Susana Sánchez Sánchez

[dropcap]H[/dropcap]ay quienes hablan del periodismo de manera general, como si en todos los rincones de la tierra esa profesión fuera practicada en las mismas condiciones. Si bien el periodismo tiene que ver con un apego a la veracidad de los hechos con el objetivo de que una sociedad esté bien informada, ello no siempre ocurre así.

Aquellos que se dedican a hacer estudios sobre periodismo de manera sistemática, dan cuenta de los altibajos del periodismo según el lugar donde la información es producida. Uno de los referentes obligados para quienes hacen estudios sobre periodismo es el archivo de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC), la cual desde hace 27 años organiza un encuentro nacional de investigaciones de la Comunicación, y una de sus temáticas eje es Periodismo.

En esta última edición (la 27) de la AMIC, se abordaron las condiciones económicas, políticas, sociales y lingüísticas del periodismo en el norte, centro y sur del país. Cada región tiene sus problemáticas, aunque hay ciudades claves que se han puesto en el escenario de los estudios sobre periodismo desde el siglo XXI, cuando la violencia se hizo más latente o más visible, por ejemplo en ciudades fronterizas, donde hay periodistas que anhelaban estar cubriendo guerras, salvo que para cubrir esos eventos hay que estar preparado para zonas de conflicto, y en México el gremio periodístico se han ido preparando sobre la marcha, en medio de levantones, secuestros y muertes.

[pull_quote_right]La diversidad de investigaciones a lo largo de México, son ejemplos de que el periodismo no se centra en el Distrito Federal y de que no se puede hablar del periodismo en general, sino que cada ciudad está rodeada por un conjunto de circunstancias económicas, políticas y sociales que le dan ciertas particularidades a las prácticas periodísticas[/pull_quote_right]

La violencia, sin embargo, no sólo se vive en la práctica del periodismo, también en la construcción de un periodismo popular que juega con el morbo, pues los productores de contenido informativo, pueden poner en el mismo espacio la foto de un muerto junto a la de una mujer semidesnuda. La violencia como una mercancía de consumo informativo, también está ganando mayores audiencias y a su vez está construyendo en los consumidores de ese producto, una forma banal de mirar la violencia o el dolor de los otros.

En el encuentro también se habló de lo complicado que es separar intereses políticos y económicos entre los medios de comunicación y el Estado, pese a que existen otras plataformas para hacer circular la información de una forma más libre. Por otro lado, se abordó el tema del periodismo alternativo de cara a esas alianzas entre prensa y Estado, en este sentido se habló del periodismo hecho por los ciudadanos y no por cualquier ciudadano sino por aquellos que tienen un amplio conocimiento en informática, al grado de intervenir bases de datos digitales para obtener información y ponerla a circular para su difusión masiva.

Se habló también del periodismo especializado y de las secciones informativas que se han comercializado más y seguirán con la batuta del periodismo, por ejemplo: política, deportes, espectáculos, sociales, policía; en contraparte con las secciones blandas: espectáculos, cultura o ciencia.

En conclusión, la diversidad de investigaciones a lo largo de México, son ejemplos de que el periodismo no se centra en el Distrito Federal y de que no se puede hablar del periodismo en general, sino que cada ciudad está rodeada por un conjunto de circunstancias económicas, políticas y sociales que le dan ciertas particularidades a las prácticas periodísticas.