Alejandro Badillo

Cuando se habla de la antigüedad griega inmediatamente pensamos en filosofía, teatro y tragedia, sin embargo los autores clásicos abordaron una gran diversidad de géneros, incluso algunos relacionados con tiempos posteriores como los cuentos de fantasmas o los viajes a mundos estelares. En este último apartado sobresale la figura de Luciano de Samósata (Samósata, Siria, c. 125 – Atenas, 192) escritor griego que cultivó géneros como la sátira, el relato fantástico, libelos y diálogos morales. Como sucedió con muchos de sus contemporáneos sus obras fueron revaloradas en el Renacimiento e influyeron a autores fundamentales como Quevedo, Erasmo de Rotterdam, Voltaire o Swift, entre muchos otros.

Alianza Editorial. Clásicos de Grecia y Roma, Introducción de Carlos García Gual. Traducción de Carlos García Gual, Jaime Curbera, Marisa del Barrio y Jorge Bergua, Primera reimpresión, 2008.

Relatos verídicos es, quizás, la obra más famosa de Luciano. El título plantea una de las intenciones del autor: parodiar a los libros que, jugando con la idea de verosimilitud, inventaban historias con el fin de engañar a los incautos. Esta tendencia que también se podía ver en los filósofos y retóricos era criticada por Luciano y otros autores que veían una decadencia del pensamiento griego al privilegiar la forma sobre la búsqueda de la verdad.

Relatos verídicos,en la edición de Alianza, incluye los textos “Relatos verídicos”, ”Icaromenipo o Menipo en los cielos”, “Cuentistas o el descreído”, “El gallo” y “Lucio o el asno”. “Relatos verídicos” es una fantasía desbordada en la que el protagonista acompañado por otros viajeros se interna por pueblos ubicados en la luna. Además de narrar las aventuras, se pasa revista a las costumbres de los extraños nativos: hombres que nacen de frutos que dan los árboles, lámparas que tienen conciencia y que viven en populosas ciudades. Lo interesante de esta crónica es la doble lectura que se puede hacer de ella: la sátira de Luciano al narrar con aparente rigor hechos y cosas totalmente extravagantes y, así, criticar a autores como Heródoto que, en su tiempo, eran acusados de tergiversar la verdad de eventos históricos; por otro lado, desde el punto de vista moderno, nos enfrentamos a un texto que recuerda las vanguardias surrealistas. Incluso, en medio de la fantasía, Luciano profetiza sin querer inventos como la televisión, el esquí acuático y los lentes.

Los textos siguientes, sobre todo “El gallo” y “Lucio o el asno” abordan también la sátira pero explotando las debilidades de los protagonistas. En el primero, un hombre humilde, ansioso por obtener riquezas a toda costa, es convencido por un gallo parlante –que en una anterior vida había sido Pitágoras entre otros personajes– de que una vida tranquila es mejor que una acaudalada pues esta última genera muchas preocupaciones. En “Lucio o el asno” un viajero que busca satisfacer su curiosidad en un pueblo de magos es convertido en un asno por una hechicera. De esta forma es explotado en diferentes aventuras hasta que, al final, es convertido en espectáculo gracias a que realiza los trucos que le ordenan: el curioso paga su obstinación con creces.

Relatos verídicos es, en muchas formas, un conjunto de textos adelantado a su tiempo y que combina con gran lucidez fantasía, crítica y humor. Es un buen inicio para conocer la obra de Luciano de Samósata, autor de obras igual de interesantes y clásicos como “Elogio de la mosca” o “Diálogos de los dioses”. Además, el prólogo de Carlos García Gual, catedrático de filología griega en la Universidad Complutense de Madrid, especialista en antigüedad clásica y literatura, introduce muy bien el contexto, las perspectivas y la vida del escritor griego.

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