La fotografía atemporal es algo que disfruto ver y hacer, me intriga retratar lugares comunes y de la vida diaria que a veces pasan desapercibidos, o que cambian para convertirse en centros comerciales, tiendas modernas, oficinas, edificios, infraestructura- necesaria para el crecimiento de la población- sitios que con el tiempo se convertirán en los “lugares olvidados”.
Estos hornos ubicados en el barrio del Alto, son de los pocos que quedan en Puebla, usando procesos antiguos para la elaboración del pan. Llegué a ese lugar atraída por la estructura artesanal y la historia que contaba. Me dispuse a retratar el proceso de la elaboración del pan, para recordarlo así.
La observación, fue de las cosas que más disfruté, en particular lo que me llamó la atención fue que al dueño de la panadería, Don Luis, lo llamaban “Maestro”, y lo trataban como tal –a pesar de la convivencia pesada entre ellos- sin embargo no era un maestro de enseñanza técnica, sino le daban respeto tal cual de un maestro de la vida, ahí recordé a mi mentor, lo mucho que me aportó y lo que he crecido gracias a su confianza.
Así como los lugares que retrato antes de que sean cambiados o modificados, para evitar que sean olvidados, de esa misma forma este foto reportaje se convierte en una experiencia, para no permitirle a mi mente extraviar personas y escenas vividas.