Lado B
HUON DE BURDEOS
Una reseña de Augusto Munaro
Por Lado B @ladobemx
21 de junio, 2013
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Augusto Munaro

 

Huon de Burdeos (Huon de Bordeaux), es un cantar de gesta anónimo tardío, de origen francés, aparentemente escrito a mediados del S.XIII y pertenece a los ciclos de Carlomagno. Vinculados a este género épico, figuran en Francia la epopeya la Chanson de Roland, Girart de Rousillon, la Chanson de Guillaume y la belicosa Canción de Raoul de Cambrai, entre otras menores. Todas compuestas entre los siglos XI y XIII, éstas –además de compartir profundas raíces míticas-, han sido responsables de forjar aspectos cruciales del ideario de su gente; siendo el equivalente a Beowulf  y Das Nibelungenlied para los pueblos teutónicos.

El eje argumental de Huon de Burdeos (Ed. Siruela), como en casi toda la narrativa y lírica de entonces, surge de problemas hereditarios entre los señores feudales. A causa de una felonía, Huon se ganó el injusto desprecio y odio de Carlomagno; no obstante, para revertir este terrible malentendido, debe sobrellevar una serie de pruebas insólitas. Entre ellas, el rey cristiano le asigna asesinar en Egipto al temido monarca Gaudisse, y contraer nupcias con su hija Esclarmunda; pero antes deberá llevarle como prueba el bigote del sarraceno, además de cuatro de sus muelas. Al igual que Ulises y más tarde el Cid, al lanzarse a esta desafiante aventura, nuestro héroe debió enfrentar el destierro para recuperar así la confianza de su venerado rey. En el camino, -por cierto largo y episódico-, vivió duelos armados, naufragios, duros encarcelamientos y cruentas escenas de batallas donde perdió más de un amigo y perjudicó a otros.

Es cierto que este cantar gravita en los infortunios de Huon, no obstante, el noble poema descuella –a diferencia del ciclo cidiano de corte más bien realista-, por revelar situaciones extraordinarias con un excepcional vigor imaginativo. Sus temas históricos que figuran en el trasfondo –el imperio carolingio, ceremonias litúrgicas, las cruzadas- son pronto interrumpidos e intercalados por la potencia fantástica de ciertos pasajes. Esto es posible, en gran medida, debido a la apropiada intervención de sus personajes maravillosos; tales como los gigantes Orgulloso y Agraparte, ambos descabezados por el caballero franco, Malabrón, un genio marino; y en especial Oberón, un venerable enano de la ciudad de Monmur; éste, además de proclamarse Rey de las Hadas, es dueño de poderes mágicos y maestro en prodigios, realizando lo que su capricho desee, como acontece en el brevísimo capítulo XXIX:

“-Señores, recostaos todos-dice Oberón, y ellos le obedecen de grado y gustosos; Oberón formula un deseo y luego, en menos de lo que el arquero tarda en lanzar una flecha, les dice-:¡Arriba, levantaos!

Ellos le obedecen sin tardar; cuando todos se han levantado y están de pie, ven ante sí un palacio grande y espacioso, repleto de cámaras y de habitaciones de altos techos.”

Huon de Burdeos

Sus apariciones tienden a solventar las privaciones de Huon y sus caballeros, proveyéndoles alimentos, soldados y demás auxilios. Los encantamientos vivifican la historia, dotándola de mayor fluidez. Hay que recordar además, que sin su ayuda, el oportuno desenlace de la historia no hubiese ocurrido. En resumen, la imaginación en esta obra es el hilo conductor de todas las aventuras que narra.

Huon de Burdeos no presenta deficiencias de estructura o psicológicas. Su vocabulario no es rudimentario ni ripioso –como las tediosas repeticiones que adolecen en otras epopeyas y novelas caballerescas-, tampoco es exagerado al enfatizar los momentos cruciales de la narración. Debido a esto no cae en la adjetivación excesiva y los ornatos inútiles. Cabe mencionar la precisa traducción en prosa al castellano de Javier Martín Lalanda, acompañada por pertinentes notas y una exhaustiva bibliografía. Se trata de una edición que ofrece una lectura hedónica.

En la historia de la literatura, la fantasía es un elemento fundamental puesto que es sustancia inherente al hombre desde tiempos inmemoriales; tan indispensable como su propia sangre. Huon de Burdeos, prefigura la obra de Alfred Tennyson, William Morris, J. R. R. Tolkien y G. K. Chesterton, entre otros dilectos del mundo medieval.

 

HUON DE BURDEOS

Traducción y notas: Javier Martín Lalanda

Editorial Siruela

Madrid, España. 2002 (286 Págs.)

Augusto Munaro. Periodista freelance, egresado de la USAL (Universidad del Salvador, Bs.As.), colabora en diarios argentinos como Los Andes, El Litoral, La Capital y El Día, así como en revistas literarias latinoamericanas (de las chilenas, destacan: Intemperie, 60Watts, La Pollera, Paniko, Absenta Musical, Sangría).

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