Lado B
Viajes de un naturalista por el sur de México, de Hans Friedrich Gadow
Por Alejandro Badillo @alebadilloc
16 de mayo, 2014
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Alejandro Badillo

@alebadilloc

[dropcap]L[/dropcap]os libros de escritores y viajeros extranjeros en México tienen una larga genealogía. Partiendo de Las cartas de relación de Hernán Cortés y Naufragios y comentarios de Álvar Núñez Cabeza de Vaca hay una larga lista de escritores, diplomáticos y militares que consignaron por escrito sus experiencias en tierras mexicanas. Quizá la recopilación más completa es la interesante antología en cuatro tomos Anecdotario de escritores extranjeros en México de José Iturriaga de la Fuente; en sus páginas el lector puede encontrar la empatía con el país de Madame Calderón de la Barca o, por el contrario, personajes que no pudieron adaptarse como Graham Greene o Evelyn Waugh, cuyo libro Robo al amparo de la ley fue un ataque abierto al gobierno de Lázaro Cárdenas en represalia por la expropiación de las concesiones petroleras a las empresas británicas.

gadowViajes de un naturalista por el sur de México de Hans Friedrich Gadow, editado por primera vez en español por el Fondo de Cultura Económica, es un aporte interesante a este inventario. Gadow (1855-1928) fue un científico que destacó en el campo de la ornitología y en la clasificación de los vertebrados, además tuvo la oportunidad de colaborar en el Museo de Historia Natural de Londres. Una de las virtudes del trabajo de Gadow es, además de su indiscutible vocación científica, su capacidad narrativa para describir ambientes y dibujar, en trazos breves y efectivos, los personajes que encontró durante su viaje. Muchos textos científicos naufragan en una prosa árida, enfocada al lector especializado, sin embargo, el autor alemán busca pretextos para desviar la mirada y plasmar los relieves, los colores y las anécdotas de sus incursiones.

Otro punto interesante de los viajes de Gadow es el México que le tocó ver, pues visitó el país en 1902 y 1904. A pesar de que ha transcurrido poco más de un siglo, al pasar las páginas del libro comprendemos la abrumadora distancia con una época en la que gran parte de la población vivía en zonas rurales, dedicada a la agricultura, desperdigada en pueblos monolingües, apartados casi por completo de los ideales civilizadores del Porfiriato. Aun con la inversión en las vías férreas y carreteras, gran parte del país estaba apenas comunicado y, en ciertas épocas, los caminos eran intransitables. En el aspecto político nos encontramos con los últimos años de Díaz en el poder y con un autor que desconoce los engranajes del régimen. Gadow en todo momento exalta al dictador que lo recibe varias veces para platicar y darle salvoconductos que lo ayudarán en los estados que visita. Sin embargo, en descargo del autor, se debe apuntar que estuvo en contacto con sectores despolitizados y, en su afán de recolectar nuevas especies, evitó los centros urbanos para internarse en territorios casi vírgenes, rodeados por rancherías y pequeños pueblos.

Viajes de un naturalista por el sur de México es la bitácora de un científico que no cae en la estampa fácil o, peor aún, en la idealización del “buen salvaje”. Ante un mundo en el que la especialización hace que el investigador se desentienda de otras áreas, se agradece la libertad y la amplia cultura de un autor cuya mirada —además de enfocarse en una nueva especie de reptil o de planta— también abarca la cultura de los pueblos que visitó, la forma en que se comportaban los caciques protegidos por Porfirio Díaz, los vicios y las virtudes del México de entonces. También destacan el humor y la ironía con los que retrata los múltiples inconvenientes afrontados. El libro de Gadow es un retrato indispensable de un país que aún no revelaba todos sus secretos, que tenía grandes sectores alejados del influjo modernizador porfirista y que pronto se iba a incendiar por la Revolución Mexicana.

Fondo de Cultura Económica, 1era edición, 2011

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