Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

El 19 de julio fue sábado y ese día Rufina Michua Simbro festejó su cumpleaños 17. El 19 de octubre fue domingo y ese día Rufina desapareció en la junta Auxiliar de San Bernardino Tlaxcalancingo, en San Andrés Cholula, Puebla. 

“17 años, 1.50 de estatura, morena, pelo lacio al hombro color castaño, ojos rasgados color café, delgada, pantalón de mezclilla azul, blusa verde, sudadera azul cielo, tenis converse azul oscuros”: don Asención Michua leyó un escrito describiendo lo que pasó y describiendo a la mayor de sus hijas, entrevistado por Axocotzin Radio, la radio comunitaria de Tlaxcalancingo. Junto con su esposa Hilaria, ha empezado la búsqueda de la joven.

Rufina trabaja en un autolavado en el kilómetro 6 de la carretera federal que va de Puebla a Atlixco, a un lado de la escuela primaria Justo Sierra. Su papá, Asención Michua Coatl, siempre iba por ella pero ese domingo cuando llegó su hija no estaba. El negocio estaba cerrado y aunque su papá la buscó toda la tarde, nunca apareció. El lunes 20 de octubre fue a preguntarle a la dueña del autolavado si sabía algo de Rufina pero no tuvo suerte.

Ahí empezó la búsqueda de Asención, artesano de Tlaxcalancingo, preguntando por la tercera de sus seis hijos, de los dos hombres y cuatro mujeres. Fue a visitar a Fátima, amiga de Rufina, pero no la había visto desde septiembre. Después llegó a casa de Carlos, otro de los amigos, sin obtener nada de información. El martes 21 de octubre el muchacho ya no llegó a trabajar.

Cuando Asención fue a denunciar al complejo policiaco de San Andrés Cholula, después de haber ido a los hospitales de Agua Santa y de Cholula, una licenciada que lo atendió le dijo que habían encontrado el cadáver de una jovencita en la autopista México–Puebla, el mismo 19 de octubre cuando desapareció su hija, pero al ver las pertenencias que se rescataron –una medalla de corazón partida en dos y unas pulseras–, supo que tendría que seguir buscando.

Para el miércoles, 72 horas después de no saber nada de Rufina, Asención regresó al complejo policiaco para preguntar cómo levantar una constancia de “persona desaparecida”, y le dijeron que apenas habían estado otras dos personas de Tlaxcalancingo buscando a otra chica.

“De ahí miércoles 22 de octubre vino la señora Zoila que su hijo también se desapareció ese día domingo, que se llamaba Luis. Le pregunté a su hermano Rodrigo que si sabía lo que estaba pasando. Él me dijo que no. Pero ese domingo lo vio mi hija y su hermano y la muchacha Ana subieron a un taxi. La unidad Tlaxcalancingo Unidad 82. El día domingo 19 de octubre.”

Asención dijo que su hija desapareció junto con otra muchacha del pueblo, Ana Reyes, de 14 años. Se subieron a la unidad 82 de “Taxi Tlaxcalancingo”, con Luis, un joven de 17 años. Los tres están desaparecidos.

Rufina estudió sólo el primer grado en la telesecundaria Otilio Montaño, ubicada en la colonia Emiliano Zapata de Tlaxcalancingo. Ya no siguió estudiando y empezó a trabajar, pero no porque le pidieran dinero, explicó su papá, sino para sus cosas personales. Después de trabajar en varias casas terminó en el autolavado, del que Asención siempre la recogía. Pero el domingo 19 de octubre se encontró con que ella no estaba. La familia Michua Simbro comenzó la búsqueda después de dar vueltas burocráticas: del complejo de San Andrés los mandaron a las oficinas de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) hasta la ciudad de Puebla, y llegando ahí les dijeron que tenían que regresar al complejo. Ahora esperan, mientras la imagen de Rufina circula cada vez más en redes sociales.

Del 1o de enero al 10 de junio de 2014 habían desaparecido 215 mujeres en todo Puebla, de acuerdo con datos de la solicitud de información 00208314 hecha a la PGJ. El rango de edad en el que desaparecen más mujeres es de los 13 a los 18 años. Para junio, 112 seguían desaparecidas: hoy, Rufina está en la lista.