Roberto Pablo Martínez Lozano

El mundo está cambiando: el uso de la tecnología, la publicidad, la administración de los negocios, el desarrollo de la sociedad; la educación no es la excepción. El rediseño del currículo, las nuevas técnicas didácticas, los modelos de aprendizaje centrados en el alumno, así como las funciones del líder educativo han tenido un cambio importante en las últimas décadas, de él dependen una gran cantidad de aspectos que involucran al centro educativo: calidad académica, buen ambiente de trabajo, satisfacción por parte de alumnos, maestros, padres de familia, solución a problemas de toda índole. Por esta razón el director escolar debe ser un líder, una persona con grandes cualidades y talentos administrativos para guiar y dirigir a todas las personas involucradas con la institución hacia la visión que se ha propuesto. El poder que éste ejerce puede impactar de manera positiva a toda la organización. Es muy importante mantener una comunicación eficaz entre directivos, maestros, alumnos y padres de familia para lograr el equilibrio y el buen funcionamiento de la institución.

De Vicente (2001) en su libro Viaje al centro de la dirección de instituciones educativas  comenta que la organización de la institución y el clima creado inciden positivamente en la efectividad de la escuela como institución, así como en el buen hacer de los profesores que en ella trabajan y, como consecuencia, en el logro de los estudiantes, pero tal vez sea la figura del director escolar quien en muchos casos puede mejorar el desempeño de los alumnos debido a la diferencia que marca su liderazgo en el aprendizaje de los mismos. Los líderes exitosos son aquellos que enseñan y motivan a las personas, hacen que la gente alcance metas comunes, les ayuda a ver aspectos del mundo de manera diferente, por lo que la base del liderazgo es la capacidad del líder para cambiar el estado mental, es decir la estructura pensante de otra persona.

Llano (2004) en su libro Humildad y liderazgo. ¿Necesita el empresario ser humilde? comenta que más que exigir lo que alguien debe ser, lo que ha de hacerse es ser lo que se pide de ellos, es decir los grandes líderes personifican el mensaje que defienden enseñando, no simplemente con palabras, sino por medio de acciones de tal forma que ser un líder escolar ético no es tema de seguir unas reglas simples; la responsabilidad del líder es compleja y multidimensional, arraigada menos en la pericia técnica que en la simple honradez humana.

El líder educativo cumple con una gran cantidad de responsabilidades y de facetas múltiples, esto se debe a la diversidad de funciones que realiza y a la vez al gran número de personas con las que interactúa, entre ellos: alumnos, padres de familia, directivos, consejeros, maestros y sociedad.  Algunas de las definiciones sobre liderazgo: Gardner citado en (Llano, 2004) comenta que: “El liderazgo es la capacidad y deseo de conducir a hombres y mujeres hacia un objetivo común, y el carácter que inspira confianza”, por su parte Hunter citado en (Boyett y Boyett, 1999) dice que: “el liderazgo es el arte de influir sobre la gente para que trabaje con entusiasmo en la consecución de objetivos en pro del bien común”.

Como se observa en ambas definiciones, la habilidad que más debe desarrollar todo líder es la capacidad de comunicarse de forma efectiva con sus seguidores. Uno de los grandes problemas en las organizaciones humanas es la falta de comunicación entre los colaboradores y la dirección. Hesselbein, Goldsmith, y Beckhard (2004) comentan que los buenos líderes suelen explicar con claridad y sencillez lo que están tratando de conseguir y pueden presentar un argumento convincente para poner en acción a sus colaboradores en este rumbo. No se puede concebir a un líder sin una visión a futuro, que marque la directriz, él es el encargado de difundirla e impregnarla al resto de la organización. Una visión que responda e incluya a las necesidades de todos los involucrados (alumnos, maestros, padres, sociedad, etc.).

Los líderes exitosos entienden que su trabajo es tomar el capital humano, y hacerlo más valioso para el mundo del mañana. Los valores son los cimientos de toda construcción humana, por tal razón es de suma importancia el desarrollar líderes con altos estándares en su escala de valores los cuales deben ir alineados con los de la institución, ya que son los principios y valores que definen su identidad y destino, y se comparten como cultura organizacional. El reto consiste en seguir aprendiendo sobre las mejores prácticas y estrategias sobre  liderazgo, así como en el modo de añadir valor a la organización, a su gente y todos aquellos a los cuales sirve.

Dr. Roberto Pablo Martínez Lozano

Ha laborado durante 15 años en el área de docencia, tanto en área de Profesional como Preparatoria, en las áreas de matemáticas, física, redes computacionales, y electrónica. Actualmente es Director de Programas Académicos Internacionales en la Preparatoria del Tec de Monterrey Campus Puebla. Realizó su doctorado en el área de Innovación y Tecnología Educativa.