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Jerónimo Villa

@Jerome_Vil

Daños colaterales, ¿qué son los daños colaterales? Colateral: Que están a uno y otro lado de otro principal, especialmente en la naves o los altares, de acuerdo con la Real Academia de la Española. ¿Pero daños colaterales? Cuando hay una guerra se estiman daños «incidentales» o «colaterales», es decir, que son de daños causados durante el combate que no tienen que ver con el conflicto.

Mónika Sledzinska dice que «Daños colaterales» es «una crítica a la manipulación y a la tiranía que se ejerce por un medio del PODER».

Para ella los Estados, las instituciones, las religiones o los grupos delictivos toman decisiones que repercuten en la sociedad. Tantas han sido las violaciones a los derechos humanos por estas decisiones, que las víctimas sólo son un número.

¿Qué son los daños colaterales para mí? Aquí va mi experiencia personal sobre la obra pictórica y sobre el concepto.

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La primera pintura que veo al entrar a la sala temporal del Museo Casa de los Muñecos de la BUAP se llama: Esperanza y fe. Es difícil pensar en la esperanza y la fe después de hablar de daños colaterales. Es aún más difícil cuando veo en el lienzo pared de ladrillos con rastros de telas y sangre, una ejecución tal vez. No sé dónde está la esperanza y la fe.

También he de admitir que mi propia esperanza y fe andan un poco perdidas, entre que 43 jóvenes están desaparecidos, entre que cada vez que llego a la ciudad de Puebla encuentro nuevas obras viales a todas luces inservibles y a que el amor no ha tocado a mi puerta.

[quote_box_right]Para ella los Estados, las instituciones, las religiones o los grupos delictivos toman decisiones que repercuten en la sociedad. Tantas han sido las violaciones a los derechos humanos por estas decisiones, que las víctimas sólo son un número.[/quote_box_right]

A un lado están Camuflaje, Latrocinio y Campo de concentración. La RAE dice que camuflaje es «disimular dando a algo el aspecto de otra cosa». Y latrocinio: «acción propia de un ladrón o de quien defrauda a alguien gravemente».

Veo entonces el verde olivo y pienso en una sola cosa: el ejército. También hay rojo, amarillo, gris, negro.

Mi mente da vueltas pienso en cuántas veces no se ha utilizado al ejército para cometer algún latrocinio, cuántas veces llegaron de manera camuflada a despojar.

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Indignación, mejor llamémosle un pulmón rojo arrojado al agua turbia. Este nombre va más con los daños colaterales. La indignación viene de las entrañas y sí es roja, uno pensaría que viene del estómago pero también de los pulmones, cuando la indignación es tan grande que quita el aliento.

La indignación: «enojo, ira, enfado vehemente contra una persona o contra sus actos», según la RAE. Según yo: «encabronamiento total por una injusticia».

En ese misma parte de la sala está Incógnito, que tiene todo que ver con el concepto de camuflaje. Esta pintura me deja una sensación metálica y dolorosa. Veo un martillo de metal lleno de sangre.

Lo incógnito es simplemente lo desconocido, que al mismo tiempo es perturbador, como ese martillo ensangrentado.

Luego vienen unas formas que reconozco: mujeres desnudas paradas. Allí en Tarifa habitual hay una mujeres o la ilusión de una mujeres desnudas, no tienen rostro, ni nombre. Son sólo mercancía que tiene una tarifa: «Vende caro tu amor, aventurera».

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En Paseo por la ciudad veo otra insinuación: un pene aprisionado. Pienso en el machismo cotidiano, de esos estigmas que cargamos todos, sin pene o con él, de lo que debe ser un HOMBRE. Pero ¿qué es ser hombre? ¿quién determina si se es o no un hombre?

La Real Academia de la Española dice que hombres «ser humano del sexo masculino». También «individuo que tiene las cualidades consideradas varoniles por excelencia, como el valor y la firmeza».

Si pienso en mí y muchos hombres que me rodean, ni somos tan valientes y mucho menos firmes. Tache para la RAE.

Libérame, dice la pintura, yo pienso en que es una epidermis. Las batallas más cabronas se libran debajo de la piel y la piel se me pone chinita porque pienso en el amor, justo en ese momento pasa un coche con una canción norteña a todo volumen: «Algo de mí. Algo de mí, te hará extrañarme».

En una esquina de la exposición esta una escultura, se titula Juntos. Tiene la forma de una máscara donde dos rostros se unen. Me asomo para ver a través de esos ojo  y dan a la cortina en la que se trasluce la calle.

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Paso a la siguiente sala de la muestra pictórica, está el cuadro Represión global. Yo le llamaría el ave gris en vuelo.

Del otro lado de la puerta se encuentra Pecado encubierto. Veo unas montañas llenas de nieve, como de esos paisajes que toman los alpinistas. Qué raro que siendo un pecado vea también algo hermoso, tal vez no todos los pecados son malos.

[quote_center]Si pienso en mí y muchos hombres que me rodean, ni somos tan valientes y mucho menos firmes. Tache para la RAE.[/quote_center]

Un pecado, si saco por enésima vez a la RAE, es «cosa que se aparta de lo recto y justo, o que falta a lo que es debido» y «exceso o defecto en cualquier línea».

Ataúd para tres, yo prefiero martillos ensangrentados. Es más violento pensar en el encierro de tres personas, aunque se quieran, que en la sangre.

Entre todas estas formas indefinidas, hay unos rostros que se dicen eternos, que dicen que se elevan más (Somos eternos y cada vez nos elevamos más). Unos rostros color desierto que miran hacia abajo, unos rostros donde se entiende una sonrisa maliciosa envuelta en estructuras metálicas y destruidas.

El fondo de la sala está Sistema de daños colaterales, regreso de nuevo al pulmón y la piel, los dos son órganos muy subestimados. Siempre pensamos en el corazón y el cerebro, pero en la piel está el mundo de las sensaciones y en los pulmones, el aire.

¿Con qué me quedo? En la vida cotidiana no se pueden evitar los daños colaterales, si decido no llamarle a una chica o hablar de más en una reunión familiar es probable que haya daños colaterales. Pero tampoco podemos llamar así a la matanza o explotación sistemática y planeada de las personas.