Lado B
"No te puedo contratar. Eres muy bonita y no podría ver que te toquen"
Clara* y el American Dream: la explotación sexual que sufren los migrantes en Tapachula, Chiapas
Por Lado B @ladobemx
23 de abril, 2013
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  • Clara* y el American Dream: la explotación sexual que sufren los migrantes en Tapachula, Chiapas
Foto: Leo Herrera.

Foto: Leo Herrera.

Leonardo Herrera / Corresponsal

Al recorrer la ciudad de Tapachula, Chiapas, resulta común encontrar callejones y calles discretas en los que se ofrece hospedaje. En los alrededores de estos lugares, mujeres, niños y niñas ofrecen su cuerpo y negocian sus servicios “en cualquier hora y cualquier lugar, incluyendo el Parque Central, a plena luz del día. Los policías las detienen, abusan de ellas y les cobran la cuota diaria por permitirles trabajar. A las adultas le cobran 100 pesos, a las menores 300 porque ellas tienen más chamba”, comentó uno de los jóvenes que acompañaron al Hermano Ramón Verdugo en su protesta.

Clara y el “American Dream”

Clara*, hondureña de poco más de metro y medio de estatura, tez morena y aproximadamente 19 años de edad, viaja hacia Estados Unidos acompañada por dos amigos. Ella no tiene un sitio definido al que irá cuando logre pasar la frontera, pero sabe que su andar terminará  en “donde encuentre trabajo”.

Aquel grupo de hondureños ronda los 20 años de edad. Los tres viajan acompañándose y protegiéndose de la ruta que muchos de sus connacionales ya han recorrido, sin embargo, la mañana del 18 de abril fueron asaltados en los linderos de la ciudad de Tapachula, Chiapas. De nada sirvió que viajaran en grupo, les robaron todo: sus documentos, sus mochilas y el poco dinero con el que contaban.

Sin la menor certeza de qué hacer ante el robo sufrido o a quién acudir, Clara y su dos compañeros continuaron su andar hacia la Plaza Central de Tapachula, con la esperanza de recibir alguna moneda de las personas que ahí se encontraran. Sabían que no debían llamar la atención, ya otros migrantes les habían advertido que debían cuidarse de los policías municipales que abundan en ese sitio; por eso tímida y discretamente pidieron dinero a quien se acercó a ellos.

Foto: Leo Herrera.

Foto: Leo Herrera.

Ese mismo día un joven se les acercó y le ofreció ayuda a Clara, diciéndole que tenía una tía en Guadalajara y que podía hacer algo por ella, que incluso podía pagarle el transporte para evitarle las penurias y los riesgos del viaje.

— ¡Venimos juntos y llegaremos juntos¡–, fue la respuesta de Clara, recuerda.

A pesar de la negativa de aquella hondureña de poco más de metro y medio de estatura, aquel sujeto fue insistente y le ofreció hospedaje en un hotel que se encuentra en la parte superior de un bar, así como le ofreció trabajo de mesera en el bar de la planta baja. A Clara el ofrecimiento le resultó interesante, luego del asalto y de quedar sin nada para continuar su viaje, aquella propuesta la hizo dudar.

Aquel joven sólo le ofrecía trabajo a ella, sin embargo sus dos compañeros pensaron que seguramente podían “encontrar algo en las cercanías del bar». Los tres emprendieron camino acompañando a aquel joven generoso. Cuando llegaron a la entrada  de aquel establecimiento, sólo le permitieron entrar a Clara. Luego de algunos minutos, ella  salió “toda blanca y sin poder hablar”, recuerdan sus compañeros.

— ¡No te puedo contratar. Eres muy bonita y no podría ver que te toquen, vaya, que te manoseen frente a mi!–, fueron las palabras del dueño del bar, recuerda Clara.

Aquel grupo de hondureños sólo alcanzó a ver como aquel joven generoso,  ‘el enganchador’,  desaparecía tras abordar “un carro bonito” luego de salir también del bar.

Clara aún no lo sabía, no había caído en la cuenta, pero aquel día se había salvado de la trata de personas, de ser una cifra más de mujeres que en el estado de Chiapas son explotadas sexualmente por grupos del crimen organizado, como lo ha denunciado en repetidas ocasiones la defensora de derechos humanos de migrantes centro y sudamericanos, Elvira Arellano, quien ha señalado que  “Chiapas es un paraíso sexual”.

Foto: Leo Herrera.

Foto: Leo Herrera.

Compartiendo el hambre y el parque

Aquel grupo de hondureños regresó a la Plaza Central de Tapachula, sitio en el que  por las tardes un grupo de payasos actúa y suelen arrancar sonrisas a los paseantes que se les acercan a ver el show. Por alguna razón a Clara y sus dos compañeros aquellos payasos les inspiraron confianza y al terminar la presentación les pidieron ayuda.

Uno de los payasos les pidió que lo siguieran y los llevó al plantón y huelga de hambre que realizaba el Hermano Ramón Verdugo en el mismo parque, frente a la entrada del Palacio Municipal de Tapachula.

La protesta del también  responsable de la organización no gubernamental “Todo por ellos” y coordinador de la “II Marcha para la Dignificación y Protección a los Migrantes”, inició luego que el pasado miércoles  tuvieran que interrumpir el recorrido planeado hasta Ixtepec, Oaxaca, debido a las amenazas que recibieron los participantes si continuaban la Caravana.

Tras el encuentro de Clara y sus dos compañeros hondureños con el Hermano Ramón Verdugo, él  sólo pudo ofrecerles una cena y un baño en su casa, ya que no dispone de un espacio donde poder alojarlos. También les ofreció  que durmieran “a su lado en el parque”, en la huelga de hambre y plantón que estaba realizando.

— Si se quedan en el parque les va a llegar la policía y los van a volver a peinar, los terminarán de peinar. Sí ya no traen dinero, seguro les quitan la ropa y hasta los tenis. Aquí les puedo ofrecer una colchoneta, y la seguridad de que nos los vendrán a molestar –, les dijo el Hermano Ramón Verdugo, recuerdan.

Fue el miércoles de la semana pasada cuando el también  responsable de la organización no gubernamental “Todo por ellos” llevó a cabo  un huelga de hambre y plantón frente al Palacio Municipal de Tapachula. Uno de los objetivos de esta acción fue denunciar los abusos y la corrupción de las diferentes corporaciones policíacas que operan en la región, tanto la fronteriza, como la municipal, estatal y federal, así como visibilizar el grave problema que existe en Chiapas de prostitución infantil y  trata de personas.

*El nombre de la inmigrante hondureña fue cambiado por petición de la implicada en la historia.

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