Amira George

Empezó como suelen a hacerlo este tipo de vicios. Una noche de viernes dije “vamos a ver de qué habla todo mundo”. Gran error.

Disfrute la primera probada. Pero al día siguiente empezaron los síntomas, quería más. Así a las ocho de la noche de sábado me puse de prisa los tenis, tomé el bolso y salí corriendo a la calle.

Despacio llegue a ese pequeño local, el que paso casi siempre sin voltear a ver, para evitar caer en la tentación. Con manos temblorosas, tal vez por la corrida, me acerqué al dealer de confianza y le pregunté: “Disculpa, ¿tienes las temporadas de Arrested Development?”.

Él me vio con extrañeza, y me dijo que no, pero me mostró un cuaderno donde tenía apuntados los pendientes que tenían. Esa tarde no había sido la primera que había pedido a este vendedor de piratería esa serie. Sigo a la espera.

Por años la gente me había hablado maravillas de la serie. Sin explicar mucho de la trama sólo me decían que es una joya, una de las mejores cosas que han salido en la televisión, y como buena escéptica nunca quise creer.

Incluso en más de una ocasión pensé en descargarla, pero por alguna extraña razón nunca pude.

Hoy, después de cinco días enganchada me recrimino no haber visto esto antes, una y otra y otra vez.

La trama es sencilla. Una familia de dinero que se topa con problemas financieros cuando el jefe del clan es encarcelado por problemas fiscales. Pero cada uno de los personajes es un mundo bizarro y enfermo, al grado que uno no puede decidirse por uno.

Tenemos a Michael, el hermano que se encarga de sacar adelante a la familia, cuya nobleza es su mayor problema, con un hijo que está perdidamente enamorado de su prima. Lindsay, hermana de Michael quien está atrapada en un matrimonio con un ex doctor convertido en actor sin trabajo. Gob, el hermano mayor cuya única vocación es la magia y competir con Michael. Su madre fría, controladora y manipuladora. El padre que cada que busca todas las estrategias posibles para escapar de la cárcel.

Humor negro, un guión perfecto en cada capítulo, uso de cámara en mano en algunas escenas. Una verdadera pieza de culto.

La serie fue cancelada en 2006 por Fox Network con sólo tres temporadas transmitidas -damn you all to hell!-, sin embargo Netflix salió al rescate de los fans de la serie y nosotros, los nuevos conversos, y el pasado 26 de mayo lanzó la cuarta temporada, la cual tiene 15 capítulos, y para la cual regresaron los actores originales del programa.

Por desgracia aún no llego a esos capítulos, a penas terminé de ver la primera temporada, y para escribir estas líneas me leí qué viene en los demás episodios. Algunos ya lo sabrán, otros no, pero prefiero en esta ocasión no spoilear para los novatos, y sólo poner una advertencia: Arrested Development es adictivo. Así que si no tienen una conexión decente de internet donde lo puedan ver o un dealer con gran variedad de series, véanlo bajo su propio riesgo.