Lado B
El VPH, un virus silencioso y persistente
Hay 50% de posibilidades de tener un tipo de virus de alto riesgo, que sin atención oportuna desarrolla cáncer cérvicouterino
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
22 de abril, 2015
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Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

La doctora Lilia Cedillo dice que mayoría de los jóvenes que tienen Virus del Papiloma Humano (VPH) lo adquieren a los inicios de su vida sexual, y durante el primer año de ésta 90 por ciento lo elimina de manera natural. 

En entrevista en su oficina en el Centro de Detección Biomolecular de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (Buap), la especialista explica que  el grupo de edad de personas de entre 20 y 30 años ha sido poco estudiado en lo que respecta al VPH. Ella está a cargo de un proyecto de detección y genotipificación del virus. La idea del trabajo, iniciado en agosto de 2014, es “ver qué pasa en esta población, porque la mayoría de los estudios están encaminados, en el caso del VPH, a mujeres que ya están entre los 30 y los 40 años de vida.”

Este es el primer estudio que se hace en la Buap y a nivel estatal centrado en este rango de edades, pensando sobre todo en la prevención. La muestra se tomó a 144 mujeres, la mayoría estudiantes universitarias, todas habitantes de la capital poblana. Durante la primer etapa del proyecto se tomaron las muestras mediante un raspado de cérvix, similar al que se hace para el Papanicolau (PAP) y se hizo la detección del virus. Para las que salieron positivas a presencia de VPH se hizo lo que se conoce como genotipificación, que consiste en determinar qué tipo de virus es y si es un genotipo de alto o de bajo riesgo. La doctora Cedillo dice que 58 jóvenes salieron positivas, mientras que 86 no presentaron el virus. 

Foto: Marlene Martínez

Foto: Marlene Martínez

Del total de las muchachas con VPH, 40 por ciento tuvo un solo genotipo del virus, mientras que el resto tuvo más de uno. Con la técnica de microarreglos, que fue la que utilizaron, los investigadores lograron abarcar la mayoría de genotipos (sólo hubo uno que no pudieron detectar utilizando esta técnica). En total fueron encontrados 33 diferentes genotipos, de los cuales 32 se detectaron con la técnica de microarreglos. Del total, 14 fueron de bajo riesgo y 19 resultaron de alto riesgo, lo que implica la posibilidad de generar lesiones en el útero y desarrollar un cáncer. Esto significa que en caso de contraer el VPH hay prácticamente 50 por ciento de posibilidades de tener un genotipo de alto riesgo.

Actualmente el equipo de investigadores, integrado por la doctora Cedillo, la Maestra Elda Carreón, el alumno de la maestría en Microbiología, Enrique Rodríguez, y la ginecóloga Virgina Ortega (quien labora fuera de la Buap) está a la espera de los resultados de control de las 58 personas que el año pasado dieron positivos a la presencia del VPH. Esto es, para ver si su cuerpo erradicó el virus de manera natural. De las jóvenes que tuvieron resultados positivos a la presencia del virus, 30 por ciento ya tenía una lesión nivel 1 en la escala NICK, lo que implica ya un daño inicial en las células del cérvix. Todas ellas fueron canalizadas para el tratamiento y evitar que aumente el daño. Y aunque el porcentaje de las mujeres que tuvieron lesiones es bajo, dice Lilia Cedillo, enciende una señal de alerta por la frecuencia del virus. 

[quote_box_left]En total fueron encontrados 33 diferentes genotipos, de los cuales 32 se detectaron con la técnica de microarreglos. Del total, 14 fueron de bajo riesgo y 19 resultaron de alto riesgo, lo que implica la posibilidad de generar lesiones en el útero y desarrollar un cáncer. Esto significa que en caso de contraer el VPH hay prácticamente 50% de posibilidades de tener un genotipo de alto riesgo.[/quote_box_left]

No hay un factor determinante para saber quién va a erradicar el virus sin tratamiento y en quién va a persistir. La doctora explica que el VPH muta muy fácilmente y su estado es aparentemente silencioso. Muchos genotipos no hacen daño, se limitan a cohabitar dentro de la persona sin que pase nada. Pero las formas dañinas de este virus en muchas ocasiones desaparecen sin necesidad de tratamiento, gracias al sistema inmunológico de la persona. El que el cuerpo lo deseche o no es un proceso multifactorial, con variables desde ambientales hasta alimentarias, pero la parte más determinante es la genética. Cada caso es diferente.

Además de que el estudio sentará las bases para la investigación posterior del virus a nivel local y nacional, tomando el rango de edad de los 20 a los 30 años, la doctora Lilia dice que también busca sensibilizar a los jóvenes. No es que no tengan educación sexual, sino que muchas veces no son conscientes de la facilidad con la que pueden adquirirse enfermedades de transmisión sexual, como el VPH.

El objetivo final es tratar de prevenir que en un futuro las mujeres que lo adquieren desde jóvenes puedan desarrollar cáncer cérvicouterino. La especialista menciona que las campañas de prevención están generalmente encaminadas a mujeres mayores, de entre 30 y 40 años de edad, que ya fueron en su mayoría madres de familia y deben hacerse un monitoreo constante. Pero la primera etapa para no contraer alguna enfermedad de transmisión sexual, que es en la que está basada este proyecto, es la prevención. 

A futuro, además de las posibilidades de tener una tercera etapa de monitoreo del desarrollo del VPH, la especialista menciona la idea de hacer campañas mayores para prevenir y hacer consciencia también en otras instituciones educativas pues Puebla es en esencia una ciudad de universitarios y de jóvenes.

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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