Foto: Chris Zakorchemny. Tomada de este sitio.

Mariana Rodríguez Fernández

@costraconlimon

Moontronics y Teen Flirt, la banda local y un proyecto nacido en Monterrey, fueron los encargados de abrir el escenario y de calentar al público para el plato fuerte de la noche: Crystal Castle, el dúo canadiense.

Una selección de aperitivos no del todo afortunada, pues Moontronics fue recibida con indiferencia cuando no con francos abucheos, probablemente por que el sonido difícilmente encajaba en los oídos de los que esperábamos a la estrambótica señorita Glass.

Y mientras el frío y las largas filas continuaban lo mismo en el baño que en la barra libre, incluso para agenciarte con 70 pesos de por medio de una chela, el warm up que armó Teen Flirt encajó perfectamente con la noche que nos prometieron, una en donde estábamos ansiosos por escuchar al Castillo de Cristal. De buen modo nos entregamos a los sampleos R&B y suaves sintetizadores del productor regio y DJ David Oranday (a.k.a Cheeks). En cuanto Teen Flirt terminó sabíamos que era el momento ideal para ir al baño, refiliar bebidas y prepararnos para el dúo Khan-Glass.

Y entonces empezó el concierto, las caóticas y reverberantes notas musicales de los sintetizadores a juego con la viva imagen de la destrucción escenificada por Alice Glass nos sedujeron. Y a pesar del frío de la noche, los hits de los Castle: Crimewave, Im not in love, Emphaty o Alice Practice, nos hizo saltar y bailar siguiendo efusiva y vertiginosa actuación de la cantante punk y el hombre detrás de los teclados y sintetizadores, lo que a muchos nos valió terminar empapados en sudor y cerveza (entre otros líquidos), pisotones y empujones.

Para finalizar la noche Alice Glass se entregó al público, de un salto dejó el escenario y recorrió las palmas de sus fans para dejar, a unos cuantos, con la sensación de ensueño de haber tocado a la mismísima Alice Glass.