Alejandro Badillo

Libro ecléctico en temas, de registros narrativos diferentes, Al fondo se escucha el rumor del océano, de Guillermo Samperio (México DF, 1948) es, también, según palabras del autor, un homenaje al escritor norteamericano Raymond Carver. El libro está conformado por un prólogo en el que Samperio explica la narrativa de Carver; los cuentos y finaliza con una entrevista realizada al homenajeado en la que explica sus procedimientos de escritura y la visión de su trabajo.

Al fondo se escucha el rumor del océano
Guillermo Samperio
Ediciones de Educación y Cultura / Trama Editorial
1era edición, 2013

Me parece interesante la intención de un libro-homenaje en el que el autor, sin ningún empacho, redacte unas líneas explicando sus influencias literarias y las razones por las cuales admira el trabajo de un colega. En muchas ocasiones me he topado con entrevistas en la que muchos son muy cautos a la hora de citar sus preferencias e, incluso, algunos refieren que, cuando están en un proyecto, prefieren no leer a otros para no contaminar su escritura. Samperio, al contrario, muestra su pasión por la obra Carver y lo hace bien: un prólogo muy bien escrito en el que analiza a detalle la poética carveriana. Con soltura y lucidez nos habla de los finales abiertos, la tensión construida no con grandes historias sino con anécdotas en apariencia nimias que, en realidad, son una mirada profunda a la condición humana, elementos que Carver cultivó con fortuna y que influyeron a generaciones posteriores.

La sección de los cuentos surgida de la pluma de Samperio es amplia y merece varios puntos de análisis. En primer lugar destaca, como comento en líneas anteriores, la gran variedad de temas y estilos en las narraciones. Podemos encontrar tres tipos de textos: minificciones, viñetas y cuentos con un desarrollo más amplio. En este terreno disímil se narran historias con una enorme cantidad de recursos: prosa poética, saltos temporales, digresiones, reiteraciones llevadas hasta el absurdo, escenas surrealistas u oníricas, entre muchas otras. Seguramente los lectores encontrarán mayor empatía o tendrán sus preferencias entre la oferta cuentística de Samperio. Quizás los aficionados a la fantasía disfruten una buena parte del volumen ya que la gran mayoría de narraciones hace gala de una imaginación desbordada, esa capacidad de mirar al mundo desde una perspectiva novedosa, incluso insólita, que se agradece y que hace al libro una caja de sorpresas, un territorio cambiante. Hay, también, otra veta narrativa que, efectivamente, sigue la línea dejada por Raymond Carver: historias que se mueven en los límites de una prosa contenida, que encadena acciones sin llegar a detonar una anécdota visible, un centro que sirva como ancla para escenas y diálogos. También los finales no resuelven ningún misterio o conflicto y sólo se limitan a redondear una atmósfera o insinuar una posible continuación.

Me parece que Samperio, para fortuna de los lectores, rompe con lo que postula en el prólogo de Al fondo se escucha el rumor del océano, sobre todo cuando afirma que sus cuentos no pierden la rigurosidad del cuento moderno. Al contrario, el autor muchas veces se aleja de cualquier estructura tradicional o clásica y suelta la pluma para experimentar con sus textos. Nada más lejano, por ejemplo, a la narrativa de Carver muchos cuentos de Samperio en los que la lírica o las imágenes tienen el papel principal. Esta vocación lleva el libro a una zona que va más allá de la simple imitación o el fiel seguimiento del alumno al maestro. Al fondo se escucha el rumor del océano es en una obra original que puede funcionar sin que el lector esté enterado del proyecto completo: la literatura, con independencia de sus intenciones originales, siempre encuentra sus propios cauces que sorprenden, muchas veces, al propio autor.

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