Existen numerosas premisas que apuntan a la cualidades medicinales de la música y el sonido. Existen desde estudios neurocientíficos que señalan beneficios que la música aporta a nuestro cerebro y cuerpo, por ejemplo reducir probadamente el estrés y fortalece el sistema inmunológico, hasta postulados antiguos (por ejemplo la filosofía pitagórica) o corrientes neolíticas que apelan a terapias de sanción sonora.
Desde hace milenios ciertas tradiciones alrededor del mundo han empleado recursos sonoros con fines rituales y terapéuticos. Aquí tenemos, por ejemplo, el uso de maneras en escuelas místicas de Oriente, el cantar de los marakames entre el grupo wixarrika o huichol en México y el pronunciamiento de “sílabas semilla” entre los tibetanos. En cuanto a Occidente, uno de los más importantes antecedentes en el campo de la audiosanación floreció con Pitágoras:
Además (Pitágoras), profundizó en las reacciones específicas que ciertos acordes y armónicos producían en el organismo humano. Esto le llevo a establecer secuencias sonoras que facilitaban ciertos patrones conductuales y que, utilizados con conocimiento, demostraban propiedades medicinales. Se dice que en su academia establecida en Crotona, compuso piezas para sanar determinados malestares físicos o espirituales, precisiones musicales configuradas explícitamente para inducir el sueño, contrarrestar el enojo, o combatir los miedos.
[quote_right]La noción de que nuestra salud puede afinarse mediante el sonido enfatiza en la naturaleza “frecuencial” de los cuerpos, es decir, en esa cualidad receptiva a las vibraciones emitidas por fuerzas externas, en este caso las ondas sonoras.[/quote_right]
La noción de que nuestra salud puede afinarse mediante el sonido enfatiza en la naturaleza “frecuencial” de los cuerpos, es decir, en esa cualidad receptiva a las vibraciones emitidas por fuerzas externas, en este caso las ondas sonoras. Y si agregamos que los líquidos son evidentemente propensos a reaccionar ante una onda, y que aproximadamente el 60% del cuerpo humano está constituido por agua, entonces el fenómeno se intensifica.
La hipótesis de que el sonido puede armonizar el cuerpo físico y así combatir malestares específicos o aportar beneficios puntuales ha dado pie para que en la actualidad abunden terapias diseñadas alrededor de este precepto. Incluso se han señalado ciertas frecuencias sonoras que influyen directamente en distintos aspectos de nuestra psique y nuestro cuerpo.
A continuación te presentamos una lista de frecuencias y sus posibles efectos sanadores: