• El PT impulsa candidaturas de priístas, PRD y MC son parte de la coalición morenovallista

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Ernesto Aroche Aguilar

@earoche

La designación del ex diputado priísta Miguel Ángel Ceballos como candidato a la presidencia municipal de Puebla por el Partido del Trabajo (PT) no sorprendió a nadie. La izquierda partidista llegó a la contienda electoral borrada del mapa político: el PRD se sumó a la coalición Puebla Unida que postula al candidato oficial, Antonio Gali Fayad. A pesar de que Movimiento Ciudadano (MC) aseguró que se mantendría al margen de coaliciones, especialmente con el conglomerados de partidos alentado por el gobernador Rafael Moreno Valle, terminó sumándose en casi la mitad de los distritos y las diputaciones. Y aunque en algún momento se discutió la posibilidad de que el PT cobijara a las corrientes cercanas al ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, el partido decidió impulsar como candidatos a priístas marginados por el tricolor.

De haber mantenido la coalición de partidos que cobijaron en el 2012 a López Obrador la izquierda poblana habría tenido una oportunidad política inmejorable, lamenta David Méndez Márquez, el regidor con licencia que forma parte del Frente de Izquierda y Organizaciones Democráticas y Progresistas de Puebla, organización conformada por corrientes del PRD, grupos de Morena y grupos de trabajadores organizados.

Una situación, apunta Martha Tagle, coordinadora regional de la Cuarta Circunscripción (Distrito Federal, Puebla, Tlaxcala, Morelos y Guerrero) en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Movimiento Ciudadano, que difícilmente hubiera podido repetirse pues históricamente “las izquierdas en Puebla han tenido una mayor dificultad para lograr acuerdos, especialmente en elecciones intermedias. Cuando se ha llegado a aglutinar la izquierda sin duda lo hace en torno a personalidades, como lo ha sido Andrés Manuel López Obrador, y en torno a proyectos que puedan garantizar triunfos».

Sin contar que este proceso electoral tiene un componente que lo hace inédito, lo que está en juego no es sólo la gobernabilidad en la segunda mitad del sexenio de Moreno Valle, sino el control político del estado durante los próximos cuatro años ocho meses.

Y en la operación política para mantener ese control el gobernador se ha metido hasta la cocina, no sólo logró el control del Comité Directivo Estatal de su partido, colocó a su ex secretario de Desarrollo Social, Nestor Gordillo, a cargo de la comisión electoral en el PAN, y mandó a la mitad de su gabinete a competir por diputaciones; además sumó a su coalición Puebla Unida, la dirigencia del PRD –al Panal y al partido estatal Compromiso por Puebla ya los tenía en la bolsa–, y logró integrar en candidaturas comunes al partido Movimiento Ciudadano y al partido estatal Pacto Social de Integración.

Moreno Valle necesitaba fuerza

Para Marlon Santillán Quiroz, Director de Maestría en Administración Pública y Política Pública del ITESM, Moreno Valle estaba obligado a reeditar una coalición como la que lo llevó al poder para poder hacer frente en esta elección al candidato de la alianza PRI-PVEM.

–Por sondeos anteriores se sabía que Enrique Agüera tenía prácticamente a la mitad del electorado del municipio entre sus posibles votantes. Esta alianza de dos partidos ideológicamente encontrados, PAN-PRD, fue la única forma que encontraron para poder hacer frente al candidato de enfrente, es un contrapeso importante la alianza, es algo que equilibra mucho el proceso electoral. Si esto no hubiera sucedido pensaría que el proceso estaría casi definido. No olvidemos que el gobierno estatal ha tenido muchos traspiés, ha cometido errores y la sociedad está cansado. Hoy la sociedad si no observa resultados rápido puede regresar con gobiernos anteriores.

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Y si bien, Moreno Valle no sumó a su coalición al PT, si logró que se separaran del Frente de Izquierda y Organizaciones Democráticas y Progresistas de Puebla, y que se impulsara al priísta Miguel Ángel Ceballos, una designación que de acuerdo con columnistas políticos tiene la intensión de restarle votos al PRI en las colonias populares de la capital del estado.

Méndez Márquez, es cauto, no menciona directamente al mandatario o sus operadores políticos, tampoco habla de las reuniones que el coordinador de la fracción perredista en el senado, Luis Miguel Barbosa quien controla a la actual dirigencia estatal que ostenta el diputado Eric Cotoñeto, sostuvo con el gobernador previo a la conformación de la coalición, pero no evita señalar que en la imposibilidad de mantener a la izquierda partidista como un solo bloque tuvo que ver la oferta espacios políticos y canonjías, y por supuesto los intereses particulares.

“Es lamentable que estos actores no valoren la importancia y la trascendencia de los resultados obtenidos en el 2012, y el que la gente en Puebla, de una manera mayoritaria, voltearon a ver los planteamientos de la izquierda, y que hoy simple y sencillamente privilegien sus intereses particulares a la posibilidad de ir cimentando en puebla la construcción de un proyecto distinto. Cada uno de los actores tendrá que asumir su propia responsabilidad y el costo que su actuar ante los ojos de la ciudadanía, hay que recordar que tenemos a una ciudadanía mucho más atenta del actuar de los distintos actores públicos”.

José Manuel Pérez Vega, mejor conocido como Pepe Momoxpan, también apunta en ese sentido, si bien no señala al gobernador como responsable de las decisiones de su partido de postular a priístas si tiene claro que esas decisiones no tienen que ver con los intereses de la militancia.

Marta Tagle, por su parte puntualiza: “No sé con toda seriedad si él personalmente figura o a movido fichas, pero como en todos los estados los gobernadores sin duda tienen un peso muy importante en las candidaturas, lo que está en juego es como se tomarán las decisiones en los próximos años. Y el congreso que llegue y los presidentes que lleguen depende que el proyecto que él representa tenga viabilidad o no. Eso sucede en todos los estados, los gobernadores tienen una influencia importante por ese tema”.

Una elección sin “izquierda”

Al consolidarse la coalición entre PRD y el PAN en torno a los candidatos del gobernador –con algunos cuantos espacios para el ala albiceleste tradicional y otros tantos para los perredistas— los grupos más cercanos a López Obrador se aglutinaron en el Frente de Izquierda y Organizaciones Democráticas y Progresistas de Puebla con la intensión de impulsar junto con Morena, MC y el PT candidaturas en conjunto, sobra decir que no llegaron a acuerdo alguno.

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José Juan Espinosa, consejero nacional de MC y líder tradicional de ese partido en Puebla, justificó la decisión de abandonar el Frente y sumarse a la coalición Puebla Unida diciendo que “es para evitar que el PRI regrese”, aunque en la rueda de prensa que ofreció salió acompañado por el ex diputado tricolor, Othón Bailleres, pero además Espinosa Torres llevará como suplente en su candidatura a la presidencia de San Pedro Cholula a otra militante priísta: Sara Chilaca.

–Fue una decisión que me tomó por sorpresa, porque estaba en otros temas –explica vía telefónica Martha Tagle— pero al final se aprobó esto de las candidaturas comunes hace una semana en la coordinadora nacional.

Así, con la decisión de la dirigencia nacional MC irá en conjunto con Puebla Unida en prácticamente la mitad de los municipios (105 de 217), entre ellos Puebla, y en la mitad de las diputaciones (13 de 26) en juego.

Por su parte, concluye David Méndez, “el Frente de Izquierdas seguirá con la construcción que nos hemos planteado, sin tener en estos dos meses y medio una participación electoral, pero si manteniéndose como un actor político que ha tenido la capacidad y la congruencia de resistir a los tentáculos del poder, que si han convencido a otros actores”.