Lado B
La primera fotografía de un recuerdo en el cerebro
 
Por Lado B @ladobemx
19 de mayo, 2013
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A la izquierda en la imagen, un pez cebra. A la derecha vemos la fotografía del recuerdo, tomada del artículo original. El asterisco indica la actividad en el techo óptico, y las flechas la actividad en el telencéfalo, que sólo se observa 24 horas después del entrenamiento.

A la izquierda en la imagen, un pez cebra. A la derecha vemos la fotografía del recuerdo, tomada del artículo original. El asterisco indica la actividad en el techo óptico, y las flechas la actividad en el telencéfalo, que sólo se observa 24 horas después del entrenamiento.

Historias Cienciacionales

Buscar en los recovecos de tu memoria para encontrar cómo se llamaba la persona que tienes enfrente puede parecer una bonita metáfora, pero científicos japoneses acaban de demostrar que hay mucho de cierto en esta imagen.

El equipo, liderado por Hitoshi Okamoto del Instituto de Ciencias del Cerebro RIKEN, ha producido las primeras imágenes directas  de un recuerdo a largo plazo en el cerebro de un pez cebra.

Los investigadores utilizaron un tipo de pez cebra que ha sido modificado genéticamente para que produzca una proteína fluorescente en el cerebro que brilla cuando hay variaciones en los niveles de calcio en cierto tipo de neurona, lo cual ocurre cuando la neurona se activa. Con este método, se puede observar en directo prácticamente cualquier actividad cerebral, pero su estudio se centró en averiguar si existía alguna zona del cerebro que se activara al evocar un recuerdo a largo plazo.

Los autores del estudio entrenaron a los peces para que al encenderse una luz roja nadaran a otra zona de su estanque y así evitaran un choque eléctrico de baja intensidad. Tomaron a los peces que aprendieron a evitar el choque eléctrico y observaron qué zonas de su cerebro se activaban al encenderse la luz roja. Treinta minutos después del entrenamiento, lo único que se activaba era una zona del mesencéfalo llamada techo óptico, que recibe las señales nerviosas de los ojos. Sabiendo que los recuerdos a largo plazo toman más tiempo para consolidarse, los investigadores dejaron pasar 24 horas y volvieron a observar los cerebros de los mismos peces. Tras la señal luminosa, se activaron neuronas en el techo óptico, pero inmediatamente después se activó también un grupo de neuronas en una región llamada telencéfalo. Se piensa que el telencéfalo es el correspondiente del neocórtex de los mamíferos, la zona del cerebro más involucrada con la memoria y el lenguaje en los humanos. Así, los investigadores tenían la primera imagen de un recuerdo específico a largo plazo.

Para demostrar que esa región estaba efectivamente involucrada en ese recuerdo particular, los investigadores tomaron a los peces entrenados y les hicieron una microcirugía para quitarles la zona que se activaba en el telencéfalo. Los peces operados no pudieron recordar su entrenamiento al día siguiente.

Además de la belleza de la imagen de un recuerdo en plena evocación, este estudio nos muestra dos cosas: una, que un recuerdo a largo plazo se almacena en un grupo de neuronas específicas, y dos, que hay que decirle adiós al mito de la memoria de tres segundos de los peces.
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Aquí el resumen del artículo original, que se publicará en Neuron.

Aquí una nota en New Scientist (en inglés).

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