Lado B
A propósito de Corkidi
Quería escribir a propósito de Rafael Corkidi (1930-2013), el cineasta y videasta poblano, desde hace más de un año. Por una u otra razón, el texto se quedó como borrador varias veces. El pretexto no era, como puede pensarse, su fallecimiento en septiembre de 2013, sino su proyecto 8-Video y sus reflexiones sobre el arte y la realización audiovisual que soltó en aquella conversación que tuvimos con él en Capilla del Arte UDLAP a finales de 2012.
Por Alonso Pérez Fragua @fraguando
10 de noviembre, 2014
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Alonso Pérez Fragua

@fraguando #LaEternaIncomprendida

[dropcap]Q[/dropcap]uería escribir a propósito de Rafael Corkidi (1930-2013), el cineasta y videasta poblano, desde hace más de un año. Por una u otra razón, el texto se quedó como borrador varias veces. El pretexto no era, como puede pensarse, su fallecimiento en septiembre de 2013, sino su proyecto 8-Video[1] y sus reflexiones sobre el arte y la realización audiovisual que soltó en aquella conversación que tuvimos con él en Capilla del Arte UDLAP a finales de 2012.

Corkidi recibiendo el Ariel de Oro en 2013. En la imagen, acompañado de Ernesto Gómez Cruz, participante en varios de sus “video filmes experimentales”.  Foto tomada de Cuartoscuro

Corkidi recibiendo el Ariel de Oro en 2013. En la imagen, acompañado de Ernesto Gómez Cruz, participante en varios de sus “video filmes experimentales”.
Foto tomada de Cuartoscuro

Confieso: sí sé por qué todo quedó en simples borradores: anoté varias de sus frases en una libreta que hoy sigue desaparecida…

Hasta antes de esa visita en que nos donó algunos de sus últimos trabajos en video, yo no conocía nada de su obra. Mi conocimiento sobre él se limitaba a su colaboración con Alejandro Jodorowsky en El Topo (1970) en carácter de director de fotografía, papel que también desempeñó en Fando y Lis (1968) y La montaña sagrada (1973), las cuales nunca he visto.

Aunque estudié en la UDLAP durante los últimos años de su estancia ahí, nunca tomé la legendaria clase de Video Experimental que daba en la también mítica sala “Bill Viola”. Escuché, sin embargo, las anécdotas de los materiales que mostraba y los trabajos finales que inspiraba.[2]

The Reflecting Pool de Bill Viola (EUA, 1951), considerado uno de los más grandes creadores de 
video arte en el mundo.

También sabía de su escuela Mar Dencuentros que fundó en Boca del Río, Veracruz, donde acercó de manera gratuita a jóvenes de escasos recursos al mundo del audiovisual. Hoy, viendo varias de sus películas entiendo que esa filosofía incluyente, ese compromiso con los marginados y esa forma de trabajo colaborativo estuvo presente durante gran parte de su vida.

He de confesar que lo primero que vi de él me decepcionó. Eran trabajos de sus últimos años, hechos en video. Uno de ellos fue Cantatas de Independencia (2010), realizado en el marco de los festejos del BiCentenario, y el otro Ecce e Homo (He aquí el hombre) (2011) sobre el poeta mexicano Salvador Díaz Mirón. Ambos me parecieron acartonados, por decir lo menos.

A pesar de ello, cuando en junio de este año escuché que Cultura Minerva le organizaba una retrospectiva a propósito de su primer aniversario luctuoso, busqué la forma de sumar a Capilla del Arte y a la UDLAP, lo cual se logró en ese primer momento y, posteriormente, la vinculación dio como resultado el homenaje que todo noviembre le ofrecemos que incluye cuatro de sus largometrajes, una charla con varios de sus cortometrajes presentados por sus exalumnos y un recital de Dúo/Pamina + Nereo Zamítiz que retomará imágenes y sonidos de sus películas para sumarse a la música contemporánea de compositores locales y latinoamericanos.

Más allá de su historia con la universidad y su origen poblano, obras como las de Rafael Corkidi merecen difundirse por arriesgadas, irreverentes, innovadoras en muchos sentidos y por la profundidad de su mensaje. Sí, sus últimas piezas me parecen estancadas en formas viejas, pero lo que hizo en el siglo XX me queda claro que fue de vanguardia.

Hasta ahora las dos películas que he conocido gracias a este homenaje A propósito de Corkidi me han atrapado: Pafnucio Santo (1977) y Las Lupitas (1985). En ambas, la sombra de Cristo y el cristianismo está presente de una manera que me parece más fiel y genuina que lo que muestran obras de fervorosos directores de estirpe cristiana; Corkidhi[3], hay que señalarlo, era judío practicante, a pesar de que por años escuché de su ateísmo de boca de varios[4].

Así, el Mesías se hace presente en forma de niña ciega o de reo, mientras que Lyn-May da vida a la virgen. Alrededor de estos elementos, madres que claman por sus hijos desaparecidos, revolucionarios de distintas épocas y latitudes, defensores de derechos humanos y artistas de diversas disciplinas se mezclan en una obra de escenarios surrealistas y en ruinas, a lo que se agrega ópera, son, sonidos incidentales incongruentes con la imagen y jugadores de futbol americano que escoltan a un niño-santo bajado del cielo.

Todo con una impecable fotografía de encuadres preciosistas, movimientos de cámara sutiles y emplazamientos poco comunes.

Lyn-May y Ernesto Gómez Cruz como padres del Mesías en Las Lupitas

Más que seguir platicando mis impresiones sobre Corkidi y su obra –o si fue más bien él quien influyó a Jodorowsky y no al revés- mi intención es invitarlos a vivir sus películas por ustedes mismos. Me gustaría poder decir que, si se las pierden ahora podrán acceder a ellas en otro momento y lugar pero les mentiría: así como sus temas eran marginales, sus obras también. Y no por inescrutables sino por causas que habría que consultar con IMCINE, instancia que produjo gran parte de su obra previa a la fundación de Mar Dencuentros.

Si algo le podemos reprochar a este artista es que, en su esfuerzo de poner como protagonistas a los descastados, a los jodidos y a los olvidados, olvidó buscar las estrategias para que estos salieran de las profundidades de las bodegas gubernamentales, de los videoclubes de sótano de ciudades perdidas o de los sitios de internet de Europa del este, y alcanzaran en algún momento al gran público que se merece conocer su obra.

Todos los jueves, entonces, están invitados al foro de Capilla del Arte, con entrada libre, para disfrutar de Ángeles y querubines (1972), Figuras de la pasión (1984) y de sus trabajos cortometrajes como Son dedicado al mundo y amigos que lo acompañan (1972) –los detalles de fecha y horaen el cartel al calce.

Para conocer otra mirada sobre quién fue Rafael Corkidi (1930-2013), aquí este texto de alguien que lo conoció muy bien, José Cisneros, antiguo profesor de Comunicación de la UDLAP y amigo de Rafael.

Corkidi

Imagen del cartel basada en la creada por Eduardo Picazo a propósito del homenaje de Cultura Minerva, celebrado en julio pasado en el Complejo Cultural Universitario de la BUAP.

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[1] 8-Video consiste en un mueble que alberga ocho pantallas de televisión de distintos tamaños y modelos que muestran imágenes distintas que les llegan de ocho distintos reproductores de DVD. La manufactura del mueble y la reproducción de las obras pensadas para este formato es bastante artesanal. Existen películas hechas exprofeso para 8-Video, mientras que otras son adaptaciones de proyectos previos de Corkidi. Por ejemplo, la referente a Frida Kahlo, Amigas: Frida (2006-2012),toma partes de su película en celuloide Pafnucio Santo (1977)y le agrega detalles de las pinturas de la artista mexicana.

[2] Dos de estos trabajos serán proyectados el jueves 20 de noviembre en Arte y Café: A propósito de Corkidi, a las 6:30 p.m. en Capilla del Arte. Aquí más información.

[3]Según su amigo y también ex académico de la UDLAP, José Cisneros, su nombre real se escribía con “h” mientras que “Corkidi” es su nombre artístico.

[4] Conversación personal con Marco Ruiz Cortés, miembro de Cultura Minerva y enlace entre ésta y Pablo Corkidi, hijo del director y protector de su legado. Marco inició el contacto con Pablo y Mar Dencuentros a propósito de un libro que prepara sobre directores mexicanos de la misma generación que Corkidi y asimismo poco conocidos como Juan López Moctezuma.

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Autor Lado B
Alonso Pérez Fragua
Alonso Pérez Fragua es periodista, gestor cultural y eterno aprendiz de las cosas del arte y del mundo. Actualmente realiza estudios de maestría en Estudios Culturales por la Universidad Paul Valéry, de Montpellier; su tesis tiene a Netflix y a las tecnologías digitales como objetos de estudio. En México cursó una maestría en Comunicación y Medios Digitales, y una especialidad en Políticas Públicas y Gestión Cultural. Melómano, bibliógafo, cinéfilo, maratonista de series, wikipedista y un poco neurótico. Lo encuentras en Twitter e Instagram como @fraguando.
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