Lado B
Viñetas de una elección de cerdos contra marranos
El momento decisivo frente al urna; la historia de un representante de partido en las 12 horas que pasó cuidado la casilla; una mapache que ya no pudo operar...
Por Ernesto Aroche Aguilar @earoche
10 de junio, 2015
Comparte

Port_CompradeVotos

Ernesto Aroche | Gabriela Di Lauro | Aranzazú Martínez

@earoche | @gabydilauro | @Aranhera

–Sabes cómo se hace el fraude –pregunta una joven de vestido azul que transita en una de las tantas combis que cruzan la ciudad de Puebla al chofer que está a su lado-, ya no es en las casillas –continúa sin esperar la respuesta-, sino a la hora de subir la información al sistema. Al PREP, por ahí de las 3 de la mañana empezó a cambiar la tendencia, y los votos que teníamos desparecieron.

La mujer minutos antes había respondido en su teléfono una llamada y ahí aseguró que ella había defendido los votos que le tocaban en la casilla. No sé en qué casilla fue, tampoco tengo certeza a qué partido le “operó”. Lo único claro, porque las cifras del PREP y de las juntas distritales así lo dicen, es que el PAN de Moreno Valle, el PAN del gobernador que no es el PAN de toda la vida, perdió la capital del estado, tres de cuatro distritos que tradicionalmente eran graneros de votos azules regresaron al PRI.

De poco le sirvió al gobernador y su grupo político lanzar a sus candidatos guapos aunque suplentes (Cabalán); o a los candidatos cobijados por el alcalde Antonio Gali en un tímido intento de comenzar a solidificar su propio grupo político más allá de la sombra de Moreno Valle (Albizuri); incluso a los panistas de antaño que aceptaron alinearse del lado del habitante de Casa Puebla (Angélica Ramírez) con tal de obtener una pequeña cuota de poder, los tres perdieron ante la política dictada desde Los Fuertes que, como dijo el politólogo de la Universidad Iberoamericana, Juan Luis Hernández,  gobernó lejos de los ciudadanos e incluso contra ellos, no sólo con decenas de detenciones arbitrarias, sino incluso con decisión de nulo beneficio social, como la Estrella de Puebla.

***

“Pues yo, la mera verdad, voy a votar por Morena, pero vengo representando al PAN porque me dieron quinientos pesos”.

Así empezó la conversación luego de casi dos horas de compartir la mesa en la que los representantes de partidos nos reunimos a trabajar por México durante 12 horas exactas.

Ya había visto que mi vecina traía, además de la lista nominal, otra lista con algunos números marcados en verde -¿y esos de verde?- le pregunté. –Ah, esos son los que tienen que venir a fuerza porque ya se les pagó.

No, nadie me lo contó.  Esa fue precisamente la razón por la que, sin creer en los partidos, acepté ser representante de uno (por el que tampoco voté y que no me dio más que las gracias y los alimentos del día).

Una jornada de doce horas de intenso trabajo, mi trabajo: mirar y escuchar a los otros.

-Mire, señora, ese de ahí, el de la camisa de a cuadros, es el que le digo que se vuelve puto cuando bebe, si bien que le andaba coqueteando a mi marido.  Y ese otro, el de azul de cuadritos, ese vende droga a los chamacos.  No, si le digo que esta colonia es repeligrosa, en las elecciones pasadas hasta tiros hubo, figúrese usted.  A ver cómo nos va en esta.

Entre votante y votante, dado que el abstencionismo alcanzó el 70.66% en mi casilla, hablaron de la compra de votos en sus colonias, de quién y cómo iba tocando puertas ofreciendo dinero o pantallas; unas horas después, las más flojas (durante el partido de fútbol), contaron sus vidas, las historias de amor y traición, los logros de los hijos y el amor por los nietos, a mi vecino hasta tiempo le dio de contarme de su reciente separación.

Y ahí estábamos los del PAN, PRD, Morena y Nueva Alianza casi llorando por las penas de amor mientras los del PRI, Verde y PT nos miraban de reojo.

Por un momento toda la atención se concentró en un estudiante de historia que casi me convence de que los libros de texto gratuito están muy mal hechos y mienten, porque además “nunca nos van a contar de los extraterrestres que buscan dominarnos y hay evidencia de que han estado aquí”.

A nadie parecía interesarle lo que simultáneamente sucedía en Morelos, Guerrero, Oaxaca, Chiapas u otros distritos de Puebla.

Sólo un pleito en toda la jornada: una representante del PRD queriendo hacerla de tos porque el presidente de mi casilla traía una camisa azul debajo de su chaleco negro y eso era incitación al voto, sin mirar que la señorita que en su casilla marcó los dedos con tinta indeleble traía playera amarilla debajo de suéter amarillo.

[quote_right]Millones de pesos gastados en un proceso electoral federal para que el 70% de mi lista nominal se abstuviera de votar y aún así sea una elección válida.[/quote_right]

Y afuera los operadores en sus celulares: “¿cuántos te faltan? Ya tráetelos”

Y al final llegó el conteo, no lo podía creer: 58 votos para la coalición PRI-Verde, 47 para el PAN, 32 para Morena; casi me voy para atrás al constatar que Encuentro Social dobleteó al PRD, ¡pum! ¡pa’bajo! y el resto de los votos ahí repartiditos entre los pequeños, sólo 16 votos nulos.

Y ahora a llenar actas, firmar y despedirnos con fuertes abrazos como si esas doce horas hubieran sido una vida.

Y llego a casa y apesto, no me puedo quitar ni con el baño el olor a mierda que traigo.

Millones de pesos gastados en un proceso electoral federal para que el 70% de mi lista nominal se abstuviera de votar y aún así sea una elección válida.

Miles de personas trabajando como funcionarios, cuidando la legalidad dentro de la casilla para que al final PRI-Verde y PAN encabecen la lista de ganadores en una de las juntas auxiliares menos privilegiadas de la capital del Estado…

¿Pues no que “Fuera Peña” y no que muera el “GóberBala?”  ¿Tons? No entiendo.

*** 

Los candidatos independientes en Puebla se ubicaron en el tercer y cuarto lugar de su distrito. Uno más independiente que el otro, pues Jesús Amador Hernández llegó a la candidatura, igual que el Bronco en Nuevo León, tras años de militar en el PRI. Manuel Alberto Merlo no, él no tiene pasado de militancia partidista.

Y a él, cuenta en entrevista que ofreció a medios tras la jornada electoral en la que logró ganarle a 7 de los partidos en la contienda, y solo fue superado por Morena, la alianza PRI Verde y el PAN, que hubo intentos por parte de “partidos”, no aclara cuáles, de comprar su declinación.

Tomada de Los Periodistas

Tomada de Los Periodistas

Fueron dos veces en las que el joven estudiante de la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad Iberoamericana recibió la oferta. La primera, cuenta, media hora después de que diera una rueda de prensa el pasado 16 de febrero anunciando que sí iba a contender en el proceso electoral como candidato a diputado federal del distrito 9 de la ciudad de Puebla.

Ahí, alguien del que no da detalles le proponía que se uniera al partido, sobra decir que Merlo se negó a la posibilidad.

Después, unos días antes de terminar su campaña, a finales de mayo, le llegó un mensaje a su teléfono celular diciéndole algo similar, que declinara a favor de tal partido. Dio la misma respuesta, que de ninguna manera declinaría, porque sería una responsabilidad tanto mediática como simbólica, y si decidió contender como candidato independiente fue para no entrar en la misma dinámica partidista.

Alberto dice que las cifras son el resultado de que los ciudadanos en el hartazgo encontraron una alternativa y sobre todo en el ámbito de la transparencia, pues él fue el único que suscribió las cuatro iniciativas de transparencia de candidatos a nivel nacional (la del INE, la de la Unam, la del Imco y la de Coparmex).

***

Una operadora electoral, una mapache pues para evitar el eufemismo, cuenta:

–Me detuvieron a un movilizador estos hijos de la chingada. La policía me quitó al mejor de mis hombres, el que mejor conoce la zona. Y a mí me tienen amenazada para evitar que opere, ya mejor voy a decirles a mis hijos que no salgan, no vaya a ser la de malas.

El partido para el que trabajaba perdió la elección en ese distrito. Del otro lado usaron la estructura de gobierno descaradamente para nulificar el acarreo y la compra de votos, extrañamente la policía no vio a los mapaches del partido ganador, los mapaches del propio gobierno.

***

Frente a la boleta, C. se detiene a pensar en los candidatos y en los logos de los partidos impresos. Sabe de las trampas del Verde, recurrentes en toda la campaña, y de los excesos en las redes sociales desde cuentas de twitter de cantantes, conductores de televisión y hasta entrenadores, que de sayayines pasaron a simples piojosos. Sabe de los escándalos del PAN y del PRI, audios de un lado y otro que se filtraron a la prensa y los dibuja de pies a cabeza como los corruptazos que son, de que hay que ganar por las buenas o por las malas; de que se ofrecen miles de pesos para evitar se publique información que puede dañar su campaña o su prestigio (ja). Sabe de los candidatos camaleones del PRD, de Nueva Alianza, de Movimiento Ciudadano, de esos que han pasado por tres o cuatro partidos, sabe de los chapulines que sin haber terminado su periodo en el Congreso local ahora quieren ocupar una curul en San Lázaro, y quién sabe si después no dejarán botada esa chamba para irse a buscar otra. No conoce a los candidatos de Morena, del Partido Humanista o de Encuentro Social, pero no por no conocerlos confía en ellos o en sus partidos, ni por sus fotos con el rayito de esperanza, ni por sus spots con Héctor Suárez. Conoce a varios diputados que llegaron al Congreso local con la bandera de ser los candidatos ciudadanos y dejaron un sabor amargo al volverse defensores del gobierno estatal y del sistema que iban a vigilar.

Toma el crayón y escribe sobre la boleta: “Malditos parásitos”. La deposita en la urna y sale de la casilla con un regusto metálico en la boca.

[quote_box_center]*El texto de Gabriela Di Lauro, quién fue representante de casilla en el distrito 10 de Cholula se publicó originalmente en el sitio Los Periodistas el pasado lunes y se publica con la autorización de la autora.[/quote_box_center]

Comparte
Autor Lado B
Ernesto Aroche Aguilar
Suscripcion