Lado B
Priva impunidad y omisiones en delitos contra mujeres en Puebla
Familiares de víctimas exigen procuración de justicia sin distinciones
Por Lado B @ladobemx
09 de abril, 2014
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Foto: @melyarel

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Mely Arellano

@melyarel

Las familias de Judith Coatl Cuaya, desaparecida el pasado jueves 20 de marzo en Tlaxcalancingo; de Maricela Torres Acosta, desaparecida desde el 23 de junio del 2011, y de Araceli Vázquez Barranca, asesinada por su exnovio Javier Mauricio Díaz el 13 de noviembre del 2013 han escuchado las mismas palabras de los agentes ministeriales: que busquen al agresor, que investiguen dónde está, a qué hora, qué ropa trae puesta y entonces les llamen para “agarrarlo”.

Además la personalidad, costumbres y estilo de vida de las víctimas son cuestionadas y se ponen en entredicho, denunciaron sus familiares en rueda de prensa convocada por el Observatorio de Violencia Social y de Género en Puebla y el Programa de Género y VIH del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría S.J. de la Universidad Iberoamericana Puebla, a cargo de Lourdes Pérez Oseguera.

–Las familias no son atendidas debidamente –dice Lourdes Pérez-, se olvida que atrás de un caso de desaparición hay toda una familia, en este caso en Tlaxcalancingo hay toda una comunidad exigiendo la aparición de esta joven.

–Primero, cuando llegamos a poner la denuncia, tuvimos que convencerlos de que mi hermana era responsable, para que entonces nos recibieran los papeles, cuando en este tipo de casos el tiempo es vital –lamenta Emma, hermana de Judith Coatl Cuaya.

¿Dónde está Judith?

Luego de salir con Gerardo Juárez Sánchez la noche del jueves 20 de marzo, Judith no volvió a su casa, una conducta inusual de la joven recién egresada de la Licenciatura en Psicología. La mañana del día siguiente, dos mensajes de texto –a las 8:54 y 9:04- llegaron al teléfono de su cuñado y uno más –a las 9:18- al de su hermano desde el celular de Judith, donde supuestamente ella avisaba que se encontraba con sus compañeros de la universidad. Su familia nunca lo creyó.

Esa mañana los padres de Judith fueron a la casa de Gerardo Juárez donde el muchacho negó haber salido con ella. Su hermano menor confirmó que éste salió a bordo de su camioneta color vino, la misma que Felipa, mamá de Judith, vio por la venta la noche previa.

A raíz de la desaparición de Judith y gracias al apoyo de la comunidad, su familia pudo saber que Gerardo Juárez había sostenido relaciones sentimentales con varias jóvenes, a quienes había embarazado o intentado convencer de irse a vivir a otro lado con él.

–Tiene labia, o sea, las convence –explica Emma Coatl.

Sin embargo ninguna de esas jóvenes ha querido declarar al respecto por miedo a represalias.

Gerardo desapareció después de aquella entrevista con los papás de Judith. Su familia asegura que ignora su paradero. Por el momento la averiguación previa correspondiente AP/692/2014/SACHO parece avanzar muy lentamente

Araceli Vázquez Barranco. Foto tomada de la página de Facebook Justicia para Cheli

Araceli Vázquez Barranco. Foto tomada de la página de Facebook Justicia para Cheli

Justicia para Cheli

De acuerdo con Lourdes Pérez Oseguera, en Puebla se han cometido más de 100 feminicidios en los últimos dos años: 51 casos el año pasado, y 42 casos el antepasado, más 15 casos hasta el 15 de marzo del 2014.

Una cifra más conservadora fue presentada por Gabriela Cortés, de El Taller: durante 2013, de acuerdo con “reportes hemerográficos”, se cometieron en Puebla 38 feminicidios. “De estos, sólo en el 15.7 por ciento de los casos (6) se ha encontrado al responsable; en todos los casos se trató de la pareja sentimental de la víctima. El 31 por ciento se cometió en el municipio de Puebla.

“En el 34 por ciento de los casos los feminicidios fueron de mujeres entre los 20 y 30 años; el 31 por ciento, de 30 a 40 años; el 15 por ciento de mujeres mayores de 50 años; el 10 por ciento, de 40 a 50 años y el 7 por ciento de menores de 20 años.

“En lo que va del 2014 hemos documentado 6 feminicidios, de los cuales sólo se ha resuelto el de Karla López Albert, cuya familia ejerció una presión mediática sin precedentes”.

Uno de esos casos que no ha obtenido justicia es el de Araceli Vázquez Barranco, asesinada por su exnovio Javier Mauricio Díaz, de al menos seis puñaladas, y quien pese a ser visto saliendo de la casa no fue localizado inmediatamente, permitiéndole la fuga.

Y aunque desde el 2 de diciembre existe la orden de aprehensión, otorgada por el juez penal de Tepeaca, a pesar de fallas argumentativas en la Averiguación Previa, aún no hay novedades sobre el caso.

–En El Taller creemos que este caso merece la misma atención que todos. Que la justicia no debería de hacer diferencias entre las víctimas por su posición social, económica o por la atención que puedan atraer de los medios de comunicación –exigió Gabriela Cortés, de El Taller-. Creemos también que el feminicidio de Cheli, como cariñosamente le decían, revela el nivel de impunidad con el que se puede matar a una mujer en Puebla.

Las organizaciones y los familiares de las víctimas, presentes en la rueda de prensa, exigieron al “gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, a los 217 presidentes municipales y al Congreso del Estado que cumplan la Ley: queremos vivir esa vida libre de violencia que establece la Ley.

Exigimos a la Procuraduría General de Justicia y al Tribunal Superior de Justicia que todos los casos se investiguen y se juzguen sin hacer algún tipo sin distingos”.

–Nos indigna la muerte de estas 44 mujeres, nos indigna la impunidad, pero nos indigna más la indiferencia de TODAS las autoridades –concluyó Gabriela Cortés.

Maricela Torres Acosta¿Y Maricela?

Otro caso de impunidad es el de Maricela Torres , desaparecida el 23 de junio del 2011, a los 32 años de edad. La familia presume que su exmarido, Mario Soto González se la llevó sin dejar rastro de ambos. 33 meses después, la familia de la víctima se encontró con que el caso ya había sido archivado.

Violencia normalizada

–Las causas (de los feminicidios y las desapariciones de mujeres) es que vivimos en una sociedad, en una cultura que ha ido normalizando y naturalizado la violencia contra las mujeres. En una sociedad donde el estado no hace la debida diligencia, no hace el trabajo que tiene que hacer, hay muchos casos en los que las investigaciones están abandonadas –denunció Lourdes Pérez.

La académica informó que donde se han cometido más feminicidios es en la capital del estado, seguido de Amozoc, Izúcar de Matamoros, San Martín Texmelucan, y en municipios al norte del estado.  Y pidió a los medios de comunicación hacer un seguimiento puntual de los casos pues regularmente sólo se cubre como “nota roja” y el tema se olvida.

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