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"Destruyen nuestro monte, nuestra forma de vida", por el aceite en Liberia
 
Por Lado B @ladobemx
03 de junio, 2013
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Imagen: http://periodismohumano.com

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Ecuatorial Palm Oil (EPO) es uno de los mayores productores de Reino Unido de aceite crudo de palma, que desde su fundación en 2005, centró su labor en convertirse en un modelo de producción “global, sostenible y de bajo costo a través de la reactivación y el desarrollo de las plantaciones de palma de aceite existentes y tierras banco en Liberia, África Occidental”, de acuerdo a información de la empresa.

Dentro de su trabajo en Liberia, la empresa destaca la generación de inversiones “en las comunidades locales, la construcción de carreteras, escuelas y clínicas de salud”, así como sostiene que es uno de los mayores empleadores de Liberia  al contar con mil empleados y “un plan para aumentar a 20 mil” estos.

Sin embargo, desde que el gobierno de Liberia otorgó en 2011 la concesión por 50 años de más de 160 mil hectáreas a Ecuatorial Palm Oil, la realidad que enfrentan hoy en día habitantes de algunas de las comunidades involucradas en el proyecto dista mucho del bienestar que se generaría con la llegada de la empresa de Reino Unido.

“Antes de comer pimientos, tengo que comprarlos. No sé qué decir. No puedo luchar contra la compañía porque ella dice que el gobierno le concedió las tierras”, se queja Sackie Qwemie, trabajador de dicha compañía.

Para poder sobrevivir, Sackie Qwemie está obligado a trabajar para Equatorial Palm Oil (EPO), empresa que se quedó con sus tierras en el noroeste de Liberia. Qwemie, de unos 50 años, trabaja en la plantación de EPO desde hace tres años, cuando las autoridades otorgaron a la empresa en concesión sus tierras en el condado de Grand Bassa, uno de las 15 que tiene este país de África occidental. No está para nada contento con el trabajo, que más bien le deja un gusto amargo. Pero no tiene más remedio que hacerlo si quiere sobrevivir.

“Donde estaba mi huerta, arrasaron con mis cultivos de berenjena, pimiento, mandioca (yuca); destruyeron todo”, comenta Qwemie en Boegbor, un pueblo del distrito cuatro del condado de Grand Bassa. “Tenía el terreno más grande. Llegué del hospital y me enteré; las máquinas habían arrasado todo. Desde entonces no tengo propiedad”, relató.

Qwemie se muestra preocupado y enojado al explicar su situación; acusa al gobierno liberiano de entregar sus tierras y de ignorar los intereses de la gente a la que se debe. La decisión gubernamental creó innumerables dificultades a los campesinos, pues EPO paga poco y no les alcanza para cubrir sus necesidades básicas.

EPO ocupa Palm Bay, una concesión de 34.398 hectáreas para producir palma aceitera. La concesión por 50 años se negoció y se promulgó en 2011, cuando comenzó la plantación. Sin embargo, la reserva de suelo total que ahora tiene la empresa es de 169 mil hectáreas, en las que EPO planea desarrollar 50 mil de estas para la producción en los próximos 10 años.

La expansión al distrito cuarto de Grand Bassa, que empezó este año, enfureció a la población local y generó resistencia.

 “Vienen, destruyen nuestro monte, nuestra forma de vida. Incluso el arroyo, dañan el agua que bebemos”, dijo enojado Joe Bah, jefe de Boegbor.

Continúe leyendo el reportaje completo de Wade C. L. Williams, publicado en Periodismo Humano, en el siguiente link.

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