La devoción por la Santa Muerte se ha extendido a diversos sectores. Muchos niños son devotos por herencia familiar, se les enseña a creer en la Muerte y en sus favores, como a creer en la virgen o cualquier otro Santo, sin importar que este culto siga siendo estigmatizado y descalificado por la iglesia católica con la que por cierto la mayoría de los creyentes de la Santa Muerte comparten ritos, oraciones y fe.
Los niños creyentes de la Santa, quizá por herencia o imitación a los mayores, enseñan orgullos sus efigies, estampas y/o escapularios.