Lado B
Human(F)actor teatro de calle, teatro espectáculo
Una obra, presentada en el Festival Internacional de Teatro Héctor Azar, que borda sobre el devenir humano
Por Lado B @ladobemx
25 de noviembre, 2013
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Foto: Es Imagen

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Eric David Montero

@ericdmontero

Faltan 3 minutos para las ocho de la noche, la explanada del atrio de San Francisco ya está abarrotada por un auditorio que espera impaciente a que la obra Human(F)Actor dé inicio. Una voz hace el anuncio a modo de primera llamada. El espectáculo podría tardar más de 10 minutos en comenzar.

La tarde hace rato que tomó sus cosas y se fue. En el reloj marcan las 20:00 horas y algunos impacientes empiezan a chiflar. Pan.Optikum, la compañía germana encargada del espectáculo, arranca la función justo a la hora marcada en la programación del festival, más que alemanes parecen ingleses.

Una luz blanca ilumina la torre de la iglesia de San Francisco, la Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca de Cholula suelta las primeras notas de la pieza musical de Tobias Schwab. Notas que causan vértigo al mirar esa torre de piedra, por un momento tuve la sensación de que alguien se lanzaría en caída libre.

Abajo, en un pequeño escenario hombres y mujeres actúan como seres primitivos, como una tribu de «homos» en plena cacería o  explorando nuevas tierras. Todos están vestidos de blanco, y se mueven al vaivén que impone la orquesta que toca una melodía en un compás de 3 / 4 .

Para montar Human(F)Actor, Sigrun Fritsch, directora artística del grupo, se inspiró en Pedro Calderón de la Barca quien en 1635 escribió “El Gran Teatro del Mundo”. En toda esta serie de actos se escenifica la evolución de la humanidad mediante coreografías y acrobacias, pero no hay un solo escenario, lo que hay son cinco puntos diferentes donde se desarrolla la obra.

-¿ves esa esfera de allá? la  van armando poco a poco. Es la parte medular del acto. Puedes acomodarte donde gustes –me dice uno de los encargados de Prensa del IMACP que anticipa de manera resumida lo que vendrá en el espectáculo.

mascaritas

Hace rato que los grandes escenario inamovibles de los teatros dejaron de ser el único espacio de representación, se hace teatro en las calles, en la explanadas, en las plazas públicas. La solemnidad y la lejanía con el público también se ha roto, lo que Pan.Optikum agrega es espectáculo e interactividad a sus montajes, combinando en sus obras música en vivo (de preferencia con músicos locales), pirotecnia, estructuras y danza para envolver al público y que este se sienta no sólo espectador sino también parte del acto.

Pero regresemos a la obra, en donde todo va in crecendo: los movimientos de los bailarines, la música y la pirotecnia anuncian un momento climático, partes de una gran esfera avanzan sobre la explanada en medio de todos los espectadores. Los flashes de las cámaras rasgan la noche, saltan por acá, por allá, por todo lados. La relativa democratización de la tecnología que ha multiplicado los celulares se hace visible, los pequeños aparatos que registran el movimiento igual que esas viejas y voluminosas videocámaras se reproducen en las manos para que sus usuarios registren para las escenas, los movimientos, la luz y las sombras que se usan en el montaje de Human(F)Actor.

Human (F)Actor

Foto: Es Imagen

Incluso en ese momento en el que Pan.Optikum cambió los roles y al jugar con los espacios empujó al público en el centro  de la explanada, como si todas las personas ahí reunidas fueran las que dan el espectáculo, mientras que los actores observan desde la periferia el espectáculo.

La esfera gira de nuevo,  y sobre su superficie se proyectan unas psicodélicas flores que mutarán a números, la era digital que domina al mundo. De hecho aquí está el climax de Human (F)Actor.

Ahora la música suena como canto de aves. La esfera sigue girando, aparece una más pequeña que circunda a la mayor, después son dos luego tres. Ahora parece un pequeño sistema solar, o bien podría ser un átomo gigante.

El cielo se ilumina por bengalas, los flashes continúan en su necedad de fisurar la noche. El baño de luz, los movimientos por todos lados, es difícil fijar la vista en un solo punto, en un solo lado. Algunos de los espectadores deambulan por la plancha, y otros se dirigen hacia la iglesia, justo donde están unos cuerpos suspendidos que como marionetas atadas al hilo esperan el momento para despertar de la inacción, mientras solo vigilan sin actuar. Si las estructuras que los mantienen formaran parte de su cuerpo aquellos seres humanos parecerían a las criaturas que dibujara Salvador Dalí en “La tentación de San Antonio”.

Foto: Es Imagen

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Llega el momento del acto final y los cuerpos despiertan del letargo y giran, simulando ir a la deriva, sin rumbo alguno, justo como el devenir humano. Al menos así se explica en los folletos que se repartieron previo a la función. Pero no hay tiempo para reflexionar demasiado, las estructuras se mueven y arrastran a los cuerpos que penden de ellas. Los actores que cuelgan se suman a la pirotecnia que llena de humo de pólvora el área.

-Esto es una de las cosas más hermosas que he visto –Dice una joven que mira con éxtasis la función.

mascaritas

Y aunque el telón no cae la función termina. Fueron 45 minutos de pirotécnia, luz, teatro, música en vivo. Desde el equipo de sonido una voz da las gracias a los asistentes y menciona que el espectáculo fue traído a Puebla gracias al Consejo Nacional de Cultura y las Artes, al gobernador Rafael Moreno Valle y al  alcalde Eduardo Rivera Pérez. Mala idea, al escucharse el nombre de los funcionarios se escuchan unos abucheos, al final se trata de espectáculos pagados con recursos públicos, finalmente todos se retiran.

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Autor Lado B
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