Lado B
Por qué la muerte o el secuestro de un periodista deberían importarnos
Por Lado B @ladobemx
17 de febrero, 2014
Comparte

*Susana Sánchez Sánchez                                                         

Si bien el periodismo en México hay que tratarlo con lupa y verlo desde particulares puntos geográficos, porque a veces esa profesión parece vocera de los gobiernos en turno más que una ventana democrática de la información, ese ejercicio no deja de ser importante para saber qué pasa en distintas esferas sociales de las diversas entidades federativas. Bien o mal, nos informamos a través de los medios de comunicación, por eso hay que preocuparnos cuando empiezan a matar a los mensajeros, porque me temo que en esta relación entre quienes tienen el poder, por ejemplo, gobierno, empresarios y medios de comunicación, sería cándido pensar que desaparecen a quienes funcionan como portavoces de cualquier grupo de poder.

Sin embargo, nos deben importar los periodistas desaparecidos o asesinados, porque el Ejercicio Periodístico, así con mayúsculas, es un pequeño pulmón de libertad. La libre circulación de información depende mucho de garantizar la libertad de expresión por parte de los estados, mientras que los medios de comunicación tendrían la obligación de proporcionar datos fidedignos a una sociedad que, para ser libre, debe estar bien informada, pues la información le permitirá tomar decisiones respecto a sus haceres.

Sin embargo, la falta de compromiso del Estado para garantizar la protección de los derechos, va cavando al periodismo. Entre las recomendaciones que hace la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en su informe anual 2010, en relación a la libertad de expresión, me parecen relevantes los siguientes puntos que engloban a todos los ciudadanos, no solamente a los que tienen que ver estrictamente con el ejercicio periodístico.

Violencia contra periodistas y medios de comunicación:

Realizar investigaciones serias, imparciales y efectivas.

Juzgar por tribunales imparciales e independientes a todos los responsables de los asesinatos, agresiones, amenazas y actos de intimidación por causa del ejercicio de la libertad de expresión, y reparar adecuadamente a sus víctimas y familiares.

Condenar públicamente estos hechos para prevenir acciones que fomenten estos crímenes.

Censura previa:

Eliminar cualquier norma que habilite la censura previa por parte de cualquier órgano estatal, y también cualquier condicionamiento previo que pueda implicar censura a la libertad de expresión, tales como las exigencias previas de veracidad, oportunidad e imparcialidad en la información.

Avances en materia de acceso a la información:

Continuar promulgando leyes que permitan el acceso efectivo a la información y normas complementarias que regulen su ejercicio, de conformidad con los estándares internacionales en dicha materia.

Propiciar la implementación efectiva y eficiente de las normas de acceso a la información, capacitando adecuadamente a los funcionarios y formando a la ciudadanía en aras de erradicar la cultura del secretismo y con la finalidad de otorgar a los ciudadanos las herramientas para realizar un efectivo monitoreo del funcionamiento estatal, la gestión pública y el control de la corrupción, esenciales en el proceso democrático.

A pesar de las recomendaciones que hace la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a los estados, ¡no a la violencia contra periodistas! es una frase que inunda cada vez más a México. Estamos en la zozobra al tener ante nosotros la simulación de un Estado de derecho en el que quisiéramos creer, pero lo cierto es que todo empeora, ya hasta desconfiamos casi de todos.

En México, con el acceso a las nuevas tecnologías, muchos ciudadanos cuentan con medios –por ejemplo las redes sociales– para difundir ideas o pensamientos y también han sido víctimas de la violencia. Ante ese panorama es casi imposible pedir cohesión social, y no es por indiferencia o apatía, sino porque ¿cómo una sociedad podría superar el horror de saber cómo se las gastan los gobiernos en el país de no pasa nada?  Sólo los locos y los convencidos de su locura, seguirán insistiendo en que la libertad para todos puede ser posible.

* Estudiante del posgrado en Sociología-BUAP.

Cualquier discrepancia, precisión, duda o recomendación, escríbale a los correos: susana.sanchezalcuadrado@yahoo.com.mx  /  sanchezsanchez.susana@facebook.com

Columnas Anteriores

[display-posts category=»informar-tiene-su-chiste» posts_per_page=»-15″ include_date=»true» order=»DESC» orderby=»date»]

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion