Lado B
Que el PAN ya no esté en el gobierno es una oportunidad: Careaga
El tema LGBT no es tema de campaña en México, quizás por fortuna, o seríamos moneda de cambio
Por Lado B @ladobemx
07 de junio, 2013
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La cofundadora del movimiento lésbico más antiguo en México conversó con Reversible, en el marco de la Primera Reunión Nacional de Jóvenes Activistas LGBTIQ en marzo pasado, sobre el retraso de los temas de diversidad sexual en el país, de los avances, de los retos y de las oportunidades

Foto: @josuedcv

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Tuss Fernández

@ituss79

Dueña de un imponente porte y una voz mesurada, Gloria Careaga Pérez recorría en el mes de marzo los pasillos del Centro de Legalidad y Justicia del Distrito Federal, minutos antes de clausurar la Primera Reunión Nacional de Jóvenes Activistas LGBTIQ.

Su serenidad rompe definitivamente con el ritmo efervescente de los jóvenes que están reunidos en el interior del salón y es que claro, ninguno de ellos sobrepasa los treinta años mientras que ella, tan sólo con el tiempo que ha dedicado a los estudios de género desde la psicología, puede doblar la cifra.

Careaga inició su trabajo para el movimiento lésbico desde principios de los noventa en el Clóset de Sor Juana, uno de los grupos de disidencia sexual más antiguos en México y del que es cofundadora.

Bajo su rostro sereno vive el espíritu revolucionario de una lesbiana que coordina en Latinoamérica una red de investigadores (académicos y estudiantes) sobre sexualidad y hoy en día es cosecretaria de ILGA (Asociación Mundial de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex).

¿Cómo están los temas de diversidad sexual en el país?

—Parece que estamos en una situación contrastante; algunos estados están mejor que otros. Yo creo que en estados como Puebla, Guanajuato, Jalisco, cada vez más se nota la fuerza del movimiento [LGBTI] y es algo positivo para la lucha que estamos dando, entonces a pesar de que haya esta cerrazón o esta  falta de compromiso de parte de las autoridades respecto a nuestros derechos, me parece que en lugar de cerrarnos o de ocultarnos, esto ha generado mucho más vida para el movimiento en el país.

¿Se ve posible que a mediano plazo el colectivo logre el reconocimiento de sus derechos?

—Sí, creo que los partidos políticos en general han tenido ya a nivel central suficientes discusiones alrededor de nuestros derechos, y eso va a ir permeando poco a poco a las otras ciudades. La propia globalización, los medios de comunicación han tenido también su papel en el que los políticos de hoy cada vez menos estén dispuestos a tener actitudes homofóbicas claramente, eso lo podemos ver incluso en otros países como Brasil con la fuerza que han tomado las religiones evangélicas y que están ocupando hoy puestos de representación política, vemos un retroceso muy importante, cosa que en México no está sucediendo. Creo que México y Argentina son los países de América Latina donde llevan la punta y donde realmente se mira que hay posibilidades de consolidar la lucha que hemos dado tanto tiempo.

Algunos partidos se acercan al colectivo (LGBTI) sólo en época electoral para captar votos pero no con la verdadera intención de beneficiarlo. ¿Qué pasa con eso?

—Creo que ningún partido que se ha pronunciado abiertamente en favor de nuestros derechos, y eso me parece que sería lo que podemos pensar como un momento de oportunismo político, donde un político salga a decir que está a favor de la población LGBT.

Nosotros podemos ver en diferentes partes de la región latinoamericana posiciones distintas de los políticos que en México no se han visto, en México no ha sido un tema de campaña todavía. Yo digo que para nuestra fortuna porque si no, nos convertiríamos en moneda de cambio y sin embargo, logramos ver cierta sensibilidad de algunos políticos para avanzar respecto a nuestros derechos.

¿Cuál sería un foco rojo que habría que atender de inmediato?

—Los crímenes. A mí me parece que lo que hace falta es que, aunque hemos logrado una sensibilidad, todavía hay cierta homofobia en nuestra cultura y los políticos no se atreven a tener una postura muy clara, y eso favorecería un cambio cultural muy importante.

Me parece que hoy el desafío que tenemos enfrente es impulsar un cambio cultural que haga que las personas no estén tolerando solamente las conquistas que hemos alcanzado, sino que realmente reconozcan que somos sujetos de derechos en cualquier ámbito de la vida, pero para eso se necesita voluntad política.

Pareciera que las propias organizaciones se relajan tras una conquista…

—Claro, pero sobre todo me parece que para las nuevas generaciones no estamos contribuyendo a mantener una política fuerte, pareciera que una vez que logramos algo importante, como lo que hemos logrado, ya no hay más porque luchar. Por eso yo digo que necesitamos recuperar la fuerza para definir una agenda a largo plazo e ir teniendo claro qué es lo que nos falta y no quedarnos con las conquistas, con las migajas que vamos juntando.

¿Podría ser que las generaciones más jóvenes se acostumbraron a ser beneficiarias de estas conquistas y entonces ya no van por más?

—Yo sé que el hecho de que aparentemente haya un cierto clima de seguridad en el país relaja las cosas. La gente no siente preocupación por su propio ser a pesar de que tengamos crímenes de odio por todas partes, entonces no es que debamos tener una alerta permanente, pero sí una conciencia del riesgo que corremos cotidianamente y de los desafíos que tenemos todavía pendientes por conquistar, me parece que no hay mucha claridad con respecto a eso.

Si hay un área de oportunidad, ¿cuál es o dónde está?

—Yo creo que el hecho de que nosotros tengamos hoy un gobierno no conservador, nos da pauta para dar pasos más firmes, es decir, nosotros sabemos que con la izquierda contamos, en general, y que hoy el PAN ya no esté en el  gobierno federal es una oportunidad que nosotros tenemos que recuperar. A mí me parece que ahí es donde tenemos que reflexionar qué pasó con los jóvenes que crecieron en un gobierno panista, cuáles son las consecuencias, qué estamos pagando hoy para el movimiento y cómo revertimos eso para poder recuperar el terreno perdido.

Lo que los gays quieren

60 jóvenes de 15 estados del país, se reunieron en marzo pasado durante la primera reunión de jóvenes activistas LGBTIQ en el Distrito Federal. En una breve encuesta, Reversible cuestionó a los participantes sobre los intereses individuales y las prioridades que atender por entidad respecto a las necesidades del colectivo LGBTIQ.  Los resultados fueron los siguientes:

¿Qué es lo que tú, como parte del colectivo LGBTTTI quieres en lo personal, para tu estado y de forma global?

Jorge Antonio Baños Lara, Pachuca Hidalgo, Bisexual.

Yo creo que podría resumir muy bien esas tres diciendo que yo espero en un corto plazo que no haya más segmentación en el colectivo. Ya no más bisexuales, ya no más lesbianas, ya no más nada, o sea, todos somos un grupo de la diversidad sexual: Ya no más segmentación.  Uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos en esta reunión fue precisamente vencer esas barreras de “tú lesbiana, tú homosexual, tú queer”. Eso es el mayor reto que tenemos

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Glenda Lepro, Sonora, Lesbiana.

Que se implementaran talleres desde la educación básica en la que se enseñara sobre identidad de género e identidad sexual,  porque creo que la educación es el pilar del cambio. Se tiene que concientizar a estos niños que son como esponjas y a su vez también ir concientizando a los papás para en un futuro ya no exista un tabú, ni un morbo, ni un estigma.

En mi estado hay una sociedad muy apática en cuanto a los colectivos LGBTTTIQ. Sí hay colectivos pero no se ve mucho interés. Van a las reuniones 10, 15, 20 personas. Cuando hacen marchas van máximo 100 personas y la mayoría son gente joven, como que la gente mayor ya va perdiendo interés.

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Iván Gómez, Coordinador de grupo de jóvenes LGBT en México, miembro activo de la Red de Jóvenes Activistas, DF. Gay.

En lo personal me gustaría mucho que hubiera oportunidades de empleo para las y los jóvenes que son corridos de casa, que siguen estudiando o que tienen que truncar su carrera para ver cómo le hacen para sacar dinero, porque es lamentable cuando empiezan a ejercer el trabajo sexual y no tienen otras oportunidades. Entonces me gustaría que hubiera programas que puedan dar trabajo a estos jóvenes que están en situación de calle por la homofobia de sus padres.

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Caterin Castillo, 21 años, Baja California, trans.

Busco que haya más apertura laboral para las personas transexuales, hombres y mujeres. Y para el colectivo en general, que la adecuación de los papeles respecto a la identidad sexogenérica sea en todo el país, no sólo en el Estado de México.

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Mauricio Ayala, 25 años, DF, gay.

Y lo que a mí me interesa posicionar son los temas que tienen que ver con el empleo y la situación de violencia y discriminación que se vive en la comunidad de la diversidad sexual.  También, como jóvenes diversos tenemos una limitante para participar y generar incidencia [política] dentro de los espacios públicos.

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Mariana Galindo, DF, bisexual.

Mi interés personal es el trabajo para derechos igualitarios, no separarnos de la población en sí, sino que nos unamos seamos de cualquier orientación sexual y trabajar ahora con los jóvenes para revolucionar todas estas ideas y no caer en estereotipos o en este sistema heteronormativo.

En mi estado lo vería mas interno. Informar al colectivo LGBT sobre ellos mismos. No tenemos la información suficiente o el interés, por eso existe la discriminación entre nosotras y nosotros mismos.

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