Lado B
CUENTOS DE CIENCIA FICCIÓN. ANTOLOGÍA , DE RICARDO BERNAL
Lola Ancira
Por Lado B @ladobemx
22 de agosto, 2014
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Lola Ancira

Cuentos de Ciencia Ficción. Antología (Alfaguara, 1997) de Ricardo Bernal es una compilación de nueve cuentos representativos del género. El término ciencia ficción (del término inglés sci-fi) surgió en la década de los 20’s (S. XX) y hace referencia a las narraciones que describen maravillosos viajes fantásticos interespaciales, civilizaciones alienígenas, razas extraterrestres y diversos tópicos relacionados con avances o progresos tecnológicos, científicos, sociales o ideológicos posibles y que tienen bases en diversas ciencias y conocimientos específicos que otorgan verosimilitud a los textos.

Existen varias “generaciones” de escritores de este género, que abarcan del año 1818 hasta la actualidad, donde autores como Mary Shelley, Isaac Asimov, Gustav Meyrink, Julio Verne, H. G. Wells, Jack London, Edgar Rice Burroughs, Howard Phillips Lovecraft, RayBradbury y Frank Herbert, entre muchos más, dan cierta continuidad a leyendas y mitos con siglos de antigüedad y a esa necesidad del ser humano por salir de la mente y el planeta que lo confinan.

La colección completa es fascinante; pero los siguientes seis cuentos de los que hablaré, en mi opinión, son los mejores. Al leerlos, fue imposible reprimir asociaciones a escenas de ciertas películas, novelas u otros textos, de ahí las alusiones de diverso índole.

“El nuevo acelerador” de H. G. Wells es el primer cuento y describe una especie de pócima mágica de reciente creación por el profesor Gibbernet que reduce la velocidad del tiempo considerablemente e incluso da la apariencia de detenerlo, acción que recuerda específicamente la escena crucial de Quicksilver en X-Men: días del futuro pasado (2014) donde éste interactua con objetos y otros personajes durante un segundo del tiempo real, que reducido, gracias a su increíble velocidad, convirtió en aproximadamente dos minutos. Tras comprobar el éxito de su invento científico, el doctor tiene en mente una segunda pócima, pero esta tendrá el efecto contrario: adelantará el tiempo a una increíble velocidad, hecho que me remitió a la escena de Trainspotting donde Renton está en una etapa de abstinencia y va al bingo con sus padres: el tiempo pasa vertiginosamente de prisa mientras él permanece sentado, con la mirada perdida, reflexionando sobre esa etapa de su vida. Regresando al cuento, la primera vez que el profesor y el protagonista la ingieren, salen a dar un paseo y gracias a las ricas descripciones de Wells, pareciera que incluso el lector está bajo su efecto. Debido al peligro latente que representa su uso, el protagonista, casi al finalizar, comenta que solamente la ha utilizado de nuevo estando al resguardo de su hogar, consejo que muy bien podrían tomar todas las personas que consuman algún tipo de droga, pues experimentar en un ambiente familiar será siempre mucho menos riesgoso.

En “Exilio”,de Edmond Hamilton, estamos ante un tipo de historia circular y alienada, ante una idea de las que muchos temerían y pocos anhelarían: la existencia real de los mundos y personajes creados por el imaginario. Esta posibilidad es aterradora por el hecho de que todos nuestros miedos, angustias y delirios podrían ser representados por infinidad de seres y panoramas, por interminables pesadillas de las que no habría escapatoria, y es el revelador final lo que otorga el último toque de genialidad al relato.

“El ruido de un trueno”, de Ray Bradbury nos revela los estropicios que cualquier pequeño cambio, por nimio que fuera, en el pasado, puede alterar por completo el presente y el futuro. Quizá en esto precisamente radica el enigma de las máquinas del tiempo y su inexistencia, o su encubrimiento. En los monólogos de uno de los personajes, se esclarece que incluso se podría alterar el tiempo más allá de lo que se puede pensar, de ahí que un cambio en el pasado modifique o altere una cadena de sucesos que podrían resultar en algo catastrófico, pues estamos incluso ante la premisa de modificar el futuro a través del pasado.

[quote_box_right]Existen dos características específicas que abundan en estos relatos. Una de ellas, es que en la narrativa los autores expresan su incomodidad o desacuerdo con la premisa de que el hombre sea la especie más inteligente del universo; la otra es un cambio de perspectiva, un giro que permite analizar situaciones o cuestiones ordinarias para convertirlas en ficción, ciencia ficción, en este caso.[/quote_box_right]

El cuarto relato,Deserción”, de Clifford D. Simak, nos muestra que los seres humanos saben en realidad muy poco sobre el universo, e incluso menos sobre las otras especies que viven en su propio planeta. Simak denuncia que los humanos creemos tener el monopolio del lenguaje (y lo subjetivo del mismo), razón por la cual relegamos los de todas las demás criaturas. Pero esto no indica que sus lenguajes sean menos desarrollados o complicados, pues es sólo el complejo de superioridad del limitado cerebro humano el que está actuando. Después de todo, no sería extraño confirmar que para los demás seres  que tienen contacto con nosotros, sólo tenemos una “abertura facial” de la  que emitimos sonidos ininteligibles.

Robert Silverberg forma parte de esta antología con “El sexto palacio”, donde un peligroso y enorme robot custodia una extraña construcción repleta de tesoros insólitos, a través del cual cobra forma el terror por la posible toma de consciencia, seguida por la sublevación, de esos seres mecánicos creados por el hombre y a los cuales les ha conferido una inteligencia supuestamente limitada. Esto nos remite al test de Turing (1950), la prueba creada por Alan Turing para demostrar que una máquina puede ser tan inteligente como un ser humano, y de ser ese el caso… ¿podría también usar esa inteligencia negativamente?

Por último, “Lo recordaremos por usted perfectamente de Philip K. Dick”, es un estupendo relato que juega con las posibilidades que resultarían de poder eliminar, implantar o crear nuevos recuerdos en la mente humana. Utilizando un bucle narrativo, alterado por características específicas, Dick representa el universo mental y todas las posibilidades que podría albergar al ser alterado de forma tan drástica, pues esencialmente, seguirían funcionando ciertas áreas incorruptibles: inconsciente y subconsciente. En el relato, el protagonista busca implantar un recuerdo, ignorando las razones inconscientes de su deseo, situación que desencadena una serie de sucesos increíbles que finalizan con un suceso más paradójico aún. Una de las características de los agentes que aparecen aquí es que tiene el poder de leer la mente del protagonista gracias a un artefacto científico y fue quizá una idea tomada a la distópica novela 1984 (1949) de George Orwell. La existencia de una empresa dedicada a borrar o sustituir recuerdos de la mente nos remite a Eternal Sunshine of theSpotlessMind (2004), donde un establecimiento novedoso (y muy demandado) brinda la posibilidad de eliminar cualquier recuerdo de alguna persona en específico, por lo que se enfocan en quienes han sufrido alguna ruptura sentimental o pérdida amorosa.

Existen dos características específicas que abundan en estos relatos. Una de ellas, es que en la narrativa los autores expresan su incomodidad o desacuerdo con la premisa de que el hombre sea la especie más inteligente del universo; la otra es un cambio de perspectiva, un giro que permite analizar situaciones o cuestiones ordinarias para convertirlas en ficción, ciencia ficción, en este caso.

A pesar de las décadas transcurridas, es asombroso cómo estos autores, que nacieron entre 1866 y 1935, narraron sucesos que actualmente siguen siendo sorprendentes, pues hasta ahora sólo han podido llevarse a cabo en películas gracias a los efectos visuales, mecánicos, digitales y especiales.

Que todos los protagonistas sean del sexo masculino y los pocos personajes femeninos estén  encasillados en arquetipos de comportamientos y descritos con características elementales, se deduce del  contexto particular (una sociedad patriarcal muy marcada) en la que vivieron los autores.

 

Carmen Dolores Ancira Zamudio (Lola Ancira, Querétaro, 24 de marzo de 1987) ha residido en distintas ciudades del país. Inició su trayecto en las letras y el modelaje alternativo a los 16 años y es Licenciada en Letras Modernas en Español por la Universidad Autónoma de Querétaro. A través de los años, ha compaginar su trabajo como escritora y modelo: entre las pasarelas y sesiones fotográficas ha escrito artículos y cuentos para Suplemento Panóptico (Qro.), Proyecto Neurosis (Gdl.), Onomatopeya (Gto.), La testadura literaria (Qro.) y Voz Editorial. En noviembre de 2013 fue publicado su primer libro de cuento fantástico titulado Tusitala de óbitos por Pictographia Editorial (gracias al apoyo de CONACULTA e INBA), en la colección titulada Poéticas contemporáneas: narrativa joven del Centro Occidente. En él resaltan sus principales influencias: Jorge Luis Borges, Amparo Dávila, Edward Gorey, Thomas Mann, RayBradbury y el séptimo arte. Actualmente vive en el Distrito Federal, es editora en el newsroom de la revista digital ZRZMR (Zarzamora, Qro.), escribe para Yaconic (D.F.) y trabaja como editora en Ediciones B. Suele escribir reseñas literarias en su blog (letrasymaullidos.blogspot.mx) y, en cuanto al modelaje alternativo, realiza books y sesiones fotográficas para diferentes proyectos.

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