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Forzar a los niños a leer o escribir a edad muy temprana conlleva el riesgo de que estos terminen sintiendo aversión por ello y vean a la escuela como un lugar de imposición y opresión, en vez de un sitio para la exploración y el descubrimiento, ha señalado la investigación en el tema.

Así lo advirtió el doctor Marco Antonio Delgado Fuentes, experto en educación e infancia temprana de la Universidad Iberoamericana, a pocas semanas de que millones de niños de preescolar y primaria entren a clases por primera vez en sus vidas.

El experto del Departamento de Educación de la Ibero apuntó que esto suele derivarse de la competencia existente entre las preescolares privadas, que para impresionar a los padres de familia y con ello ganar nuevos alumnos, ofrecen en su publicidad volver bilingües a los niños, o que estos sabrán leer y escribir al terminar sus estudios de preescolar, ignorando que no es la edad adecuada para ello.

[quote_right]“De hecho, la Secretaría de Educación Pública en su programa de educación preescolar dice que en ese grado no se enseña a leer y a escribir, pues no es adecuado para la edad de los niños”, factor que es ignorado por la competencia entre escuelas privadas, dijo.[/quote_right]

Así, la idea de que es mejor que los niños aprendan cuanto antes a leer y escribir es «completamente equivocada», aseguró el académico, quien añadió que en países como Finlandia la edad oficial para comenzar la enseñanza de la lectura y la escritura es de siete años.

“De hecho, la Secretaría de Educación Pública en su programa de educación preescolar dice que en ese grado no se enseña a leer y a escribir, pues no es adecuado para la edad de los niños”, factor que es ignorado por la competencia entre escuelas privadas, dijo.

Por otra parte, el especialista recomendó a los padres de familia con hijos que asistirán clases por primera vez explicarles detalladamente sus nuevas actividades, la forma en que se estructura el día escolar, así como lo que se espera de ellos. Esto debido a que usualmente los adultos olvidan que los niños pequeños desconocen por completo lo que es una escuela, así como las actividades y papeles que seguirán. De la misma forma, muchas veces los maestros se limitan a asumir su función y dan por hecho que los niños conocen en qué consiste la escuela.

Tras iniciar las clases, dijo, los padres deben estar al pendiente de la opinión que sus hijos tienen del ambiente predominante en sus escuelas, lugares que ante la falta de seguridad se han convertido en el primer lugar de socialización para los infantes.

Si bien hacer la tarea con sus hijos no es una actividad popular entre todos los padres de familia, expresó el académico de la Ibero, estos deben estar conscientes de que la educación no puede recaer de forma exclusiva en los maestros, por lo que el acompañamiento de los niños en la realización de sus tareas no sólo permitirá a los padres conocer lo que sus hijos están aprendiendo, sino estrechar los lazos afectivos con ellos.