Foto tomada de unionpuebla.com.mx | Infografía Lado B

Aranzazú Ayala Martínez |  Emmanuel Anguiano-Hernández

@aranhera | @mecanosaurio

El robo de combustible en Puebla, un delito que cruza de lado a lado la entidad en la zona centro principalmente, ha repuntado en un 540 por ciento desde el arranque del sexenio morenovallista a la fecha, eso revelan las cifras oficiales sobre el número de tomas clandestinas registradas por Petróleos Mexicanos (Pemex).

Y si bien se trata de una situación no exclusiva de Puebla, pues de las 23 entidades que registran robo de combustible en los últimos años sólo el Distrito Federal reportó un decrecimiento, lo cierto es que, de acuerdo con los datos que se entregaron al equipo de investigación del diario El Universal, el estado se encuentra en el top 10 en el crecimiento de tomas clandestinas registradas entre 2010 y 2015.

Los datos revelan también que, con 46 tomas clandestinas, Tepeaca es el municipio top a nivel estado, y se ubica entre los 30 con el mayor número de sitios de robo de combustible en los últimos 14 años, y en el lugar 17 en el 2014.

Una franja que cruza Puebla

Desde la carretera que conecta a Puebla con la Ciudad de México, hasta la vía que va directo a Orizaba, Veracruz, al centro del estado lo cruza un cinturón de municipios donde se ha reportado robo de combustible.

Aunque los reportes de robo de hidrocarburos en Puebla incluyen 25 de los 217 municipios, sólo tres salen de la franja que cruza el estado, y no forman parte de este corredor: Venustiano Carranza, colindante con Veracruz; Huauchinango, también en la Sierra Norte, cerca de Hidalgo, y Quimixtlán, del lado pegado a Veracruz.

Los otros 22 municipios cruzan el estado de lado a lado, el cinturón empieza en el municipio de Esperanza, muy cerca de Ciudad Mendoza, Veracruz y termina en Tlahuapan, comunidad ubicada a un costado de Río Frío, el cruce entre Puebla y la Ciudad de México.

La información de la paraestatal señala que el repunte en el robo de combustible se dio a partir de 2010, en el último año del sexenio de Mario Marín y se disparó en los cuatro años que lleva Rafael Moreno Valle al frente del gobierno. Por ejemplo, en ese periodo Acajete pasó de cero casos en 2010 a cinco casos al año siguiente, para 2013 la cifra aumentó a 18, es decir casi se triplicó con respecto al año precedente, y cerró el 2014 con 43 casos, lo que significa un incremento del 139 por ciento.

Y lo mismo pasó con Acatzingo, que en 2011 reportó cinco casos, al año siguiente siete, pasando a 12 en 2013 y llegó hasta 29 en 2014. Incluso con los municipios que menos reportes tienen, como Venustiano Carranza, en la parte más al norte de la entidad, pasó de tener sólo 1 en el año 2003 a nueve en 2014.

Gráfica: @Mecanosaurio

Aunque los municipios que tienen un mayor crecimiento entre 2010 y 2014 en este delito son, en primer lugar, Acatzingo, a un lado de Tepeaca, que registró un incremento porcentual del 2800 por ciento en el periodo. En segundo lugar está Tepeaca, donde el delito se disparó 1050%, seguido de Esperanza, colindante con Veracruz, donde la variación fue del 900%. En cuarto lugar está Quecholac, ubicado después de Acatzingo, con 700% de incremento, y después Palmar de Bravo, el siguiente también geográficamente en el camino hacia Veracruz, con 533%.

Entrevistado, en marzo pasado, el oficial Pedro, a nombre del titular de la Policía Municipal, Víctor Manuel Velázquez, sostuvo que el principal problema de inseguridad que enfrentan es el robo de hidrocarburos, una visión que comparte con Sergio Salomón Céspedes, el diputado local del distrito, quién también observa a la ordeña de ductos como el principal problema de la región.

En tanto, la Secretaría de Seguridad Pública estatal (SSP) dijo a Lado B, al solicitarle información sobre el tema el pasado 20 de abril de 2015, que los municipios con más aseguramientos de personas por ese delito desde noviembre de 2014 a la fecha son Acatzingo, con 19 casos; Acajete, con ocho; Tepeaca, con seis, y Huixcolotla y Tecamachalco, con cinco casos cada uno.

El trazo que atraviesa la entidad en el registro de tomas clandestinas comprende a San Salvador el Verde, San Matías Tlalancaleca, Huejotzingo, Tlaltenango, Xoxtla, Huejotzingo, Coronango y Cuautlancingo, y se separa hasta la ciudad de Puebla. Ahí se abre una pequeña brecha hasta Amozoc, donde le siguen Acajete, Tepeaca, Acatzingo, Los Reyes de Juárez, Tecamachalco y Quecholac, saltando hasta Palmar de Bravo y finalmente en Esperanza.

El abastecimiento de combustible en el estado de Puebla depende de la central de Veracruz, entidad hacia la que desemboca el corredor del robo de hidrocarburos que cruza el centro de Puebla.