Susana Sánchez Sánchez

He insistido en este espacio que el gusto por el periodismo no es suficiente, pues deben existir las condiciones económicas necesarias en las que sea posible vivir del periodismo, en ese sentido a mí me parece que ser periodista en México es un trabajo donde los que tienen mayores ventajas son los hombres y los solteros o solteras, por lo menos para el ala del periodismo de infantería, de aquellos sujetos que van a quemarse las plantas de los pies todos los días a buscar la nota o a cubrir una agenda informativa que le ha asignado su medio de comunicación.

¿Por qué es una chamba para jóvenes? Estar desde la líneas de la infantería del periodismo  requiere de una  buena condición física, y con ello no quiero decir que los periodistas gozan de una excelente salud, sino que al entrar muy jóvenes en el batallón del diarismo, es decir, entre los 20 ó 25 años, su misma edad les permite desplazarse con mayor facilidad, aguantar jornadas donde puedan estar todo el día ¿Pueden soportar eso las mujeres? Sí, ahí no haría distingo de género. Pero algunas mujeres periodistas, de estas que están en las líneas de infantería, a veces llegan a un punto donde deben hacer un alto: son madres y eso les cambia el esquema. Sé que algunos de ustedes respingarán y dirán que eso depende de la pareja con la que convivan esas mujeres, pero no sé si exista alguna que después de parir regrese inmediatamente al ruedo de la infantería periodística, sin tener un sentido de culpa de que no ha cuidado bien a sus hijos o de que no les ha dado el tiempo suficiente.

Hay mujeres que tienen las posibilidades de dejar el periodismo de infantería y regresar de nueva cuenta, a diferencia de los hombres que pueden estar ahí toda la vida, sin necesidad de hacer esos cortes, pese a que sean padres de familia.  Los hombres que son periodistas y padres, no suelen irse una temporada de sus trabajos para cuidar a sus hijos, en todo caso, como dicta la tradición de roles sexuales, son proveedores y cuidadores “de calidad” por momentos, siempre está la madre, los abuelos, los tíos o los parientes que cuidan de sus hijos (vayan o no éstos a la guardería).

Ahora, independientemente de que una mujer periodista mexicana quiera o no ser madre, también debe esquivar la violencia simbólica que es ejercida sobre ella en relación a las temáticas que cubra, si ha optado por el área de Sociales está destinada a ser una “tonta”, uno de los apelativos más nobles en el periodismo para aquellos que se cree no tienen la capacidad intelectual de reportear asuntos que valgan la pena.

Las mujeres hasta hace apenas una década han empezado a ganar terreno en las áreas duras del periodismo, como policía, deportes o política; comúnmente ocupadas por hombres. Las áreas desechables, es decir que no son prioridades a veces para los medios de comunicación, como cultura, espectáculos y sociales, han sido ocupadas regularmente por mujeres ¿Cuál es el mensaje implícito? Las mujeres son las que reportean los temas que no valen la pena ser contados, pero son necesarios para un medio de comunicación, porque parecen temáticamente plurales e incluso políticamente correctos para un medio al tener entre sus filas una cuota de mujeres trabajando en sus empresas.

Los fotógrafos de Sociales (a veces también de Espectáculos o Cultura), en su mayoría hombres, también están tildados simbólicamente en el último escalafón, pues cubren una sección que no es noticia o que no es importante. Por mucho que a veces los fotógrafos digan que pueden ejercer ese oficio desde cualquier ámbito, los fotoperiodistas también  deben mostrar el cobre en las áreas de policía, deportes y política. Con los periodistas ocurre los mismo, los chidos son los que han pasado por esas secciones, como si estuvieran hechas para hombres, para los que pueden andar en las cosas  rudas, no “niñerías” como las que se cubren en el área de Sociales, que dicho sea de paso, es considerada una de las plazas a la que ningún periodista decente quiere llegar.

Tampoco es que se pueda decir gran cosa en la sección de Sociales, de antemano pagada por quien organiza el evento (bautizo, graduación, boda, petición de mano, cumpleaños), sino seguramente saldrían excelentes crónicas. En el área de Sociales con más descaro que en la de Política o Gobierno, quien contrata paga para no ser golpeado. No obstante, la sección de sociales, no permite movilidad ninguna para la profesión periodística; por lo menos no he sabido de casos que del área de Sociales brinquen para cubrir Gobierno o Política, es más fácil que alguien que cubra temas policiacos llegue a reportear temas relacionados con las decisiones que toma un gobierno.

El pase a la fama o a la credibilidad periodística no pasa primero por el área de sociales, quien inicia por esta plaza está generalmente condenado (más bien condenada) al enclaustramiento,  a las cosas banales que no deben ser contadas, a ser tildado de tonta (o) con poca capacidad intelectual, a no ser visible, a no ser nadie. En cambio, pasar por el área de policía o deportes, puede convertirse en un paso  para la especialización en temas más apegadas a lo intelectual, a lo que requiere “pensar”, por ejemplo, gobierno o política, áreas regularmente ocupadas por hombres y que también requieren de una lectura particular, porque me temo que no es precisamente la capacidad intelectual lo que haga tan competida esas secciones en el diarismo mexicano, seguramente ha de ser tentador estar tan cerca de quienes ejercen el poder en un país de tradiciones tan corruptamente priistas (léase también panistas, perredistas y las que se le parezcan), donde los políticos (y ahora también los empresarios) le pagan a los medios o a los periodistas de infantería para no ser golpeados… sólo que a diferencia de la sección de Sociales, en las ágoras políticas y públicas se habla menos de esas perversas banalidades.

P.D. La colaboración “Informar tiene su chiste”, aparecerá cada 15 días y ya no cada ocho. Saludos cordiales, y gracias por darse tiempo para leer estas reflexiones.

*Estudiante del posgrado en Sociología-BUAP.

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