI “porque tenemos un gobernador que ya había perdido hace 10 años contra Zeferino Torreblanca. Los del PRI no tenían candidato, y pusieron a Héctor Astudillo Flores, y con él llego una designación de magistrados a modo en el poder judicial, una legislatura completamente a modo y de mayoría priísta”.

Pero además, agrega, si bien no están al nivel de Tamaulipas, en donde el periodismo es prácticamente mudo, hay zonas en Guerrero en donde ya no se puede entrar o la cobertura es muy complicada.

[pull_quote_right]Parte de los problemas que tiene Guerrero es la herencia de este partido y la inoperancia y la forma absurda de gobernar del PRD, se dejó llevar por todo este tipo de relaciones que trae el poder con el crimen organizado. Y no se ve que la política vaya a ser lo que pueda generar un cambio en Guerrero.[/pull_quote_right]

Y el ejemplo lo pone Arturo de Dios Palma, el corresponsal de La Jornada en la región, quien también participó en el libro colectivo que le da dimensión a los 43 desaparecidos, cuando durante la presentación habló de la realidad que se vive en Chilapa de Álvarez, zona que cubre y que en está en el centro de una disputa entre los grupos delictivos Los Rojos y Los Ardillos:

“La tendencia de muerte en Guerrero está muy cabrona. Y en Chilapa el riesgo es que si publicas de un grupo pues se enojan los del otro y viceversa”. Y en ese filo se reportea, y en ese filo se vive en un estado que concentra los mayores niveles de pobreza en este país, que se ha vuelto un estado expulsor de jornaleros a Sonora o Baja California, y al que la alternancia política no le cambió la realidad.

Comparte
Autor Lado B
Ernesto Aroche Aguilar
Suscripcion