Lado B
Don't trust the 2 Broke Girl in Apartment 23
Una de las formulas más usadas y que mejor han funcionado en películas y series de televisión son las parejas disparejas, esa combinación de dos personajes completamente diferentes que al final acaban siendo la combinación perfecta.
Por Lado B @ladobemx
20 de abril, 2015
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Fotos: © 2014 WBEI | © 2012 American Broadcasting Companies, Inc.

Amira George

[dropcap]U[/dropcap]na de las formulas más usadas y que mejor han funcionado en películas y series de televisión son las parejas disparejas, esa combinación de dos personajes completamente diferentes que al final acaban siendo la combinación perfecta.

Esta formula ha sido utilizada principalmente para historias de policías y en comedias, y en ambos casos ha sido usada tantas veces que pareciera que es parte necesaria para desarrollar cualquier historia de este tipo.

Y así como se hacen estas combinaciones de personajes, en esta ocasión no tuve más opción que mezclar dos recomendaciones en una, porque en sí viene siendo la misma.

Pareciera que de manera discreta, o tal vez muy evidente, durante un mismo lapso de tiempo se produjeron dos series bajo una premisa muy similar, pero por desgracia solo una sobrevivió a la guadaña de las cadenas televisivas de Estados Unidos.

Don’t trust the bi** in aparment 23 y 2 Broke Girls son dos versiones de una misma idea: una chica rubia (en toda la definición de la palabra) pierde todo de la noche en la mañana y por azares del destino acaba viviendo con una chica con humor tan negro como su cabellera, gustos extraños y una forma tan pasivo agresiva de mostrar su afecto que no sabes si te mienta la madre o si te dice que te quiere.

Aclaro, no porque tengan el mismo concepto digo que una sea mejor que la otra o que incluso estoy en contra de la formula, la formula ha demostrado que funciona y en ambos casos es llevada tan bien que ambas series valen la pena.

Pero vayamos por partes.

Empecemos con 2 Broke Girls, que finalmente es la más popular de las dos y la que más ha durado en transmisiones. En esta seguimos la historia de Max Black, una mesera ruda y ácida cuyo único lado dulce son los cupcakes que prepara, y Caroline Channing, una chica de la alta sociedad de Manhattan que cae en desgracia cuando sale a relucir que su padre defraudó a cientos de personas y termina en la cárcel, mientras que ella acaba en la calle sin dinero y sin donde vivir.

Foto: © 2014 WBEI

Foto: © 2014 WBEI

Por las cosas de la vida Caroline conoce a Max, se convierten en compañeras de casa, socias en sus numerosos intentos por posicionar los cupcakes de Max y abrir una repostería.

Van cuatro temporadas y la serie sigue en pie, con sus personajes recurrentes que son los compañeros de trabajo de las chicas en el restaurante donde ambas “trabajan” de meseras (comillas necesarias ya que trabajar es lo último que hacen).

A lo largo de estas temporadas hemos visto pasar parejas de las chicas (¡Oh, Johnny!), oportunidades, fracasos, personajes invitados y más. Y la formula funciona y sigue, y ya se confirmó una quinta temporada, entonces tendemos tendremos más para rato.

Por desgracia, Don’t trust the bitch in aparment 23 no tuvo tan buena suerte. El concepto, como dije, es similar: June Colburn, una chica (rubia) de Indiana que llega a vivir a Nueva York donde toda su vida estaba planeada, ya tenía un trabajo en una firma financiera, la cual le había dado un departamento y estaba comprometida con su novio de toda la vida. En su primer día en la Gran Manzana, June descubre que la empresa quebró, quedando sin trabajo y sin casa (y al final del primer capítulo sin novio, pero me estoy adelantando).

En busca de un lugar donde vivir, llega al departamento 23, donde vive Chloe, una chica manipuladora, astuta, ácida y fiestera, (en resumen la definición de bitch) con quien luego de pasar la primera prueba decide compartir departamento.

Foto: © 2012 American Broadcasting Companies

Foto: © 2012 American Broadcasting Companies

Si bien dije que las dos son buenas, a mi gusto muy particular, Aparment 23 (resumamos el nombre) tiene elementos que sí la posicionan un poco por encima de 2 Broke Girls. El humor es más negro, no tiene el recurso de las risas grabadas que en ocasiones llega a ser hasta molesto en las comedias, y los personajes secundarios tienen lo suyo.

Uno de los elementos más agradables de la serie es el hecho de que el mejor amigo de Chloe es James Van Der Veek actuando como él mismo, lo cual le deja burlarse de si mismo, de la fama que todavía tiene por Dawson’s Creek, y en general es una parodia de los actores de Hollywood, que le da un buen plus a la serie.

Sin embargo, ABC, la cadena que había producido originalmente la serie, no le gustó mucho ciertos elementos no tan “aptos para todo público”, al grado que cuando salieron los primeros capítulos le cambiaron el nombre a la serie para quitarle la palabra BITCH del titulo (al final lo regresaron).

Por desgracia, en esta ocasión la formula no pudo salvar al programa por lo que sólo se filmaron dos temporadas de la serie, que en total dan 26 episodios, lo cual para mí es otra razón para odiar a ABC (primero Pushing Daisies y ahora esta, ¡¿por qué a mi?!).

Sin importar la cancelación la serie vale la pena, y si uno se queda picado todavía tenemos a Max, a quien le podrá faltar el glamour de Chloe, pero que están a la par en lo bitchy.

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Autor Lado B
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