Lado B
La construcción de la agenda mediática
Algunas personas creen que los periodistas andan en la incertidumbre total todos los días, buscando qué puede ser “noticia”, aunque eso no es tan cierto.
Por Susana Sánchez Sánchez @
03 de mayo, 2015
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Susana Sánchez Sánchez

[dropcap]A[/dropcap]lgunas personas creen que los periodistas andan en la incertidumbre total todos los días, buscando qué puede ser “noticia”, aunque eso no es tan cierto. Existe algo llamado agenda mediática, digamos que lo que se sale de la agenda sí es notición y generalmente tiene que ver con tragedias, por ejemplo, un temblor, una inundación, un deslave, etc. Usualmente la información que circula a través de los medios de comunicación sigue cierta estructura, la agenda mediática es parte de una organización informativa y de un control sobre la información que es publicada en los medios de comunicación.

La estructura de la agenda mediática depende básicamente de tres factores:

  1. De las agendas de trabajo de organizaciones o grupos, por ejemplo, partidos políticos, dependencias públicas, organizaciones no gubernamentales, grupos artísticos o asociaciones civiles (quienes son fuentes informativas de los medios de comunicación).
  2. De los intereses económicos, políticos, sociales o personales que el dueño o los accionistas de un medio de comunicación tienen en relación a la información que será publicada. Este interés generalmente va ligado a la cercanía económica que el dueño del medio entabla con aquellos que le compran espacios publicitarios.
  3. De las visiones personales de los editores, reporteros y fotoreporteros (sobre todo de aquellos que tienen más de diez años de experiencia y que ya han ganado credibilidad y confianza ante su medio de comunicación).

Dado que la agenda mediática depende de agendas externas a los medios, los periodistas no siempre están en la incertidumbre de cuáles serán los eventos que cubrirán al siguiente día.  Las organizaciones son las que van regulando los temas del día a día, son quienes van guiando la agenda mediática, aunque no el sesgo político de la información, ese depende de cada medio de comunicación. Todos los medios de comunicación pueden dar cobertura a un mismo acontecimiento, por ejemplo,  el casamiento de un presidente; el asesinato de unos estudiantes; o una guerra; pero el sesgo o el enfoque que cada medio quiera darle al suceso es subjetivo, pues depende de los intereses económicos, políticos y éticos que un medio tenga frente a ejercicio periodístico.

[pull_quote_right]La consecuencia de que los medios de comunicación respalden las voces o pensamientos de ciertos grupos, es la construcción del mundo que le recrean a las audiencias; y el problema con las audiencias (con variados niveles educativos), a veces es la facilidad con la que pueden ser manipuladas a través de la información periodística[/pull_quote_right]

Sin embargo, las prioridades de la agenda, sobre todo entre los monopolios mediáticos generalmente tienen que ver con asuntos de las esferas del poder o incluso con lo que los integrantes de éstas piensan u opinan respecto a diversos sucesos. La consecuencia de que los medios de comunicación respalden las voces o pensamientos de ciertos grupos, es la construcción del mundo que le recrean a las audiencias; y el problema con las audiencias (con variados niveles educativos), a veces es la facilidad con la que pueden ser manipuladas a través de la información periodística.

La agenda mediática, conocida en el mundo académico como la agenda-setting, es una teoría que intenta comprender la contribución de la comunicación de masas respecto a las imágenes y conceptualizaciones que las sociedades se hacen en relación a la política y a los asuntos públicos.

En el terreno de la práctica y no de la teoría, un sector interesadísimo en saber cómo funciona la agenda mediática, son generalmente los políticos o quienes ejercen el poder (pensemos, por ejemplo, en un presidente, en un sacerdote, en un empresario o en un narcotraficante). Alguien que ejerce poder económico o político y, además, sabe relacionarse con los medios de comunicación, también puede tener el poder de decirle a la gente cuáles son los temas políticos y públicos en los que debe pensar. Ante este panorama, el lado oscuro de la agenda mediática, se centra no en lo que dicen los medios de comunicación sino en todo lo que no quieren hacer público, bien por una censura explícita (de sus informantes) o por una autocensura.

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