Lado B
Egos periodísticos
Creí que los más ególatras sobre la faz de la tierra eran los intelectuales y los artistas, pero estaba olvidando a los periodistas o reporteros. Los egos en el periodismo son muy grandes, ya sea porque alguien lleva mucho tiempo ejerciendo la profesión, por los premios que ha obtenido por sus publicaciones, por haberle la dado al clavo y llevarse varias notas de ocho...
Por Lado B @ladobemx
19 de enero, 2014
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Susana Sánchez Sánchez

Creí que los más ególatras sobre la faz de la tierra eran los intelectuales y los artistas, pero estaba olvidando a los periodistas o reporteros. Los egos en el periodismo son muy grandes, ya sea porque alguien lleva mucho tiempo ejerciendo la profesión, por los premios que ha obtenido por sus publicaciones, por haberle la dado al clavo y llevarse varias notas de ocho (o sea, a las que les da mayor importancia un informativo), por las empresas para las que ha trabajado, por los títulos universitarios obtenidos, por lo que sabe o por las relaciones que ha entablado para ganarse cierto prestigio.  A veces lo que cuentan los periodistas de otros periodistas, suele estar cargado de una dosis de competencias y envidias. John Mraz, un historiador e investigador de la prensa gráfica mexicana, se lanzó a trabajar fuera de sus archivos y se fue con fotoreporteros de carne y hueso. En 2013, mientras daba un seminario en la BUAP, comentó divertidamente que tras esa investigación con imágenes de fotógrafos vivos,   llegó a la conclusión de que prefiere trabajar con archivos de fotógrafos fallecidos; el comentario lo hizo en parte por haberse topado con egos de diferentes calibres y con sensibilidades a flor de piel.

Manuel Buendía Tellezgirón, ícono en el periodismo mexicano, decía en su época que a  los periodistas más jóvenes: “nadie les quiere decir la verdad acerca de las dificultades que van a enfrentar; ni siquiera los preparan adecuadamente para esa ruda confrontación con la realidad. Ustedes deben saber desde ahora que nosotros, los periodistas –con título o sin él- que ya tenemos empleo, no pensamos soltarlo” (“Ejercicio periodístico”. Fundación Manuel Buendía. México, 1996).

Aquel pensamiento de Buendía, no dista mucho de lo que actualmente  opinan algunos reporteros con experiencia, por lo general también son quienes tienen fama por su trabajo, incluso sus discursos han adquirido cierta autoridad entre sus colegas. Sin embargo, me parece que esos egos construidos le han hecho mucho daño a la solidaridad periodística, hay rivalidades que no llevan a mejorar el periodismo y sí a dividir a sus hacedores.

Si bien hay momentos en los que los periodistas se unen entre sí en pequeños grupos para platicar o pasarse datos, esa aparente amistad es relativa, pues cada uno tiene sus propios intereses, y se posiciona de manera distinta, ya sea por los temas que cubre o por el prestigio que tenga en su trayectoria. Desde mi mirada externa a ese juego de competencia-amistad, percibo que la configuración de “grupos” está dibujada por el lugar que cada quien ocupa, a partir, por ejemplo, del medio de comunicación  en el que trabaja, la escuela de donde egresó o de su actualización académica sobre periodismo… la combinación de esos factores conlleva a una ganancia o pérdida de halagos o rechazos que los reporteros tienen dentro de su profesión.

En el periodismo político, por ejemplo, la iniciación de un reportero no comienza con los conocimientos adquiridos en la universidad para ponerlos en práctica, empieza con la aceptación de sus colegas, alguien que recién ingresa al trajín periodístico, debe pasar por el filtro de rechazo-aceptación de quienes tienen más tiempo, y necesita pasar por todo ello para construir vínculos y no quedarse solo.

Los que recién ingresan al periodismo, hacen todas las acciones posibles por congraciarse con los que ya tienen años dentro, los dominantes (no necesariamente los que tienen más años, sino los que lideran los grupos o son más respetados) vigilan, juzgan y critican el quehacer de los nuevos, porque su simple ingreso marca una amenaza laboral y de competencia.  

El asunto es que no sé si actualmente esa competencia por “ganar” la nota o ser el primero en enviar datos a una agencia informativa, tenga sentido actualmente ante un periodismo ciudadano, compuesto por personas que no precisamente son periodistas, pero cuentan con los datos suficientes para narrar un acontecimiento, a veces antes y mucho mejor que un periodista.

 En Puebla, creo que los egos en competencia entre reporteros, no siempre llevan a hacer un mejor periodismo, y mucho menos considero que conduzcan a un posible diálogo entre todos ellos para hacer propuestas que dignifiquen su profesión en acciones solidarias entre sí.

*Estudiante del posgrado en Sociología-BUAP. Cualquier discrepancia, precisión, duda o recomendación, escríbale a los correos: susana.sanchezalcuadrado@yahoo.com.mx  / sanchezsanchez.susana@facebook.com

Esta columna también aparece los viernes en el programa Movimiento Perpetuo, transmitido de lunes a viernes de 9:30 a 10:30 hrs., a través de la XHBUAP – Radio BUAP 96.9 F.M.

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