Lado B
Ingresos, pobreza y desigualdad en Estados Unidos: los últimos datos
Los de más bajos ingresos: hogares negros formados por personas muy jóvenes o de más de 65 años y, sobre todo, encabezados por mujeres
Por Lado B @ladobemx
29 de septiembre, 2015
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Foto: Tomada de Primicia Diario

Foto: Tomada de Primicia Diario

Cristina Vallejo │ Frontera D

@fronterad

El Departamento de Comercio de Estados Unidos publica anualmente un informe sobre la pobreza en el país. El correspondiente al año 2014 se ha conocido este mismo mes de septiembre. Leerlo en España da mucha envidia porque ningún organismo público de nuestro país elabora un documento tan completo como éste sobre este asunto. Y también es de admirar que cuente con un largo historial, con lo que es posible comparar la evolución de indicadores de ingresos, pobreza y desigualdad desde los años cincuenta. En alguna ocasión hemos intentado hacer un recorrido por la historia social de España y nos hemos encontrado con grandísimas dificultades para reunir todos los datos y que éstos fueran homogéneos y, por tanto, comparables de un año para otro.

¿Cómo está evolucionando la renta en Estados Unidos? Los ingresos medios por hogar en Estados Unidos se situaron en 2014 en los 53.657 dólares al año, una cifra no muy diferente a la del año 2013. De hecho, ya son tres los años consecutivos en los que no hay muchos cambios en los ingresos medios, lo que ocurre después de dos años consecutivos de descensos. En total, desde el año 2007 en que comenzó la crisis en Estados Unidos, los ingresos medios por hogar se han reducido un 6,5%.

Pero hablar de medias esconde una realidad tan desigual como la que sigue: si bien la media de ingresos por hogar, como hemos dicho, se encuentra en los 53.657 dólares, en el caso de los hogares negros, la cifra baja hasta los 35.398 dólares anuales, mientras que en el caso de los asiáticos sube hasta los 74.297 dólares.

También hay grandes diferencias entre tipos de hogares. Así, si los formados por una pareja casada disponen de unos ingresos medios superiores a los 81.000 dólares, en el caso de las familias monoparentales encabezadas por una mujer, la cifra cae hasta los 36.000 dólares, mientras que en el caso de las monoparentales encabezadas por un hombre, los ingresos medios son de 53.000 dólares, coincidiendo con la media nacional.

En cuanto a edades, los hogares más pobres son los encabezados por personas de entre 15 y 24 años (34.605 dólares) y los de más de 65 años (36.895 dólares).

Tenemos, pues, una primera fotografía, o más bien un esbozo, de las personas de más bajos ingresos en Estados Unidos: hogares negros formados por personas muy jóvenes o de más de 65 años y, sobre todo, encabezados por mujeres.

Sí, por mujeres: en 2014, según destaca el estudio, la relación de ingresos hombres / mujeres era de 0,79, lo que significa que por cada dólar que ingresan los hombres, ellas reciben apenas 79 centavos.

Para medir la desigualdad, el informe utiliza muchos índices: el reparto de los ingresos de los hogares agregados en quintiles de renta; el índice Gini; y un indicador que elabora el Census Bureau que estima percentiles de renta; el Theil Index, que es similar al índice Gini porque resume la dispersión de los ingresos; además de los índices de Atkinson, entre otros.

Resumiremos los datos más relevantes que nos dan los indicadores de desigualdad anteriores: los hogares del quintil más bajo, es decir, el 20% de la población de menos renta, recibió ingresos de 21.432, o menos, en el año 2014, frente a los 112.263 dólares, o más, que ingresó el 20% más rico. El 5% más rico tuvo una renta anual de 206.568 dólares o más.

El índice Gini se situó en Estados Unidos en 0,48 puntos, un nivel alto si lo comparamos con los alrededor de 0,33-0,34 puntos en que se sitúa en España. Para poner en un mejor contexto este indicador, un Gini en 1 implicaría una desigualdad perfecta en la que una persona acapararía toda la renta generada en una sociedad, mientras que una sociedad con Gini igual a 0 sería completamente igualitaria en la que todos los actores participarían en la renta en la misma proporción.

Hemos visto indicadores de desigualdad estática, de cómo se repartía la renta en el año 2014. También podemos incorporar algún dato que muestre cuál ha sido su dinámica en los últimos años. Entre 1999 y 2014, las rentas de los percentiles 50º (el de la mitad de la distribución) y 10º (el que marca el 10% más pobre) cayeron un 7,2% y un 16,5%, respectivamente. En cambio, la renta del percentil 90º en este periodo creció un 2,8%.

En 2014, el índice 90/10, es decir, el indicador que mide por cuántas veces hay que multiplicar los ingresos del 10% más pobre para obtener los del 10% más rico, era de 12,83.

¿Y la pobreza?

En 2014, la tasa oficial de pobreza era del 14,8%, prácticamente seis puntos por debajo de la tasa de pobreza española, por contextualizar. En 2014 había 46,7 millones de pobres en Estados Unidos. En estos niveles, dice el informe, lleva la pobreza enquistada en los últimos cuatro años. Pero en 2014, la tasa de pobreza en Estados Unidos era 2,3 puntos porcentuales superior a la del año 2007, el año previo al inicio de la Gran Recesión Americana.

Por edades hay muchas diferencias: así, la tasa de pobreza para los menores de 18 años está en el 21,1%, para las personas de entre los 18 y los 64 años, en el 13,5%, mientras que para los mayores de 65 años baja hasta el 10%.

La mayor vulnerabilidad, de todas formas, nos la encontramos en las que el informe llama «unrelated subfamilies», en ella, las tasas de pobreza superan el 40% y en el caso de los menores de 18 años alcanzan el 46,6%.

Si entre los blancos, la tasa de pobreza es del 12,7% y del 10,1% si son blancos de origen no hispano, en el caso de los negros, sube hasta el 26,2%.

Y si entre los hombres, hay una tasa de pobreza del 13,4%, entre las mujeres, un 16,1% son pobres.

El trabajo saca de la pobreza, pero sólo el trabajo de calidad: entre los trabajadores americanos empleados a tiempo completo y durante todo el año, sólo el 3% se encuentra bajo el umbral de la pobreza, mientras que en el caso de quienes trabajan también todo el año, pero con contratos a tiempo parcial, la tasa de pobreza sube hasta rozar el 16%.

Y también una mayor educación reduce la probabilidad de caer en la pobreza: quienes tienen estudios superiores terminados, la tasa de pobreza es de un 5%, frente al 28,9% en que se sitúa la tasa de pobreza de quienes no han conseguido finalizar los estudios secundarios.

La pobreza está concentrada en las familias rotas, sobre todo entre las negras y fundamentalmente en las compuestas por mujeres. También, entre la gente con pocos estudios y entre quienes no tienen trabajo porque seguramente hace años salieron del mercado laboral.

20,8 millones de americanos, en «pobreza severa»

¿Cuántos de estos pobres sufren una pobreza severa? Definamos «pobreza severa»: de acuerdo con el informe, la padecen quienes reciben ingresos de la mitad o de menos de la mitad de la cifra que marca el umbral de pobreza. En esta situación se encontraría el 44,6% de todos los pobres de Estados Unidos y el 6,6% de la población del país o 20,8 millones de personas. Entre las personas negras, el porcentaje sube hasta el 12%. Entre las familias rotas, hasta casi el 24%.

En el gráfico bajo estas líneas se puede ver, además, el porcentaje de población que vive en hogares con rentas inferiores a la mitad de la cifra que marca el umbral de la pobreza; de quienes ingresan entre el 50% y el 99% del umbral de la pobreza, de quienes entre duplican y triplican esa renta; y de quienes ingresan al menos tres veces la cantidad que marca la frontera de la pobreza:

Para quien tenga curiosidad sobre cómo se calculan en EE.UU. los umbrales de la pobreza, hay un documento técnico que mide la pobreza, además, con metodologías y criterios alternativos. De manera oficial, de acuerdo con la metodología escogida por el Departamento de Comercio, para hogares de cuatro miembros, dos padres y dos hijos, el umbral de la pobreza se establece en los 24.000 dólares.

Si han conseguido llegar hasta aquí después de tal batería de datos, coincidirán conmigo en este sentimiento de profunda envidia por las estadísticas y los datos que publican los organismos oficiales estadounidenses.

[quote_box_left] Originalmente publicado en Frontera D [/quote_box_left]

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