Tenosique es la puerta al infierno. Temperaturas superiores a los cuarenta grados centígrados, el trópico de cancer que hace su trabajo, los estragos que afectan a quien no se encuentra habituado y el crimen organizado que acecha. El miedo se huele, se vive, se siente…, pero esta frontera, también, es el inicio de la esperanza, el sueño de una vida mejor, el inicio de la ruta hacía el american way dream.
Mientras tanto, entono una canción, sin instrumento alguno, una desafinada canción, desconocida incluso para mi. No te canto a ti, no le canto a ella, canto al amor, canto a la vida. Sin saber cantar, sin conocer la melodía, canto al universo, canto a mi corazón, canto por ti, canto por mi, canto por la humanidad.
Durante la noche una hermosa luna marrón acompaño nuestros pasos, cuidando nuestras espaldas. Por la mañana el sol desafiante nos acompaño, durante el vía-crucis migrante, imitando sus pasos, buscamos sentir su dolor, buscamos solidarizarnos, buscamos apoyarlos.
Pequeñas almas acompañan estos pasos, almas llenas de sueños y esperanzas, completas de inocencia, completas de vida.
*Aprendiz de sociológo, aficionado a la fotografía, caminante y acompañante de pasos. Agradezco infinitamente a Fray Tomás, a Rubén Figueroa, a Mizar, a Alonso, a Alex, por acompañar y cuidar mis pasos en las vías.