Amira George
[dropcap]S[/dropcap]iempre he sido una atascada -en el buen sentido de la palabra-. Si algo me gusta me atasco hasta que no puedo más, ya sea comida, libros, canciones, series. Cuando encuentro uno de esos programas de los que me enamoro, no los dejo ir hasta que se acaban los capítulos. Así han pasado muchos fines de semana, noches en vela, e incluso he sacrificado planes sociales para poder pasar más tiempo con el objeto de mi obsesión en el momento.
Por eso, el efecto que tuvo en mí Daredevil me sorprendió. Como pocas veces en la vida dije “esto es demasiado bueno y no quiero que termine”. Me puse a dieta incluso para poder disfrutar con calma cada capítulo. No más de dos episodios por día, sin importar lo emocinada que quede. Como una buena droga, esta vez en lugar de aspirar hasta tener una sobredosis, decidí chiquitear, porque será hasta dentro de un año que tendré más, y sé que la espera será imposible.
Me esperé hasta el final de este serial de recomendaciones de programas de comics porque quería tener tiempo para disfrutar con calma la nueva producción de Netflix, y siendo honesta, por salud mental, no he acabado, pero eso no es una mala señal. Es una excelente señal.
Muchas reseñas de la serie coinciden en que es el mejor programa de superhéroes de los últimos años. La producción es impecable, y la historia está desarrollada de tal manera que no importa que uno sea antigeek, se puede clavar sin el menor problema
Daredevil siempre ha sido uno de esos personajes de Marvel que destacan por muchas cosas. En primer lugar es uno de los superhéroes más oscuros, tiene un estilo tipo Batman en cuanto a su forma de investigar, pelear e incluso de hacer e trabajo sucio cuando es necesario.
Su principal característica, y lo cual hace peculiar a este hombre enmascarado, es que es ciego, lo cual si bien normalmente es visto como una discapacidad, en este caso es un superpoder demasiado cool.
La serie se enfoca a los inicios de Matt Murdock tanto en el mundo de la abogacía como en el campo de vigilante nocturno; se presenta el conflicto que tiene al intentar combinar el trabajo de su bufete jurídico que fundó con su mejor amigo Foggy Nelson, y sus actividades de noche, es decir, salir a patear traseros.
[pull_quote_right]Daredevil siempre ha sido uno de esos personajes de Marvel que destacan por muchas cosas. En primer lugar es uno de los superhéroes más oscuros, tiene un estilo tipo Batman en cuanto a su forma de investigar, pelear e incluso de hacer e trabajo sucio cuando es necesario.[/pull_quote_right]
Esto es lo que presenta uno de los mejores aspectos de la serie, pues aquí no tenemos a un hombre con superpoderes, ni con un equipo super tecnológico ni nada eso, tenemos a un hombre cualquiera vestido de negro y con una pañoleta tapándole los ojos, peleando contra la mafia rusa, o sea, se da unos buenos chingadazos y con eso tiene que seguir. Esto ayuda a dar un panorama más humano del personaje, quien poco a poco va evolucionando hasta llegar a ser ese tipo en traje rojo conocido por décadas en los comics.
Como todo en el universo de Marvel, la historia de Daredevil, a pesar de estar producida directamente por Netflix, sí está vinculada con el universo cinematográfico que se ha creado; por ejemplo, se hace referencia a un “incidente” que pasó un par de años atrás en Nueva York, es decir, la invasión extraterrestre que se dio al final de la primera película de Avengers. Esto nos hace cruzar los dedos a los geeks, pues para Capitan America: Civil War, se corre la posibilidad de que integren a Daredevil a la historia.
Por si la producción no fuera suficiente, el cast es perfecto. Charlie Cox, un joven actor británico poco conocido, fue quien aceptó ponerse la máscara, incluso sin haber leído los comics antes de recibir el papel, según ha comentado en entrevistas que ha dado. A pesar de esto su interpretación es excelente y ayuda a darle ese lado humano al personaje.
Si a esto le sumamos el papel que hace Vicent D’Onofrio como Wilson Frisk, también conocido como Kingpin, tenemos una formula que no puede fallar.
El encargado de adaptar la serie a la pantalla chica fue Drew Goddard, un joven productor que ha trabajado en series como Alias y Lost –o sea, es de la escuela de J.J. Abrahams, lo cual es buena referencia.
Como muestra de la serie dejo la que hasta el momento es mi escena favorita de la serie, y que siento sirve para ilustrar un poco lo dicho en estas líneas… y si no, no importa, por sí sola es muy buena.
Acá las reseñas previas de series basadas en superhéroes de comics:
PERIODISMO DE LO POSIBLE
CANIJO CONEJO
