Lado B
Las fiestas de las mujeres
¿Las mujeres tenemos fiestas? ¿Las mujeres nos celebramos? ¿Tenemos espacios de diversión, de esparcimiento entre nosotras y para nosotras? Me acerco peligrosamente a los 30 años. Esta llegada inminente al tercer piso me ha hecho reflexionar, como siempre, sobre la situación de las mujeres que están en mi misma situación. Una cosa me ha llevado a la otra, hasta que acabé llegando a la conclusión que les voy a compartir: las mujeres solo tenemos fiestas si seguimos el patrón de vida preestablecido de casarnos y ser madres.
Por Lado B @ladobemx
26 de julio, 2015
Comparte
Liz Ruiz

Para Andy, que  ya mero se hace lesbiana conversa

[dropcap]¿[/dropcap]Las mujeres tenemos fiestas? ¿Las mujeres nos celebramos? ¿Tenemos espacios de diversión, de esparcimiento entre nosotras y para nosotras? Me acerco peligrosamente a los 30 años. Esta llegada inminente al tercer piso me ha hecho reflexionar, como siempre, sobre la situación de las mujeres que están en mi misma situación. Una cosa me ha llevado a la otra, hasta que acabé llegando a la conclusión que les voy a compartir: las mujeres solo tenemos fiestas si seguimos el patrón de vida preestablecido de casarnos y ser madres.

bodas1Pero ¿cómo formulé tan pesimista idea? Revisemos los “días importantes”: si soy una mujer de 29 años que está a punto de casarse tengo el día que mi novio me entrega el anillo (momento que figura en nuestras fantasías desde antes de que empecemos a menstruar), el día de mi pedida de mano con consuegrxs incluidxs, la despedida de soltera, el momento más soñado de mi vida que promete ser la cúspide de la felicidad (o sea, la boda, por supuesto). A partir de ese momento, cada año celebraré el San Valentín y el aniversario de bodas hasta que vuelva a vivir el momento que he fantaseado desde que tengo uso de razón y que me va a convertir en una mujer plena y completa para siempre (obviamente: el convertirme en madre). A este estilo de vida le agregamos los días de la madre y los cumpleaños de las criaturitas que también son un día de celebración para mí. Echándole cuentas, cada año tendré unos 5 días de celebración de mi estilo de vida de madreesposa (además del cumpleaños y la navidad). ¡Pero no solo eso! Hay otras cuestiones que me hicieron pensar en el peso social de este estilo de vida: las fotos en las redes sociales que más aprobación tienen son las de las pedidas, despedidas y bodas. Cualquiera de estas en Facebook tiene más de 100 likes y un sinfín de felicitaciones. Y algo que considero muy simbólico: si te casas, la sociedad te ayuda a amueblar tu casa (con los regalos de bodas). Felicidades. Concretaste tu cuento de hadas.

Ahora pensemos en que soy esa misma mujer de 29 años que no se casará nunca por decisión propia. El independizarme es un momento que pasa sin pena ni gloria para la sociedad, si no es que de plano es mal visto y atacado. El castigo social incluso se puede traducir en forma de preocupación: “con mucho cuidado, porque vives sola”, “pero ¿cómo le vas a hacer para cargar el garrafón de agua?” “¿qué necesidad de vivir sola? Mejor quédate con tu papá y mamá”. Mis amistades más cercanas irán a la inauguración de mi casa, y quien se vea más dadivosx me llevará una planta, pero nadie me va a llevar edredones, licuadora, plancha, microondas y demás. Al final me felicitarán honestamente y se irán. Y hasta ahí llegó el guateque. Misma situación si, en lugar de ser madreesposa, considero que lo mío es la educación: llegarán mis más allegadxs a mi examen de maestría o doctorado, se echarán unas chelas conmigo después, me felicitarán honestamente y punto. Ninguna de estas dos situaciones se celebrará cada año, no hay fotos en Facebook de “5 años felizmente siendo Doctora”, nadie hace fiestas de “hace 10 años que me titulé de la maestría”. Esos son eventos que duran un solo día y se olvidan para siempre entre la sociedad. Echándole cuentas, cada año tendré para celebrar… mi cumpleaños. Y la navidad, como todo el mundo cristiano. Punto.

aquelarre_brujasNunca había pensado en esto hasta que me di cuenta de que, como yo soy del segundo tipo, estoy simbólicamente excluida del mundo de las celebraciones personales. Es como si la sociedad nos dijera: “Como tú no cumpliste con tu rol tradicional, no tienes nada que festejar.” (Y no me digan que soy una vieja exagerada).

He platicado esto con algunos amigos (con mis amigas no he tenido chance), y me han sugerido uniformemente lo mismo: que no me importe. ¡Claro! Ya ven que una no es un animal socializado que busque pertenecer a un grupo. Como soy la reencarnación mexicana del Buda, pues puedo convivir tranquilamente en una sociedad que no me reconoce ni me celebra nada.

Y esto me ha llevado a pensar otras precisiones sobre este tema. Las fiestas tradicionales de las mujeres no son con respecto a nosotras mismas, sino con respecto a alguien más: el marido o lxs hijxs. Pero nosotras no nos celebramos. Podríamos festejar nuestra primera menstruación cada año, o tener aniversarios de eventos significativos para nosotras (yo por ejemplo festejo el día que conocí el mar y también el día que tuve un accidente que pudo ser mortal y no lo fue). La única fecha que  celebramos socialmente para nosotras es el cumpleaños, y fíjense cómo es un orgullo solo hasta cierta edad porque después empezamos a decir horrores como: “ya no quiero cumplir años”, o “yo a partir de este, cada año cumplo los mismos años”. Considero que estamos implicando que no queremos seguir adelante, que nuestro futuro no nos significa esperanza. La única fiesta para nosotras se convierte nuevamente en algo que rechazamos o escondemos parcialmente.

Después pensé en colectivo. ¿Qué eventos, celebraciones o momentos de esparcimiento tenemos las mujeres como grupo social? Los hombres, por poner solo un ejemplo, tienen la Copa Mundial. Cada cuatro años el mundo se para para que ellos se diviertan y beban, falten unas horas al trabajo y se unan como hombres en la celebración, incluso con desconocidos, mientras que las mujeres no tenemos nada equiparable. Es más, en un día normal podemos entrar a cualquier restaurant, por más fino y gourmet que sea, y encontrar un partido amistoso Necaxa-Sinaloa con el volumen a todo lo que da en lugar de música ambiental. Una vez más, hemos sido excluidas del esparcimiento, porque el fútbol es un interés prioritariamente masculino. Nunca podemos ir a un bar o restaurant donde vayan a televisar algo importante para las mujeres, que lleguemos al lugar y haya más mujeres que hombres, que estén concentradísimas en lo que ven mientras comen o beben y se divierten. Eso no pasa nunca.

aquelarre-1Esto me lleva a pensar que en nuestro rol de mujeres, la diversión está por demás olvidada y nos ha sido negada. Si no celebramos nuestra vida de esposa y madre, no tenemos juergas.

Después de los entripados que he hecho pensando en esto, propongo que hagamos de la diversión una prioridad femenina. De nosotras para nosotras. Celebremos momentos importantes en nuestra vida, pongámosle a la graduación de una amiga la misma atención que le pondríamos a su boda, apoyemos los logros de otras mujeres que no tengan que ver con su rol de madre y esposa. Y muy importante: si me estás leyendo y eres dueña o gerenta de un bar o restaurante, si eres mercadóloga o trabajas en relaciones públicas ¡Danos prioridad a las mujeres! Puedes organizar noches para nosotras, televisar eventos que nos puedan divertir e interesar o por lo menos, tener en tu lugar una “sección libre de fútbol”, donde no haya pantallas y se conserve la música por si vamos mujeres (y hombres) que no tengan interés en ver el penal falso del partido México-Panamá.

Gracias, nos leemos en 15

Pd. Gracias por el apoyo en esta, mi columna anterior.  Si les interesa pueden leer aquí mis demás alegatos feministas. Soy psicoterapeuta y sexóloga de Puebla, y presido el Colectivo Equilátera A.C. de educación sexual y educación para la paz. (Por si te interesan mis servicios o quieres amenazarme de muerte por feminista, este es mi Facebook).

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion