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Ernesto Aroche Aguilar

@earoche

Y el tan temido debate llegó. Y fue todo menos un debate.

Frente a las cámaras, en una producción muy básica, los tres candidatos expusieron planes, ideas y hasta alguno que otro prejuicio, como cuando Antonio Gali Fayad limitó a las juntas auxiliares a espacios en donde la pobreza y la delincuencia reinan de la mano. Pero debate, lo que se dice debate, lo que la Real Academia Española reconoce como debate: discusión, contienda, lucha o combate, no hubo.

Fue un formato rígido justificaron los voceros de Actívate por Puebla, la organización que integra grupos empresariales, universidades y grupos ciudadanos responsables del encuentro. También ya se sabía que Enrique Agüera, el abanderado por la coalición 5 de mayo no lanzaría ataques a sus contrincantes con el argumento de que lo que ofrecería “es una contienda de altura, de argumentos y propuestas serias”.

Aunque esas propuestas serias tampoco llegaron, el mismo Enrique Agüera aseguró, al hablar sobre los temas de desarrollo urbano y sustentabilidad, que el problema de la contaminación del rio Atoyac la resolvería en menos de un año. Antonio Gali Fayad no se salvó de los dislates al asegurar que en su gobierno se harán públicos todos los contratos de obra pública a pesar de que durante su paso por la Secretaría de Infraestructura firmó la mayor cantidad de acuerdos de reserva dejando fuera del acceso público contratos como el de la construcción del Centro Integral de Servicios, obra que costará más de 3 mil millones de pesos y se pagará durante los próximos 23 años.

Miguel Ángel Ceballos, el candidato del Partido del Trabajo no se salvó de los resbalones y nos regaló una nueva palabra que la RAE citada aún no recoge: la “transparentación”.

Pero debate, lo que se dice debate, no hubo.

Hubo si, el retorno de personajes del pasado reciente que el PAN y los partidos coaligados utilizan en cada proceso electoral desde el 2010 a la fecha para ejemplificar al PRI corrupto: Mario Marín.  Hubo también algunos señalamientos a políticas erróneas de uno y otro lado. Enrique Agüera señaló el crecimiento en la incidencia delictiva que se vive en el estado. Antonio Gali habló de las obras que de emblemáticas pasaron a elefantes blancos en administraciones previas. Hubo incluso quien se colgó todas las medallas por acciones realizadas en la actual administración estatal, pero debate, lo que se dice debate, no, no hubo.