Lado B
Retomar el periodismo
Los discursos y las acciones de aquellos que están en el poder político, educativo, económico, religioso y criminal son generalmente los que ocupan los espacios y los tiempos del periodismo. Esos discursos con material periodístico y alimento informativo para el auditorio. Gracias a que hay periodistas nos enteramos qué pasa a nuestro alrededor y podemos tomar decisiones, por lo menos eso es lo ideal. Sólo que en México una de las prácticas comunes a todas las profesiones es la corrupción.
Por Susana Sánchez Sánchez @
29 de septiembre, 2014
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Susana Sánchez Sánchez

Los discursos y las acciones de aquellos que están en el poder político, educativo, económico, religioso y criminal son generalmente los que ocupan los espacios y los tiempos del periodismo. Esos discursos son material periodístico y alimento informativo para el auditorio. Gracias a que hay periodistas nos enteramos qué pasa a nuestro alrededor y podemos tomar decisiones, por lo menos eso es lo ideal. Sólo que en México una de las prácticas comunes a todas las profesiones es la corrupción.

El periodismo es una de las profesiones que más convive con el poder. No imaginar corruptelas entre la prensa y el poder sería una inocentada. Ver a periodistas o dueños de medios de comunicación haciendo migas con las esferas del poder es algo que sea ha ido normalizando, por los menos desde los años setenta a la fecha con las dichosas oficinas de comunicación social. Los desayunos-rueda de prensa, los viajes patrocinados para cubrir un acontecimiento, los regalos navideños, en síntesis, el coqueteo constante entre la prensa y los organizadores de eventos (generalmente de instituciones políticas, educativas o religiosas, que son quienes tienen un presupuesto económico destinado a comunicación social) es una práctica “normalizada” en el periodismo mexicano. Ojalá que la convivencia entre la prensa y el poder sólo se quedara en desayunos, comidas, cenas o regalos de fin de año. Lo aterrador es cuando un medio de comunicación  se convierte en portavoz de esos círculos del poder y nos lo presenta como alimento informativo (cada quien se pudre el seso con su medio de preferencia. O, más bien, cada medio de comunicación le pudre el seso a sus auditorios de preferencia).

[quote_left]El periodismo ha ayudado en gran parte en las elecciones de las personas. Y nosotros como auditorios les creemos, en parte porque nos compramos la idea de que a través del periodismo se nos dice la verdad. O sea, que si un medio informativo (reconocido) dice que un político es responsable, le creemos; si dice que fulano es un criminal y corrupto, le creemos. Vaya, hay que tener fe en algún medio, ¿no cree?[/quote_left]

Quizás nadie como los medios de comunicación conocen el poder de dominio que tienen y los efectos que pueden causar a través de sus imágenes o sus discursos. Por ejemplo, un líder que quiera ejercer poder en el país, debe entender el poder de los medios de comunicación e invertir en ellos. Dice Fernando Savater que  el pueblo, al elegir un a un líder político, le concede a éste un “gran margen de libertad”, donde el dirigente debe estar “consciente” de que en esas libertades de acción, hay “niveles de responsabilidad” (social, transparencia, legal y pedagógica), y para ello el político debe ser ante la sociedad un líder “competente”, un buen actor, que no sólo tenga “buenas intenciones”, sino que, ante todo, tenga “capacidad y conocimiento” para resolver problemas económicos y sociales. De lo contrario “es una falta de ética que una persona que se sabe carente de estas cualidades aspire a ocupar un cargo público”.[1] Salvo que en México esos principios de los que habla Savater parecen ser inalcanzables, porque las elecciones del pueblo mexicano parecen no ser autónomas. El periodismo ha ayudado en gran parte en las elecciones de las personas. Y nosotros como auditorios les creemos, en parte porque nos compramos la idea de que a través del periodismo se nos dice la verdad. O sea, que si un medio informativo (reconocido) dice que un político es responsable, le creemos; si dice que fulano es un criminal y corrupto, le creemos. Vaya, hay que tener fe en algún medio, ¿no cree?

Pero no todo es fatalidad en el periodismo. Hay luz en el horizonte. No pierdo la esperanza de que los medios de comunicación que han tomado como eje la crítica hacia poder y a los gobiernos en turno sean los que más circulen, se consuman, crezcan y proliferen. No pierdo tampoco la esperanza de que aquellos que estudian o hacen periodismo al estilo portavoces del poder un día de éstos se aburran y propongan y emprendan proyectos periodísticos más incluyentes, y lo que invisibilizaban en sus medios un día lo hagan visible. No pierdo la esperanza de que algún día los periodistas puedan ser realmente periodistas libres intelectualmente.

Ojalá que  los periodistas ejerzan pronto “una violencia conservadora —en el buen sentido, en el sentido noble del término. Quizás el ius resistentiae, o sea, el derecho a proteger cualquier cosa que ya existe y que es digna de persistir”[2], en este caso, continuar con el periodismo que cuestiona y crítica al poder.

Si bien converger en lugares comunes, no es tomar el poder o intentar construir un nuevo Estado o un nuevo monopolio de la decisión política, sí se trata, como dice Paolo Virno, de defender experiencias plurales, formas de democracia no representativas, o usos y costumbres no estatales.

Además, queridos periodistas o estudiantes de periodismo, pertenecer al mundo no significa contemplarlo de manera desinteresada (replicar lo que dijo alguno de sus entrevistados o lo que dijeron en la rueda de prensa, es una forma de mirar al mundo de manera desinteresada, ¿o no?). Esta pertenencia implica sobre todo un compromiso pragmático. Emprendan la  huida[3] como reacción a la estructura social establecida, ya sea desde la casa, la escuela, la universidad, el trabajo, el ciberespacio, la crítica, el arte o la calle.  Por favor traten de volver a tomar las calles, de volver a poner al periodismo como un espacio de crítica al poder y no de portavoz de éste. Por favor, periodistas, por lo que más quieran hagan periodismo.

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*Estudiante del posgrado en Sociología-BUAP.

Cualquier discrepancia, precisión, duda o recomendación, escríbale al  correo: susanita19mx@yahoo.com.mx

La colaboración Informar tiene su chiste, también aparece los viernes en el programa Movimiento Perpetuo, transmitido de lunes a viernes de 9:30 a 10:30 hrs., a través de la XHBUAP – Radio BUAP 96.9 f.m.

[1] Los apuntes —personales— corresponden  a la conferencia Responsabilidad social y gobierno en la construcción del futuro, que Fernando Savater impartió el 6 de diciembre de 2005, en Auditorio de la Reforma de la ciudad de Puebla, como parte del programa Puebla Estado de Derecho, organizado a través de la Consejería Jurídica del Ejecutivo Estatal.

[2] Virno, Paolo. Gramática de la multitud. Traficantes de sueños. Madrid, 2004., pp. 43.

[3] P. Virno explica que el éxodo es el caldo de cultivo de la desobediencia, porque son los conflictos sociales que se manifiestan no sólo y no tanto como protesta, sino más bien como defección, no como voice, sino como exit. El éxodo consiste en una inversión desprejuiciada que altera las reglas del juego y hace enloquecer la brújula del adversario. Consultar: Virno, Paolo. Gramática de la multitud. Traficantes de sueños. Madrid, 2004.

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