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Los cambios sociales y económicos en Cuba llevarán de tres a cinco años para aterrizarlos en el ciudadano de a pie, sin embargo, el pueblo cubano es quien más entusiasmado se encuentra con la reapertura de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, relación que podría abrir la isla al mundo, afirmó el doctor Carlos Rodríguez Arechavaleta, catedrático de la Universidad Iberoamericana.

Tras el acercamiento desde aquel 17 de diciembre en La Cumbre de las Américas celebrada en Panamá, las expectativas y los elogios no han cesado para los mandatarios de Estados Unidos y Cuba, Barack Obama y Raúl Castro, respectivamente. Sin embrago, ahora lo que se aplique para llevarlo a los bolsillos de los cubanos, será el refrendo de este reconocimiento.

[quote_right]“El cubano de a pie no ha visto a partir de los discursos de los presidentes Obama y Castro un cambio porque no hay todavía una normalización diplomática, pero han aumentado los viajes de turistas extranjeros a Cuba y esto ha tenido un impacto seguramente sobre la hotelería nacional y sobre todo el sistema de hostales…»[/quote_right]

“El cubano de a pie no ha visto a partir de los discursos de los presidentes Obama y Castro un cambio porque no hay todavía una normalización diplomática, pero han aumentado los viajes de turistas extranjeros a Cuba y esto ha tenido un impacto seguramente sobre la hotelería nacional y sobre todo el sistema de hostales. Los criterios de calidad comienzan a aumentar, pero le falta sin lugar a dudas mucho”, comentó el docente de la Universidad Iberoamericana.

Sin embargo, para el doctor Rodríguez, la nación caribeña tiene valores que bien pueden integrarse a la competencia del libre mercado, como lo son “la cultura nacional, la música, el arte en general, la literatura, la poesía cubana, la educación pública. El sistema de salud público es otro bien rescatable. Aunque se permitan clínicas privadas, también creo que debería el Estado seguir teniendo los grandes hospitales clínico-quirúrgicos en todo el sistema de salud preventiva, la seguridad pública, en fin creo que tiene logros que debería mantener”, opinó.

“Uno de los logros cubanos estaría en la capacidad de renovar sus élites políticas. Castristas duros quedan tres, Raúl Castro, Ramiro Valdés y José Ramón Machado Ventura, con más de 80 años cada uno. Hay gente nueva, está el primer vicepresidente del consejo de Estado, es un joven de 55 o 56 años, de Santa Clara… Miguel Mario Díaz Canel Bermúdez, hay que ver hasta dónde lo dejan actuar o será un delfín de Raúl Castro”.

En este cambio que se planea, los profesionistas que residen en Cuba tendrán que potenciar sus habilidades y poner en juego sus conocimientos y capacidades para que no los absorba la economía mundial y no sólo centrada en el turismo, o la industria de los casinos, sino tratar de desarrollar varios frentes. “El cubano tiene mucha avidez por participar del mundo exterior, eso explica las altas tasas de migración de jóvenes. El cubano es innovador, tiene deseos de vivir, de conocer, de crear”, afirmó Rodríguez Arechavaleta.

Sobre las posturas políticas de Raúl Castro, si asume una postura rígida, puede detonar una serie de problemas, puede aumentar la apatía y la deserción. «Si entra en la dinámica de las reformas como parece, al menos, normalizando las relaciones con Estados Unidos y Europa, tiene que poner a competir a su gente. Yo creo que también hay un poco de temor que se les vaya de las manos el factor económico y el partido comunista pierda poder político”.

Por lo que toca al Partido Comunista, Arechavaleta aseguró que por ahora, no va a perder el poder porque no hay otro actor que se lo arrebate, no existe, y ello llevará más tiempo. Pero al menos se tiene que aplicar una reforma económica que permita invertir, que agilice, dinamice la parte económica y empiece a cambiar la vida y la cultura del cubano de a pie.