Lado B
La simulación del periodismo o el “product placement”
Algunos medios hacen propaganda política engañando a sus audiencias, a sus lectores: Alfredo Figueroa
Por Lado B @ladobemx
22 de abril, 2013
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comillotasAntes de que la alternancia en el poder haya propiciado otras condiciones, ha asegurado las mismas condiciones que se tenían / Estamos hablando de conductas contrarias a la Constitución, estamos hablando de corrupción / Los márgenes de los periodistas para hacer periodismo en los medios de comunicación se están restringiendo»

Foto: Xavier Rosas.

Foto: Xavier Rosas

Xavier Rosas

@wachangel

Alfredo Figueroa Fernández, el consejero electoral “rebelde” —como lo calificó el portal ADN Político–, no se muerde la lengua y enuncia lo que todos los días se puede observar en las calles, lo mismo en Puebla que en cualquiera de los 31 estados restantes o en el Distrito Federal: “que los medios de comunicación y los periodistas, algunos de ellos, no ejercen periodismo, hacen propaganda política”.

Y aunque no le pone nombre ni apellidos, sus señalamientos son muy claros: “Aquí es el señor gobernador, es el señor presidente municipal y el señor rector de la universidad quienes imponen una línea editorial a los medios de comunicación, y quienes son los amos del convenio publicitario que pueden tener los medios”.

No es, claro, la primera vez que se visibiliza esta situación, la imposición del convenio publicitario como línea editorial periodística, y con esa imposición la construcción de carreras políticas y de candidatos mediáticos fue justamente lo que provocó el surgimiento del movimiento juvenil #yosoy132

Con esta idea en mente Lado B y para tratar de entender cual ha sido el papel que han jugado los medios y cual es el papel que la sociedad espera de ellos, especialmente durante los procesos electorales, se entrevistó al integrante del Instituto Federal Electoral, pero también se buscó a politólogos, comunicólogos y hasta integrantes del movimiento estudiantil. Las entrevistas se publicarán durante toda la semana, comenzando con Figueroa Fernández.

***

Reportero (R): ¿Cuál ha sido el papel de los medios de comunicación en los periodos electorales?

Alfredo Figueroa (AF): Los medios de comunicación han jugado un papel central en el espacio público, conforme se han venido desarrollando y transformando las sociedades contemporáneas.

Nuestra vida está ligada hoy, y el ejercicio de todos nuestros derechos, a la información, por eso es que ha adquirido una importancia tan notable el tema de los medios de comunicación, de las redes sociales, de Twitter , y de su acceso para el ejercicio de derecho de todo signo distintivo, entre los que están de manera muy señalada los derechos políticos, y evidentemente el derecho a votar.

Este derecho está ligado a la información porque el voto, para ser un voto auténtico, debe tener las condiciones de universalidad, de secrecía, de razonabilidad, de libertad, que permitan a las personas elegir entre diversas opciones. Y lo que ha venido ocurriendo en el proceso de tránsito político en México es una cosa que cada día se hace más evidente y antes era más simulada, más escondida, menos difundida: que los medios de comunicación y los periodistas, algunos de ellos, no ejercen periodismo, hacen propaganda política.

Hacen propaganda política engañando a sus audiencias, a sus lectores, buscando en realidad favorecer una opción política y ni siquiera desde una perspectiva de libertad que sería legítimo hacerlo, es decir, desde una perspectiva editorial. Lo hacen en atención a contraprestaciones, a favores, a dinero, a convenios publicitarios que se establecen en todo tiempo.

Por eso la reforma de 2007 trajo a la vida pública y a la discusión política, desde el punto de vista institucional, que los niveles de censura ya están autoimpuestos en las propias empresas, son el mecanismo a través del cual la libertad de expresión no puede florecer, y no puede haber un auténtico ejercicio de derecho a la información y al derecho a la libertad de expresión, porque son dos dimensiones que tienen una vinculación estrecha.

Foto: wachangel

Foto: wachangel

Ha ocurrido que se va haciendo cada vez más visible esta práctica nefasta de hacer ver información como si fuera publicidad. He visto en la ciudad de Puebla, por ejemplo, de una manera muy evidente, portadas de revistas en carteles. Es una práctica de simulación, en muchas ocasiones, para poner en espectacular el rostro o la imagen de algún político o de algún aspirante. Que no ha sido producto de un ejercicio editorial de libertad, sino ha sido producto de un interés por posicionar la imagen, la voz, las buenas obras, buscando hacerle fraude a lo que establece ya hoy la Constitución y establece la Ley Electoral, y la Constitución, cuando se trata de servidores públicos, de acuerdo con la prohibición expresa establecida en el artículo 134.

Me preguntas si esta práctica es una práctica generalizada, la respuesta es: es generalizada y es histórica, y lo que hemos podido hacer a lo largo de los años es irla haciendo visible, ir haciendo cada vez más evidente que esto es contrario a la libertad. A nivel de cadenas nacionales de televisión o de radiodifusión, o los periódicos de carácter nacional, lo que vemos son prácticas en donde más bien los medios de comunicación hacen una suerte de presión política a los poderes constituidos, por lo que se les ha llamado poderes de facto.

De facto porque hay poderes constituidos legítimamente, pero estos poderes que nadie ha elegido se vuelven los grandes tomadores de decisiones en el espacio público, los grandes impulsores de contrarreformas, los limitadores de reformas, los obstáculos.

Pero son los medios de comunicación los que juegan ese papel en una condición monopólica. La televisión es el arquetipo de ese tipo de conductas porque hay dos, y basta con que dos se pongan de acuerdo para doblegar a diputados, a senadores, a gobernadores, a presidentes municipales, al presidente de la República si es necesario, doblegar a los poderes constituidos.

Un ejemplo de eso ha sido la reforma en Telecomunicaciones, que ha sido un esfuerzo magnífico, pero una vez que sale de las fuerzas políticas y llega a la Cámara de los Diputados empieza a diluirse. No lo han logrado del todo, pero desde luego que han asestado algunos de los golpes a un proyecto que era mucho más sólido cuando sale del Pacto por México y llega a la Cámara. ¿Qué es lo que expresa?, cómo los poderes constituidos son mucho más vulnerables que los acuerdos políticos entre las fuerzas, eso es muy evidente.

En estados como el nuestro, en los estados de la República en lo que son los medios locales, los portales locales, la radio local, los periódicos, en fin, lo que hay es un fenómeno inverso. Aquí (Puebla) todavía se vive como se vivía en el antiguo régimen. Aquí es el señor gobernador, es el señor presidente municipal y el señor rector de la universidad, quienes imponen una línea editorial a los medios de comunicación, y quienes son los amos del convenio publicitario que pueden tener los medios, medios que no se han llegado a desarrollar por sus lectores, por sus audiencias, por su capacidad, siempre hay manera de cortar el camino y empezar a asfixiar su posibilidad de mantener su nómina, de mantener su autonomía, de mantener su independencia editorial.

Foto: wachangel

Foto: wachangel

Se vuelven ciertamente apetitosos para el poder constituido cuando empiezan a tener más lectores, y entonces se dan las prácticas que no han desaparecido en los estados de la República, particular y señaladamente con los gobernadores, pero también hay otros actores involucrados. En Puebla hay que decir con toda claridad que, antes de que la alternancia haya propiciado otras condiciones, ha asegurado las mismas condiciones que se tenían antes de la alternancia.

Si la democratización y la posibilidad del pluralismo político no representan un avance en términos de no tener ya esta relación de subordinación de los medios al gobernador en turno, hay otras cosas que tenemos que hacer, otras reformas que tenemos que impulsar para que esta circunstancia cambie.

A mí me parece muy lamentable. He tenido que resolver en muchas ocasiones una práctica que cuando empecé como consejero me dijeron en distintos medios de comunicación nacionales que era una cosa que había inventado, que no existía tal cosa, que no existe el product placement, la publicidad integrada, la publicidad engañosa, la simulación de periodismo; pero fuimos documentando, no ha sido fácil y sigue siendo una batalla permanentemente.

Ahora, cuáles son los alcances entre la ciudadanía de estas prácticas, es algo que todavía se está estudiando. Ciertamente tiene un alcance y sigue siendo un mercado, creo que siendo un mercado negro en el sentido que es un mercado contrario a la Constitución, expresa muy bien que quien a él se presta no va a defender la Constitución y la ley. Estamos hablando de conductas contrarias a la Constitución, estamos hablando de corrupción.

Claro, se ha vuelto tan común que parece no avergonzarse nadie por aparecer en carteles en el espacio público, sabiendo que eso no es un ejercicio editorial ni de quien vendió, ni de quien no dio una entrevista sino de quien compró un espacio en una revista, en una entrevista o en algún espacio.

Foto: wachangel

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R.- ¿Qué pasa con las líneas editoriales de los medios de comunicación. Hay una crisis con la veracidad que representan, con el peso de sus palabras?

AF.- Lamentablemente eso no es periodismo. En su tiempo, práctica que ha desaparecido lamentablemente, la gacetilla de La Jornada llevaba un recuadro y un responsable de la publicación, es decir, esto era una publicidad.

Hoy se ha empezado a negar, incluso en La Jornada nacional se empieza a advertir prácticas de ese tipo, con gobernadores justamente. Ha habido asuntos, he perdido las votaciones en el Consejo General, pero han estado presentes asuntos de ese periódico, de otros como Milenio, Uno mas Uno; he visto y he podido consignar prácticas en donde todavía hay un recuadro que le permite al lector entender, más allá de que lo reconozca el medio, que aquello es publicidad; cosa que se puede hacer siempre que no difundas la imagen del gobernante, ese es el detalle.

Luego vino y ha venido en algunos periódicos, pero sobre todo en Puebla y a nivel local esto es evidente, pero en la radio y la televisión, un asunto en donde uno ya no puede distinguir qué es comprado y qué es en realidad una línea editorial de un medio.

Destacado_02Es decir, los márgenes de los periodistas para hacer periodismo en los medios de comunicación se están restringiendo. Tendría que haber mucho más voces de periodistas hablando de esto, porque es el ejercicio de su oficio y de su profesión la que se está limitando. Es decir, es su propio pensamiento el que se está limitando y es gravísimo, porque no ha sido un movimiento de periodistas independientes los que estén encabezando la indignación por este tipo de prácticas, ¿por qué?, porque hay temor porque las personas viven de esto, está su empleo en entredicho, el dueño del medio los va a despedir si ellos revelan este tipo de prácticas y de conductas,  si hablan del mercado negro el concesionario de radio o de televisión o el socio del periódico o el director, los va a despedir. Entonces se ha vuelto un tema poco tocado por quien podría tocarlo que son los periodistas, y del que no se quiere hablar porque son cosas que incomodan.

Esto no está a favor de los derechos de los ciudadanos, porque muchos ya nos damos cuenta claramente que eso es una propaganda, por eso es tan importante la reforma que se está impulsando ahora, por eso es tan importante la reforma al artículo 6º, cuando dice ‘el derecho a la información tiene que  ser garantizado con pluralidad’, garantizado por el Estado, no quiere decir que un medio tenga que ser plural, puede ser panista o priísta o perredista, yo estoy a favor que deben decirlo a su audiencia, díganle a su audiencia quiénes son, no hay problema; no tienen que ser plurales necesariamente pero anúnciense como lo que son: esta es nuestra línea editorial, como ocurre en muchas naciones.

El Estado debe garantizar la pluralidad, porque si uno vive en la sierra o uno vive en lugares donde nada más tiene posibilidades a una fuente de información, entonces la limitación de sus derechos es enorme, porque su relación con el mundo, con una parte por lo menos del mundo, de las decisiones que tiene que tomar como ciudadano, están acotadas por una sola mirada.

Por eso se vuelve tan importante la reforma en Telecomunicaciones que se habla de competencia, etcétera, pero sobre todo, lo importante, son las modificaciones a aquellos artículos como el 6º y el 7º, que garantizan derechos humanos, y en el caso del 6º no derechos humanos progresivos, sino de inmediato cumplimiento y por lo tanto de inmediata exigencia. En ello estriba la relevancia de esa reforma. Entre las frases de esa reforma se prohíbe la propaganda que sea presentada como información.

Justamente en un esfuerzo y una lucha que a algunos periodistas les molesta que se hable: de la democratización de los medios, porque hablan de ello como si ahora se tratara de volver la sala de redacción en asamblea de ciencias y nadie está hablando de eso.

Claro, buscan la ironía porque están incorporados en ese tipo de conductas o porque desconocen lisa y llanamente lo que representa para los ciudadanos y para el desarrollo democrático del país el que tengamos medios independientes: de derecha, de izquierda, de centro, de lo que se quiera. De esto no tengo problema, es decir, si Televisa quiere decir que es priísta que lo diga, o panista o perredista. El asunto es que no son las líneas editoriales, son los intereses comerciales de los dueños de esos medios los que determinan la línea editorial.

Foto: wachangel

Foto: wachangel

R.-¿Cuál debiera ser el papel del convenio publicitario que se signa con el Estado, que debiera fortalecer?

AF.- Mira, debiera haber un padrón de medios que aspiran a poder tener o venderle publicidad al gobierno como se la venden a una empresa privada, y el gobierno tendría la obligación de hacer público cuánto va a gastar anualmente en propaganda gubernamental, y esta debe poder ser verificada.

Una cosa es la propaganda que lícitamente puede vender un medio de comunicación, propaganda gubernamental sin imagen de gobernantes, y otra cosa es que el hecho de que  yo compre propaganda, bueno nosotros en el Instituto Federal Electoral (IFE) compramos espacios en medios impresos, pero no por esta razón hablamos al medio y le decimos ‘cuidado y critique usted al IFE’. No, no sería admisible que hubiera una práctica de ese orden. La propaganda es una cosa y la información y el trabajo periodístico es otra cosa.

Claro, se vuelve pendular el asunto porque la manera como algunos medios han reaccionado para esto es empezar, por ejemplo, a difamar al gobernante en turno como un medio de chantajearlo para que le dé un convenio publicitario, y una vez que se firma el convenio: amaneciste un día con las ocho columnas críticas y al otro día amaneces con el prohombre en las ocho columnas.  Bueno ni una ni otra cosa es periodismo, aunque ahora se esconda el periodismo crítico en la búsqueda del convenio, que también ocurre.

Entonces,  dicho en otros términos, el convenio debe servir para vender publicidad clara y anunciarse como publicidad. Para que las cosas se modifiquen tiene que haber desde luego un conjunto de asuntos que pasan por tener mejores medios, de más calidad, que defiendan su cantidad de audiencia como el elemento fundamental para la venta de propaganda, que desde ahí se mantengan.

Yo espero que podamos pronto tener buenas noticias para tener un conjunto de medios también ahora por televisión y por radio, que permitan que haya las aventuras de tener una propia línea editorial independiente y que permita romper esta dinámica en la que la audiencia se canse de oír la crítica que no es crítica,  es o presión política, búsqueda de chantaje, etcétera, que existe lamentablemente, y la otra, la de la alabanza, etcétera.

Que exista un equilibrio se esperaría, pero no un equilibrio basado en una cosa como Salomónica, sino ‘tú sé todo lo crítico que quieras ser cuando haya buenas razones para hacerlo y tengas una historia que contar, y tengas una historia sin difamación’, o sea, hacer trabajo periodístico.

Aquí la crítica se hace desde la columna, no desde el reportaje, no desde la nota.

La investigación periodística, por cara y por difícil, ha perdido su espacio de manera muy señalada. Y hay un conjunto de temas inexplorados en el periodismo.

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Autor Lado B
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