Lado B
La petite mort: el día internacional del orgasmo femenino
Por Lado B @ladobemx
16 de agosto, 2013
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Liz Ruiz

El ocho de agosto se celebró el día internacional del orgasmo femenino y quiero dedicar mi escrito de esta quincena a tan trascendente festejo tomando en cuenta varios puntos que me resultan muy importantes.

Esta idea surge hace cinco años en Brasil como una forma de parte del consejal Dantas para homenajear a su esposa (esta es la versión que yo me sé, si alguien tiene una diferente le agradeceré mucho que me lo haga saber). Pero más allá de este escueto origen ¿Por qué habríamos de elogiar este hecho fisiológico?

Antes de todo quiero aclarar que es común que al conmemorar una fecha dedicada a las mujeres o lo femenino (como esta o el día internacional de la mujer, entre otras) las personas (y mayoritariamente los hombres) reclamen que también se les debería incluir a ellos. “Debería ser el día internacional del orgasmo para los dos” o “Debería haber un día internacional del hombre”. Pero esto ya no tendría sentido, porque en un mundo donde no existe la equidad ni la justicia, (sino que día a día las labramos con esfuerzo) cada sector de la población tiene necesidades sociales diferentes. Podemos considerar el día del orgasmo femenino como una manera de visibilizar el placer sexual de la mujer, tan satanizado y menospreciado aún en esta sociedad hipersexualizada. El placer del hombre aquí no tiene nada de maravilloso, todos los días es el día internacional del orgasmo masculino porque siempre es tomado en cuenta: la pornografía tradicional está hecha para ello (no para la mujer, ni para ambxs), la relación coital heterosexual comúnmente se acaba cuando él tiene el orgasmo (no ella, ni lxs dos) e incluso tenemos la certeza de que la inmensa mayoría de los hombres ha tenido un orgasmo (por lo menos fisiológicamente, por ser necesario para la procreación) mientras que solo el 40% de las mujeres a nivel mundial ha experimentado uno. Las conmemoraciones se hacen precisamente para eso: para recordar, para atraer la atención hacia un tema, para hacer consciencia.

Y una vez aclarado esto, hablemos de las maravillas del orgasmo femenino.

Las mujeres tenemos una increíble capacidad biológica para el placer, comenzando por el clítoris que es el único órgano que solo existe para ello (y que no tiene equivalente en el cuerpo del hombre). No sirve para nada más, solo para el goce. Además, las mujeres podemos experimentar orgasmos múltiples, pues nuestro cuerpo no requiere recuperación tras el primer orgasmo, por lo que podemos seguir y seguir y seguir y seguir dependiendo de nuestros gustos, deseos y entrenamientos para disfrutar el erotismo, o bien, quedar satisfechas con uno solo si así lo queremos.

También tenemos el  poder de disfrutar varios tipos de orgasmos:

  • Clitorídeo. Casi siempre es el primero que se experimenta por ser el más accesible. Algunas niñas se dan cuenta casualmente que el roce o contacto con el clítoris les produce una sensación muy placentera que con perseverancia las lleva al orgasmo (y que no necesariamente deben saber cómo se llama para sentirlo). Así, es perfectamente normal ver a las niñas frotarse disimuladamente en algún juego del parque o en el mobiliario de alguna institución.
  • Vaginal. Freud lo consideraba el orgasmo adulto porque se conseguía en el coito heterosexual y ya no en soledad (algo así como que el placer que las mujeres alcanzamos sin necesidad de un hombre es un juego de niñas que no ha alcanzado de madurar. Afortunadamente ya sabemos que Freud aportó mucho a la ciencia de la mente, pero que su fuerte no era precisamente la sexualidad humanista ni la equidad de género, así que a nuestro cuerpo y nuestro erotismo no le importa lo que diga ese hombre). Se experimenta con la estimulación de la entrada y cavidad vaginal con cualquier objeto y de cualquier manera (sea con el pene, con la mano, con un juguete, con el parto o cualquier otra circunstancia).
  • Anal. Este es muy poco platicado (de hecho yo jamás lo he platicado con ninguna mujer, así que me llevo mi tarea para este fin de semana) y pocas se animan porque no a todo mundo le gusta el sexo anal (que tiene cara de doloroso y sucio). Pero si se practica con las técnicas adecuadas (lubricación, protección, relajación y por supuesto voluntad) puede llegar a ser sumamente placentero y por ende, producir un orgasmo.
  • Squirt. Es la también llamada “eyaculación femenina”. Es un orgasmo muy intenso que se produce con el punto G, un nudo nervioso que se encuentra en la entrada de la vagina hacia arriba. Después mucha estimulación (es casi imposible a la primera, requiere paciencia y deleite para desarrollarse con el tiempo y la práctica) avisa su llegada con la sensación de querer orinar. Muchas mujeres se detienen al sentir esto, van al baño y ¡sorpresa! Nada de nada. Si continúan con su sesión erótica en lugar de pararla llegarán a un orgasmo acompañado de la expulsión de un líquido por la uretra, que no es orina ni huele a orina. Hay posibilidad de vivir esta experiencia por medio de la estimulación manual en la vagina, o del pene o por el ano.

Es muy lamentable que no hablemos de esto cotidianamente y más aún, que no lo experimentemos por imposiciones externas que no nos ayudan a disfrutar la vida, cuando esto es lo más importante de la experiencia humana. Más importante que el dinero, la política y todos los temas “serios” es la relación que tenemos con nosotrxs mismxs y el placer que nos da nuestro cuerpo y el estar vivxs. Si gozáramos más la vida la dejaríamos de destruir.

Me despido de este delicioso tema (que ya me dio antojo) con unas palabras de mi queridísimo amigo Gerardo León a propósito de esta celebración:

«La petite mort, estado de inconciencia o del despertar de la misma, lo prohibido, pero lo más anhelado, momento de destrucción de paradigmas que no permiten el placer, placer que se encuentra en lo más profundo de mí y de ti, la unión con el cosmos, llenar la nada con el todo para poder volver a nacer, bien-venido el placer, bienvenid@s l@s placead@s, l@s placenter@s, bienvenido el OrgasmO que nos desconecta de lo exterior y nos conecta con el interior… a disfrutar del sagrado y espiritual momento de clímax humano…”

Gracias por su lectura, nos reencontramos en quince.

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