Lado B
Un deseo para el nuevo año
Todos los años, diciembre y la primera semana de enero muestran una de las caras tristes del periodismo mexicano, porque los reporteros se quedan sin notas. Sucede que con motivo de la Navidad o el recibimiento del Año Nuevo o la celebración del Día de los Reyes Magos, algunos departamentos u oficinas de comunicación social de las organizaciones, instituciones gubernamentales, educativas o religiosas, convocan a una comida, cena o convivio especial para los medios de comunicación.
Por Lado B @ladobemx
05 de enero, 2014
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Susana Sánchez Sánchez

Todos los años, diciembre y la primera semana de enero muestran una de las  caras tristes del periodismo mexicano, porque los reporteros se quedan sin notas. Sucede que con motivo de la Navidad o el recibimiento del Año Nuevo o la celebración del Día de los Reyes Magos, algunos departamentos u oficinas de comunicación social de las organizaciones, instituciones gubernamentales, educativas o religiosas, convocan a una comida, cena o convivio especial para los medios de comunicación.

Convencer a los medios y de paso a las audiencias desde el poder, es una labor que se ha hecho cada vez más sofisticada. En México, aproximadamente desde hace 25 ó 30 años, los políticos han hallado en el comunicólogo un aliado para posicionarse como líderes, o el comunicólogo se ha sabido vender haciendo uso de la venta de una estrategia de marketing político y de medios para que una personas, institución o empresa sea conocida o respetada. Claro en ese negocio los comunicólogos, los mercadólogos y los psicólogos, principalmente, han sabido filtrarse no sólo en el ámbito político, también en el religioso o empresarial. En ese grupo estratégico hay uno que comanda el área de comunicación social, y debe ser una de las personas que más conozca a la organización para la que trabaja y, por supuesto, a los que hablan de ella, por ejemplo  la prensa.

Ha habido medios de comunicación o periodistas que son indomables. La chamba de los asesores de medios –sobre todo en las organizaciones gubernamentales, políticas, religiosas o educativas– es echarse al plato a la prensa en todos sus niveles: directivos, medios mandos y reporteros. A los primeros que deben convencer, por persuasión o por dinero o por amabas cosas, es a los medios.

El encargado de una oficina de comunicación social debe tener una lista actualizada, es decir: nombre y apellido, teléfono, dirección electrónica (aunque no lo dicen, también la postal), fecha de aniversario o cumpleaños de los medios de comunicación, los directores de medios, los jefes de información, los reporteros y los fotoreporteros que con frecuencia publican información sobre su dependencia. Sin importar mucho si un medio habla a favor o en contra de una organización, el encargado de un departamento de comunicación social, convoca al reportero o fotoreportero a convivios.

Generalmente en esos festines convocados por las instituciones (pagados con parte del erario, colegiaturas de los alumnos o diezmos de los feligreses, según sea el caso de cada institución), los reporteros aprovechan para entrevistar  al equipo líder de las dependencias o instituciones que “invitan”  a una comida, sobre todo en vacaciones, como Navidad y Año Nuevo. Los reporteros con más tiempo en el oficio, suelen hacer preguntas con miras a guardar la información e irla publicando poco a poco en la primera semana de enero, porque ya en la segunda semana los burócratas regresan al trajín, incluidos los del área de comunicación social. En Navidad, Año Nuevo y Reyes Magos, los noticieros, casi similar a las tiendas departamentales, venden información con los clásicos temas festivos de la época. Parece –sin afán de minimizar la loable labor del los medios–, que es la única fecha en la que trabajan, es decir, que van y buscan información, sin tener que esperar que una dependencia pública les dicte agenda informativa.

Si alguien sabe de qué lado mascan las iguanas (léase directores, jefes de información, reporteros o fotoreporteros de los medios de comunicación)  son los encargados del área de comunicación social, quienes además de escribir en algunas ocasiones discursos políticos  o emitir boletines informativos sobre las cosas positivas que pasan en una institución y posicionarla con todo y su titular, también deben tener dotes de relacionista público y tratar a los medios de comunicación con mucho tacto. Un encargado de comunicación social debe echarse a la bolsa, en primera instancia, a los reporteros y fotoreporteros.

El equipo de comunicación social, tiene como actividad rutinaria hacer una síntesis informativa diaria de todo lo que dicen los medios de la institución para la que laboran. Su mirada desde fuera de los medios de comunicación y su relación constate con ellos, les hace posible afilar los colmillos y saber, incluso, llegarle al precio a alguien o a muchos.

No vaya usted a creer que con un convivio  o un arcón de entre 5 ó 10 mil pesos en la oficina de un director o jefe de información de un medio de comunicación, se le llega al precio a alguien o a muchos de la prensa; ¡esos son sólo detallitos! ¿Perversos?  ¡Vaya! Nunca dejará  de ser perverso el convivio entre la prensa y el gobierno (o cualquier otro grupo con poder, pienso en la iglesia católica o las universidades). Los negocios o todo lo que tenga que ver con el billete, los pactos políticos a discreción o las peticiones de cabezas, se hacen en privado. No pensará o esperará a que en un país donde impera la corrupción esas chambas se hagan públicas…  y aunque se hicieran públicas –o sean secretos a voces–, cuando se abre la caja negra, las lucecitas de los buenos deseos no titilan.

Hablando de deseos. A mí me gustaría que un día las oficinas de comunicación social estuvieran siempre de vacaciones, eso quizás provocaría que varios medios dedicados al periodismo hicieran su trabajo: investigar, corroborar e informar; no transcribir o parafrasear lo que dicta una dependencia u organización en forma de entrevistas o boletines. Ojalá y un día pasara eso, si ya no en todo el país, por lo menos en Puebla; pero hay que ser realistas y oír, ver y leer las noticias con lupa, porque en el maridaje prensa-gobierno puede surgir un aspirante a presidente del país, peor aún, puede serle con beneplácito de los medios de comunicación y de nosotros, las audiencias.

*Estudiante del posgrado en Sociología-BUAP. Cualquier discrepancia, precisión, duda o recomendación, escríbale a los correos: susana.sanchezalcuadrado@yahoo.com.mx  / sanchezsanchez.susana@facebook.com

Esta columna también aparece los viernes en el programa Movimiento Perpetuo, transmitido de lunes a viernes de 9:30 a 10:30 hrs., a través de la XHBUAP – Radio BUAP 96.9 F.M.

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