Foto cortesía Ricardo de la Rosa

Ámbar Barrera

@Dra_Caos

Villa Verde es una colonia al norte de la ciudad de Puebla. Las altísimas paredes del conjunto de casas de interés social se alzaron desde 1985 de un color blanco y liso y fueron deteriorándose con el tiempo. Más de 10 años después, en 2012, Ricardo de la Rosa Zayarzábal vio en esos muros un enorme lienzo esperando a ser intervenido.

Casa por casa, Ricardo habló con la gente que vivía en esos edificios para preguntar si estaban de acuerdo en que esas paredes fueran intervenidas por artistas urbanos con arte mural, y aunque hubo inconformidades y oposición, al final la mayoría accedió a la propuesta. Actualmente, los murales en Villa Verde tienen mucha aceptación y son valorados.

–El objetivo del proyecto es acercar a la gente al arte a través de arte mural y al mismo tiempo darle mantenimiento preventivo a los edificios, ya que nunca han sido repintados ni han tenido el mantenimiento necesario desde 1985, cuando se construyeron. – dice Ricardo en entrevista para Lado B.

El proyecto se llama Color para Villa Verde y aunque comenzó siendo un proyecto personal para Ricardo como artista urbano, él se ha encargado de sostenerlo mediante becas artísticas, la más reciente otorgada por el FONCA con la beca de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales, ya que los requerimientos físicos y económicos para la realización de un mural son tan altos como el muro que se interviene.

Hasta el momento, existen 40 murales monumentales terminados que miden 12 metros de alto por 6 metros de ancho, y que han sido realizados no sólo por Ricardo, sino también por otros artistas (individuales y colectivos) de Monterrey, Guadalajara, Sinaloa y el Distrito Federal, así como de otros países como Japón, Francia, Colombia y Estados Unidos.

–Yo lo veo también como una alternativa a esta ley antigraffiti. Siento que es muy exagerado y muy castigado tomando en cuenta que el arte urbano ha sido aceptado alrededor del mundo por la administración del arte y los museos más importantes del mundo. Entonces yo sí creo que en Puebla se ha llegado a un retroceso. Y yo veo este proyecto como alternativa porque también invito gente que está pintando clandestinamente  y trato de mostrar ese otro ángulo del arte.

Ricardo también explica que hay una diferencia en entre Graffiti y el arte urbano (o Street art): El primero se enfoca en una acción y el segundo en una idea, aunque al final ambos tengan el objetivo de transgredir o transmitir un mensaje.

Entre los retos del arte mural urbano, Ricardo y los artistas que han participado en su proyecto, se han enfrentado a la lluvia, que en ocasiones ha escurrido la pintura de un mural en pleno proceso.

–Nuestro arte es efímero y estamos conscientes que tarde o temprano va a desaparecer, entonces también es un poco raro ver que el mural ya se deterioró, aunque últimamente le hemos puesto sellador a los murales más elaborados para que duren alrededor de 9 o 10 años.

Ricardo ya ha empezado a replicar este proyecto en la colonia de Las Hadas, también al norte de la ciudad, donde comenzará a realizar un mural piloto y evaluar cómo reacciona la gente.

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