Amira George

Si hay algo que nunca he comprendido es cómo diablos en el 80 por ciento de las películas de invasiones extraterrestres la humanidad resulta victoriosa. Cómo con toda la tecnología que tienen los marcianitos cosas tan simples como las bacterias de la Tierra son suficientes para derrotarlos.

Por ir en contra de ese concepto es que me enamoré de Falling Skies.

La serie fue producida por el amo y señor de las megaproducciones hollywodenses, Steven Spielberg, quien a pesar de que en los últimos años ha tenido algunas cosas que no me han agradado -sí, Caballo de Guerra, te estoy hablando a ti-, Falling Skies es uno de los logros de esta última década del hijo predilecto de la industria.

En una ocasión anterior mencioné que en muchas ocasiones cuando se trata de las series de televisión esos primeros cinco minutos son la clave de una relación duradera, y esta no es la excepción.

La serie empieza con la voz de un niño pequeño quien narra la invasión extraterrestre, la muerte de su madre y el levantamiento de los humanos que sobrevivieron al primer ataque, todo con dibujos infantiles y coloridos que ilustran la gran decadencia de la humanidad. Tras tres temporadas, esa sigue siendo mi escena favorita.

El personaje principal es Tom Mason, quien hasta antes del ataque alienigena era maestro de Historia Estadounidense en una universidad, pero que tras la invasión se convierte en uno de los líderes de la resistencia en contra de los extraterrestes, porque curiosamente sus conocimientos sobre las guerras pasadas sirven para el desarrollo de estrategias bélicas -sí, sé que suena muy nerd pero lo amo-.

En la primera ola de ataques muere la esposa de Tom y uno de sus hijos, Ben, es tomado rehén por los extraterrestres, quienes secuestran niños y jóvenes para esclavizarlos.

El grupo de sobrevivientes, llamados la Segunda Massachussets -en referencia a que en este lugar nació la independencia de Estados Unidos-, emprende batalla tras batalla en contra de las fuerzas invasoras recuperando gente que creyeron perdida y perdiendo gente cercana.

La primera temporada da una introducción excelente a la historia, pero claro, nuestro querido Spielbergd no podía aguantarse las ganas y el final recuerda a tantas pero tantas producciones suyas relacionadas con alienigenas, sin que esto le quite merito.

La segunda temporada, a mi parecer, es muy floja, se volvió mucho melodrama y dejó a un lado esa esencia, esa desesperación por sobrevivir que le da sabor al programa. Pero la tercera, la tercera creo, en mi humilde opinión, es la mejor de todas. En tres días me eché los 10 capítulos y acabé gritando a la pantalla cuando terminó el último episodio.

[display-posts category=»zapping» posts_per_page=»-15″ include_date=»true» order=»DESC» orderby=»date»]