Lado B
La vida después de la tragedia en Xalostoc
 
Por Lado B @ladobemx
13 de mayo, 2013
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Brisa Araujo | Desinformémonos

San Pedro Xalostoc, Estado de México. “Ya nos cansamos de expulsar a los periodistas que quieren abrir los ataúdes para tomar fotos”, se desahoga David, mientras organiza los víveres en el centro de acopio para los afectados por la explosión de una pipa de gas en la autopista México-Pachuca. Desde la madrugada del 7 de mayo, cuando ayudó a apagar el incendio y a sacar sus familiares y vecinos de las llamas, las declaraciones que hizo a la prensa fueron muchas. “Pero ahora ya no puedo más, es mucho dolor. Ya no voy a hablar”, declara el hombre, quien perdió a 11 familiares en la tragedia.

La constructora ICA comenzó la ampliación de la carretera en 2008 y la obra -que ahora pasa a pocos metros de las casas- está avanzada en cerca del 80 por ciento. Los vecinos tiemblan cada vez que un tráiler pasa a alta velocidad. “Yo siempre le decía a mi esposo que me daba mucho miedo. Desde que estaba embarazada, mi hijo brincaba cada vez que un tráiler frenaba. Lo sigue haciendo. Pero tú vas a vivir con tu pareja dónde te pueda mantener, ¿no? Y este fue mi caso”, señala Magnolia Zúñiga, sobreviviente del desastre en el que más de 20 personas perdieron la vida.

Tomada de desinformemonos.org/

Tomada de desinformemonos.org/

El pavimento de la calle -desde la salida a la avenida principal, Benito Juárez, hasta pocos metros antes del sitio de la explosión- se ve completamente intacto. “Pero no te creas, este piso lo pusieron hace apenas 15 días. Terminaron la ampliación y nos dejaron con la calle completamente deshecha. Hace un mes saqué a un perro que se atoró en una alcantarilla de más de un metro y medio de profundidad. No le pasó nada, pero ¿y si hubiera sido un niño?”, cuestiona Zúñiga.

Desde la primera noticia que recibieron sobre el proyecto de ampliación de la autopista, los vecinos se reunieron para discutir su oposición. Estaban conscientes de la afectación a la seguridad de sus hogares, aun con las barras y el espacio de contención. Pero sus demandas –que les compraran sus terrenos o que cambiara el proyecto– fueron ignoradas. “Nunca hubo una respuesta. El discurso siempre fue el mismo: ‘Sabían que la carretera se iba ampliar, ustedes son los que están invadiendo’”, recuerda Magnolia.

Los vecinos indican que la raíz del problema es doble. Por un lado, está la concesión del permiso de lotificación de los terrenos, que llevó a la fundación de la colonia. Por el otro, los acuerdos comerciales y políticos existentes detrás de la obra de ampliación de la autopista, en la que nunca se consideró a la población local. “La construyó ICA, una de las vertientes de todo el corporativo de Carlos Slim, y está concesionada a IAVE, que también es de Slim. ‘Construyo yo y cobro yo. Tú, gobierno, nada más me das tu lana por la concesión’”, apunta Magnolia Zúñiga.

La acusación de que viven en terrenos invadidos es, para la vecina, fruto de desinformación y mala fe. “Me dio mucho coraje cuando el presidente dijo que son predios irregulares. ¡Claro que no son irregulares! La mayoría de la gente tiene sus escrituras. No haces una casa bien fincada en un lugar que llegaste a invadir, porque sabes que en cualquier momento te quedas sin nada. Mi suegro tiene sus papeles, la persona que le vendió tenía sus papeles. No somos invasores, el gobierno sabe exactamente qué predios están aquí”, denuncia.

Lea el reportaje completo aquí.

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Autor Lado B
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