Lado B
Actitud e imagen; tu marca personal
¿Alguna vez te has preguntado cómo te perciben lo demás?, ¿de qué manera las personas construyen una opinión sobre ti?, ¿qué les hace pensar o sentir lo que piensan y sienten?, ¿por qué no siempre eso concuerda con lo que piensas y te dices de tí?...
Por Lado B @ladobemx
08 de abril, 2015
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* Mtra. Rocío Barragán de la Parra

 

[dropcap]¿[/dropcap]Alguna vez te has preguntado cómo te perciben lo demás?, ¿de qué manera las personas construyen una opinión sobre ti?, ¿qué les hace pensar o sentir lo que piensan y sienten?,  ¿por qué no siempre eso concuerda con lo que piensas y te dices de tí?… Sin duda la experiencia que otros obtienen al convivir contigo es fundamental y aunque en ocasiones los seres humanos tienden a formarse una opinión sin conocerte o basándose en la opinión que otros tienen; lo que realmente enmarca tu personalidad es la manera en la que te relacionas con los demás y lo manifiestas principalmente a través de tu actitud.

Quizás has escuchado la frase: “El 10%  de la vida está relacionada con lo que te pasa y el 90% está relacionado con la forma en que reaccionas frente a eso”; la clave está en saber equilibrar lo que piensas, con lo que dices y lo que manifiestas. La frase es hermosa y aunque parece simple no lo es ya que día a día nos vemos insertos en contextos diferentes, con tareas o situaciones diversas que desafían tu capacidad para mantenerte sereno, dispuesto y comprometido con aquello que deseas íntimamente, para ti mismo.

Ante el reto de mantener una actitud asertiva en el día a día, lo importante es comprender que tienes la capacidad de decidir esa actitud que quieres (de) mostrar; de eso sí no sólo eres dueño, sino responsable, artífice y protagonista.

Si  nunca lo habías pensado y mucho menos practicado puedes empezar considerando que el manejo positivo de tu energía es esencial, ¿qué de lo que está pasando es determinante para tu vida o tus propósitos?, ¿vale la pena invertir tu esfuerzo en ello?, ¿qué lograrás al concluir esa acción?… Imagina por un momento que eres la batería de tu celular o tus megas (mb) de internet, y que debes gestionar el uso que les das: Visualiza qué situaciones ameritan que los ocupes y qué lograrás con ello; ello es fundamental para entender que, de igual modo, debes elegir diariamente dónde invertir el tiempo, el esfuerzo y tus relaciones.

Otro ajuste para la gestión asertiva de tus actitudes consiste en evitar predisponerte ante las situaciones o personas. Hacia el inicio comentamos que hay quienes se vinculan con otros sin conocerles y basándose en opiniones de terceros; para eliminar esta mala práctica privilegia los hechos sobre los prejuicios o suposiciones; este “cambio de chip” en tu manera de pensar evitará y/o resolverá barreras, temores y problemas.

Lo que te hace mejor persona es estar en contacto con el otro,  humanizarte es justamente un curso de alto crecimiento que no implica vivir sin problemas, sino saber resolver, interactuar y hacer que las cosas sucedan. Para trabajar en ello es primordial que orientes tu actitud hacia el otro, pensando en atenderlo, escucharlo y reconocerlo en su valor como persona única e irrepetible.

[pull_quote_right]La gestión adecuada de tus actitudes es la mejor manera de mostrar tu profesionalismo y tus cualidades personales; ésa es la base para desarrollar una red de confianza y éxito ya que los aspectos que conforman la vida social, profesional, familiar y personal son clave para la construcción y posicionamiento de tu imagen.[/pull_quote_right]

Una actitud positiva no sólo abona a la construcción de una imagen favorable a tu persona, cada una de las interacciones que realizas son potencial inspiración y ánimos para los demás; si además eres un líder en lo que haces (tu hogar, familia, amigos o trabajo), entonces encontrarás que tu ejemplo se vuelve referente para quienes trabajan contigo y junto a ti, de ahí el famoso dicho “La palabra convence pero el ejemplo arrastra”.

La clave para gestionar tu imagen a través de tu actitud es hacerlo poco a poco, pero de manera consciente, por ejemplo cada día antes de dormir pregúntate que hiciste en el día que te permita validar el desarrollo de esta habilidad: ¿a quién serviste?, ¿qué decisiones tomaste?, ¿a quién beneficiaste?, ¿de qué te diste cuenta?, ¿qué aprendiste?, ¿qué más puedes hacer?; no te apresures ya irás obteniendo resultados “pequeños pasos para grandes cambios”.

Cuando puedas darte cuenta de tus avances estarás listo para trabajar en tu carisma; esa cualidad de atraer a los demás y ser generador de aliento y entusiasmo en y para los otros. Una máxima en este aspecto es entender que “no hay contacto chico”; las personas exitosas son gente sencilla con carreras sobresalientes, relaciones cálidas y carisma; se entregan sin tratar de ser lo que no son. El asunto es ser tú mismo, ése es el poder.

La gestión adecuada de tus actitudes es la mejor manera de mostrar tu profesionalismo y tus cualidades personales; ésa es la base para desarrollar una red de confianza y éxito ya que los aspectos que conforman la vida social, profesional, familiar y personal son clave para la construcción y posicionamiento de tu imagen.

Una imagen profesional equilibrada y armónica resulta  también de aspectos exteriores por ello es importante que consideres,  además de la gestión de tus actitudes, el cuidado de tu imagen: tu porte, tu andar, el uso de vestimenta adecuada para cada ocasión, un lenguaje corporal expansivo y amable, modales que transmitan cortesía, confianza y credibilidad.

Si tus actitudes son congruentes con  tu decir y hacer, habrás construido la mitad de tu marca personal, el otro desafíos es comunicarlo adecuadamente a través de la imagen que proyectas. Actitud más imagen son la mezcla perfecta para edificar tu marca personal.

* La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com

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