Lado B
Lejanía, una historia de familia
El documental que liberó una verdad encerrada por décadas
Por Lado B @ladobemx
03 de marzo, 2014
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Josué Cantorán Viramontes

@josuedcv

Todas las familias guardan secretos, tienen tabús, un tema que no se toca ni a puerta cerrada. En la de Pablo Tamez Sierra ese tema eran las circunstancias que envolvieron la muerte de su tía Susana, hermana de su madre, asesinada en 1966.

Pero en lugar de guardar silencio, de reservarse las preguntas, él hizo lo contrario, una búsqueda de respuestas documentada con entrevistas y testimonios. Y todo lo grabó: el resultado es el documental Lejanía (2013), que se presentó en Puebla en la recién finalizada gira de documentales Ambulante.

–Es a partir de un hecho trágico que yo trato de hacer una reflexión de los lazos afectivos y los secretos familiares –dice el documentalista egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica, en entrevista con Lado B.

Todo inició en 2004, cuando el entonces estudiante del tercer semestre de cine realizó un ejercicio escolar en el que se le pedía filmar un documental, y ahí decidió adentrarse en el misterioso tema familiar. Eso le exigió viajar al menos cuatro veces a Ensenada, Baja California, a donde su tía había emigrado después de casarse, para entrevistar a sus primos y sobrinos, quienes en realidad sabían poco del caso.

Director

Foto: Josué Cantorán

Después de cumplir con el compromiso escolar, el proyecto debió ser abandonado por alrededor de seis años debido a que indagar en las entrañas del tema implicaba reabrir heridas que parecían ya haber sanado en los miembros de su familia.

–Fue un proceso un poco catártico para mí en el sentido de que me llevó casi nueve años hacer este documental –explica el realizador–. Fue un proceso largo básicamente porque era una parte que yo tenía que reflexionar para encontrar cierta objetividad sobre un tema que a mí también me afectaba como familia.

En 2011 decidió reabrir el proyecto y la beca Cuauhtémoc Moctezuma le dio los incentivos necesarios para finalizar el documental, mismo que se estrenó este año en la gira Ambulante y fue presentado también el Festival Internacional de Cine de Morelia.

–Cuando yo entré a hacer este documental, pues fue de forma bastante inocente, como que no sabía realmente a lo que yo me estaba metiendo, esa conciencia llegó cuando estaba editando el documental y empecé a entender muchas cosas que en ese momento se me hizo fácil poder  preguntarlas.

Indagar en un tema ocurrido cuatro décadas atrás le permitió estructurar el documental a modo de película de misterio o thriller, se desarrolla una narrativa en la que el espectador desconoce, al igual que los entrevistados, las verdaderas circunstancias en las que murió Susana, quien para entonces ya tenía cinco hijos y vivía una vida aparentemente tranquila lejos del Distrito Federal, donde radicaba toda su familia.

–La estructura se dio a partir de la edición –dice Pablo Tamez Sierra–. Yo tenía ciertos temas que quería contar pero realmente la forma o la estructura del documental se dio a partir de ver todo ese material y decidimos contar la historia de cierta forma. Efectivamente empieza como una especie de thriller que trata de encontrar qué es lo que sucedió en una noche, en un momento donde la vida cambia trágicamente.

Hacia la mitad del documental se descubre la verdad sobre el asesinato de Susana, una verdad que tuvo que ver con violencia intrafamiliar y celos, un cuadro de síntomas que en 1966 no tenía nombre pero que hoy sería llamado feminicidio, lo que permite al autor ahondar en reflexiones sobre temas más profundos como el perdón y la justicia.

Y al redondear por casi diez años de trabajo la historia familiar, Pablo Tamez Sierra se declara agotado, por lo que aprovecha este proceso de promoción de Lejanía para pensar en su siguiente proyecto, del que no adelanta aún mayores detalles. Lo que sí reconoce son las bondades del documental como género, aunque lamente la aún marginal distribución del mismo.

–En mi opinión (el documental) es un género mucho más libre que la ficción porque tienes más elementos para poder jugar en la forma narrativa, tratando de encontrar nuevas estructuras para contar una historia. Y el mismo hecho de ser real y de tratar con emociones reales y con personajes reales, termina siendo mucho más interesante.

Lejanía es la prueba de que el documental es un género de libertades. En este caso, al menos, permitió liberar una verdad que había permanecido encerrada por décadas, una verdad que se parece a las verdades de muchas otras familias.

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