Foto: Karen de la Torre

Karen de la Torre

@karelampia

“Si no saliéramos a marchar, estaríamos conmemorando la represión. Por eso salimos, para que realmente lo que pasó en el 2 de octubre de 1968 no se olvide, así lo condenamos y jamás lo perdonaremos: no a la criminalización de la protesta ni entonces, ni ahora”, comenta Ana, estudiante de la Licenciatura de Derecho de la BUAP, parte del contingente que salió desde Ciudad Universitaria hasta el Zócalo.

–¿Por qué marchan los estudiantes en Puebla?

–Una para conmemorar la masacre de Tlatelolco, exigir que no haya más represión por parte del gobierno, la liberación de los presos políticos, y en esta ocasión venimos apoyando las demandas de otros compañeros: la de Ayotzinapa que tras la represión a estudiantes normalistas hubo muerte y desaparición de estudiantes; la del Instituto Politécnico Nacional, en contra de que les cambien su reglamento y su plan de estudios, que tiene que ver con un trasfondo político de la entrada de todas estas reformas neoliberales destinadas a privatización, a la precarización del trabajo y de la propia vida, y de la entrada de empresas trasnacionales a saquear los recursos naturales de nuestro país -declara Iván González, estudiante de la Licenciatura de Sociología BUAP.

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IPN.- Miles de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional salieron a protestar por su nuevo reglamento desde el pasado 25 de septiembre.

Sus peticiones: Cancelación total del reglamento interno recién aprobado; cancelación de los planes de estudio que tecnifiquen la educación superior y reduzca la calidad educativa de nivel medio superior del Instituto; destitución de Yoloxóchitl Bustamante como directora general; salida de los elementos de policía bancaria e industrial de las instalaciones de esta casa de estudios sin sustitución; cese de pensiones vitalicias de ex directores; democratización del IPN; aumento al presupuesto del Instituto, a los sectores educativos públicos y de investigación científica y tecnológica nacionales, con un monto mínimo equivalente al 2% del PIB, y dar a conocer todas las formas de injerencia del sector privado en el IPN tanto en los planes de estudio, programas de investigación y proyectos de colaboración. [Extraído del pliego petitorio de los estudiantes, antes de ser presentado formalmente a la Secretaría de Gobernación].  

Ayotzinapa.- Desde el 26 de septiembrela sociedad civil organizada y autoridades buscan a 43 estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero. Los hechos aún no han sido esclarecidos, se ha difundido que los estudiantes recababan dinero en Iguala para conmemorar el 2 de octubre y los policías junto con comandos armados los reprimieron con el uso de sus armas: 6 personas murieron y 25 fueron heridas.

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Han pasado 48 años desde la represión de la protesta estudiantil del movimiento de 1968 y ahora, aunque aparentemente la sociedad no es la misma, uno de los objetivos para salir a marchar es la exigencia de que no se criminalice la protesta social.

“No es solamente salir a protestar por algo que pasó hace mucho tiempo, sino retomarlo porque actualmente son políticas que se siguen haciendo ¿no?: matanzas –no precisamente a estudiantes- sino a la sociedad civil. La criminalización de la protesta es algo que no se puede permitir”, declara Beto, estudiante de la Licenciatura de Sociología.

A su vez, Iván agrega que en Puebla “el caso de Chalchihuapan es el mejor botón para esta muestra porque se hizo efectivo el uso de la fuerza por parte de la policía, a nosotros nos preocupa porque a pesar de que se dio muchísima difusión a lo que pasó ahí, pues, la ley ahí sigue y en cualquier momento pueden emplearla”.

En la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales los estudiantes organizaron un paro activo para la conmemoración de este 2 de octubre, que dio inicio desde las 8 de la mañana. Poco antes del medio día un pequeño contingente organizado por la comunidad estudiantil de Sociología salió desde el auditorio de la misma Facultad al que se sumaron estudiantes de otras licenciaturas. Conforme su recorrido, la marcha fue creciendo hasta su llegada al Zócalo capitalino conformada por entre 200 y 300 personas.

“Como estudiantes es importante salir a marchar porque llevas a otro plano lo que se estás aprendiendo y estudiando, significa tener conciencia crítica; hacemos del espacio público un lugar de difusión de demandas: exigir justicia, que no pasen las demás reformas, y nos posicionamos. Esto es nuestro y no nos lo pueden quitar”.